Florentino Pérez, 25 años definidos por conseguir lo impensable: superar el legado de Santiago Bernabéu

El madridismo temió durante décadas el adiós de Santiago Bernabéu. Era muy difícil sustituir al hombre que elevó al Real Madrid desde la modestia de la posguerra a la grandeza hasta convertirlo en el club más importante del mundo. Florentino Pérez estudió muy bien todo lo que hizo Bernabéu desde 1943 hasta 1978. Y quiso ser presidente del Real Madrid para continuar y recuperar una historia de éxito. Lo que nadie esperaba, solo él lo sabía, es que su objetivo era superar el legado de Don Santiago.

Bernabéu puso los cimientos para crear un club de leyenda y Florentino ha potenciado y transformado ese trabajo hasta llevarlo a lo más alto y convertirlo en la empresa deportiva más importante del planeta, con un prepuesto de 1.200 millones esta temporada, un caso único en el orbe del deporte. Pérez ha logrado que el Real Madrid no sea un equipo de fútbol, sino una sociedad con una repercusión global en los cinco continentes ilimitada, infinita. Nadie ha alcanzado esta influencia internacional e intergeneracional, que es fruto del trabajo y de una modernización total de la entidad.

El secreto de Florentino Pérez es dirigir lo que era un equipo de fútbol como una empresa multinacional, con 'venta del producto' en todo el globo. El resultado de este cuarto de siglo de labor expansiva es que tanto la FIFA, como la UEFA como la Unión Europea reconocen al Real Madrid como el ejemplo universal de sociedad deportiva. El ejemplo a seguir.

El legado de Florentino Pérez

Si la marca Real Madrid quisiera, no tendría ni que competir en España, ni que competir siquiera, porque sus victorias rodeadas de épica, que Bernabéu comenzó en la Copa de Europa 1956 y que Florentino ha patentado con sus siete Champions de órdago, han generado tal pasión por el conjunto blanco que recibe ofertas para jugar en todos los continentes y estaría otros veinticinco años cumpliendo esas peticiones sin parar.

Claro, el fundamento del éxito del Real Madrid es competir y continuar ganando a escala internacional como lo ha hecho en este cuarto de siglo y especialmente en la última década. Porque lo más importante de este club histórico es que mantiene vivas sus legendarias hazañas gracias a sus éxitos actuales. El primer legado de Florentino Pérez es que ha conseguido siete Champions en el siglo XXI y que seis de ellas las ha ganado en los últimos once años, desde 2014 hasta hoy, lo que significa que el Real Madrid de la leyenda es también y sobre todo el Real Madrid del presente. Esos triunfos los han visto cuatro mil millones de personas por televisión.

El segundo legado del presidente es que esa historia de éxito ha provocado que estén reconocidos en el mundo nada menos que 650 millones de madridistas, muchos de los cuales compran sus productos en los sitios más recónditos del planeta. Hay que subrayar que el Real Madrid, modernizado y digitalizado, es el primer club deportivo por seguimiento en todas las redes sociales, una cifra millonaria que sube cada día.

El tercer legado es que su gestión ha supuesto la consecucón de 66 títulos desde que fue elegido para el cargo el 16 de julio del año 2000. Sus títulos se concretan en 37 competiciones de fútbol y 29 de baloncesto. Los 37 éxitos en fútbol de diversifican así: siete Copas de Europa, siete Mundiales de Clubes, seis Supercopas de Europa, siete Ligas, tres Copas del Rey y siete Supercopas de España. Las 29 victorias en baloncesto se dividen así: tres Copas de Europa, una Copa Intercontinental, nueve Ligas, siete Copas del Rey y nueve Supercopas de España.

El club más valioso del mundo

El desarrollo estructural, empresarial, digital e internacional del Real Madrid fueron conceptos que Florentino Pérez traía en la cabeza cuando entró a la presidencia hace un cuarto de siglo. Y los aplicó hasta definir al Real Madrid actual, una sociedad multinacional. Pero lo primero que hizo fue seguir los pasos de Bernabéu, esos que él siempre recuerda: hay que tener un gran estadio y después contratar a los mejores jugadores para llenarlo y ganar títulos.

Florentino Pérez llegó al cargo y fichó a Figo y a Zidane. Y levantó su primera Champions. Luego vinieron Ronaldo y Beckham. Y atacó otra fase importante de su legado: la construcción de la nueva ciudad deportiva, inaugurada por Di Stéfano y un chavalito llamado Carvajal, un ejemplo de obra de creación de cantera que han copiado el Manchester City y otras entidades extranjeras.

Florentino Pérez dejó la presidencia en 2006 y volvió en junio de 2009 con ideas renovadas. Conocía bien lo que es el fútbol, había vivido éxitos y había cometido errores que no repetiría. Su segunda etapa ha sido la más grande de la historia de este deporte.

En 2009 presentó a Cristiano, a Benzema, a Kaká, a Xabi Alonso y Arbeloa. Modric llegó en 2012 y Bale en 2013. Con ellos celebró la Copa de Europa en 2014. Trajo entonces a Kroos. Y comenzó la década prodigiosa. Festejó las Champions 2016, 2017 y 2018. Fichó a Courtois, Vinicius, Rodrygo, Camavinga y Alaba. Conquistó la Copa de Europa 2022. Captó a Rüdiger y Tchouaméni. Ganó la Champions 2024. Y en estas seis Copas de Europa festejadas en once años siempre participaron Carvajal y Nacho. Y en las últimas cinco estuvo Lucas Vázquez.

El balance de toda esta era de gestión es que el Real Madrid es considerado por la revista económica Forbes «el club deportivo más valioso del mundo». Se calcula que su valor es de 6.700 millones de euros, pero todo el legado del estadio, la ciudad deportiva y el desarrollo empresarial de ambas hacen pensar en un valor de 10.000 millones.

El nuevo estadio

Estadio, fichajes, titulos, ciudad deportiva. Florentino Pérez dejó para el final la obra del estadio porque el campo ya existía y lo que había que planificar era una gran remodelación para convertirlo en un centro moderno multiusos que produzca dinero ajeno al fútbol y poder competir así con los clubes estado como el City (Emiratos Árabes), el emergente Newcastle (Arabia Saudí) y el PSG (Qatar), sin olvidar al Chelsea y al Manchester United, dirigidos por multimillonarios.

La lucha contra los equipos estado era una realidad que Florentino Pérez había analizado con sus consejeros cuando regresó a la presidencia en 2009. Sabía que serían sus verdaderos rivales. Y en esa pelea está. Las ultimas cuatro Champions han sido ganadas cronológicamente por Real Madrid, City, Real Madrid y PSG. Sintomático.

El nuevo Bernabéu debe aportar a la casa blanca ingresos extraordinarios para competir contra esos estados. Es una obra mastodóntica que está ejecutada en su formato estructural y que ahora realiza trabajos internos para concretar diversos negocios de ocio que serán algunos de sus atractivos externos al balompié. Los conciertos volverán a esta sede una vez solventadas algunas cuestiones técnicas.

Lo más destacable de esta gestión de Pérez es que el Real Madrid vive el ciclo ganador más importante de su historia, con seis Champions en los últimos once años, superando la era de la leyenda de Di Stéfano y Gento, mientras construye el nuevo estadio. Es el más difícil todavía, porque habitualmente la construcción de los campos ha implicado las crisis económicas de los equipos, acuciados por la deuda. Santiago Bernabéu supo bien lo que es eso. Y le pasó al Liverpool y a otros grandes.

El Real Madrid ha demostrado que nada es imposible y ha conquistado las dos últimas Copas de Europa mientras continuaba la remodelación del Bernabéu y tras una pandemia que arruinó a todos los ámbitos de la sociedad y que supuso que la casa blanca dejara de ingresar 300 millones.

Es una historia de éxito. El resultado es sorprendente y lo ves, boquiabierto, en cualquier lugar, en el más recóndito del planeta. Lo hemos visto en Sao Paulo y en Lisboa. En Bankog y en Singapur. En Bombay y en Delhi. Niños, jóvenes, gente humilde, que con las pocas rupias o 'reais' que tienen, se hacen una foto al lado de Mbappé y de Bellingham y la cuelgan con orgullo en sus modestas casas. La tecnología digital permite estas cosas. Esas personas nunca podrán posiblemente venir a Madrid a ver a su equipo. Pero son madridistas y las pocas rupias que tienen se las gastan en serlo. Eso es culpa del Real Madrid. Pérez lleva un cuarto de siglo y sigue. Como dijo Gardel, que veinte años son nada. Florentino acaba de empezar.