El reencuentro de Messi con el PSG, el club del que salió por la puerta de atrás y en el que no fue feliz

Siempre se ha dicho que los reencuentros en el mundo del fútbol suelen ser especiales para los jugadores. Son muchos los factores que provocan que se escriba esta afirmación, pero la más habitual suele ser la de recordar todo lo que vivieron en los clubes en cuestión durante un periodo de tiempo determinado.

Sin embargo, eso no siempre es así y se han dado casos de jugadores que, por un motivo u otro, han salido por la puerta de atrás y que no fueron todo lo felices que se imaginaron en un principio.

Ese es el caso de Leo Messi con el PSG. El astro argentino decidió en el verano de 2021 cambiar Barcelona por París al considerar que su etapa en el club azulgrana ya había terminado y su llegada provocó un terremoto en la capital gala. Había mucha ilusión por ver al que para muchos es el mejor jugador de la historia corretear por la banda del Parque de los Príncipes y esa alegría se multiplicó exponencialmente cuando en la primera alineación le vieron compartir tridente con Neymar y Mbappé.

Al-Khelaïfi había conseguido juntar en un mismo equipo a tres superestrellas y todo hacía indicar que las cosas iban a ir como la seda. La expectación era máxima y los parisinos soñaron en grande. Tenían motivos para pensarlo.

El problema vino cuando se dieron cuenta que el tener tantas estrellas en una misma plantilla no te garantiza absolutamente nada. Y eso fue lo que pasó. Más allá de ganar los títulos de Ligue 1, el PSG se dio de bruces con la realidad y no pudo aprovechar esa situación para conseguir la Champions, la gran obsesión de Al-Khelaïfi, el presidente del club parisino.

Con el paso de los años, esa idealización en torno a Messi fue disminuyendo y las cosas se pusieron algo más serias. Los hinchas PSG le recriminaron al astro argentino su actitud en el campo, la relación se fue deteriorando y empezaron las faltas de respeto, las presiones hacia su persona y Messi dejó de ser feliz en París, algo esencial para un futbolista de su talla.

«Fueron dos años que no los disfruté, no estuve feliz en el día a día. No fueron buenos para mí. No me conformaba con ningún día, con los entrenamientos, con los partidos. Me costó mucho adaptarme. Desde el principio, fue muy lindo el recibimiento. Pero, después, la gente empezó a tratarme diferente, una parte del público de París. Hubo una rotura con gran parte de la afición, obviamente no fue mi intención ni mucho menos. Se dio así, como anteriormente había pasado con Mbappé y con Neymar, también. Sé que es su manera de actuar», reconoció posteriormente Messi.

Reencuentro con el PSG en Atlanta

Tras esos años convulsos en París, Messi decidió cambiar de aires y aceptó la llamada de David Beckham para irse a jugar a la MLS de la mano del Inter Miami, una franquicia nueva y con los objetivos muy claros.

Al igual que pasó en París, la llegada de Messi a la segunda ciudad más poblada del estado de Florida fue multitudinaria y el astro argentino consiguió ir convenciendo, poco a poco, a sus mejores amigos en el fútbol para volver a compartir vestuario con ellos.

El rosarino recuperó la sonrisa en Miami y el destino ha querido que en los octavos de final del Mundial de Clubes, competición a la que el Inter Miami acudió como invitado y ganador de la MLS Supporters Shield, se reencuentre con el PSG por un puesto en los cuartos de final del torneo.

La de este domingo será, además, la primera vez en su carrera deportiva que Leo Messi se enfrente a un exequipo suyo. En sus años en el PSG, el rosarino nunca se midió al Barça y ahora que está en el Inter Miami se va a volver a reencontrar con Luis Enrique, el técnico con el que Messi consiguió el triplete en 2015. Por tanto, a pesar de todo, el reencuentro será algo especial para el astro argentino, ocho veces ganador del Balón de Oro.