La queja pública de Mbappé y la suplencia de Vinicius llevan las dudas a la directiva del Real Madrid

Sin nervio, sin velocidad, sin carácter, sin personalidad, sin poderío, sin mando, sin actitud ganadora y con una imagen desastrosa. La cúpula del Real Madrid ha tomado cartas en el asunto y pide una reacción de los futbolistas y de Xabi Alonso, porque esto no puede seguir así.

Hay preocupación en el club blanco. La desconexión entre el preparador y la plantilla hace entrar en dudas a todos, dirigentes, cuerpo técnico y futbolistas. Lo que más preocupa es pensar que el equipo se le ha ido de las manos a Xabi Alonso.

Lejos está la ilusión del Mundial de Clubes, cuando el guipuzcoano imponía la presión alta, morder por todo el campo y crear emparejamientos individuales para no dejar moverse al rival en duelos cara a cara. Ahora, parece que no se hace nada de eso y no se sabe si es porque el vasco ha cambiado de exigencia o porque los jugadores se niegan a ello, pero el Real Madrid juega de manera plana y la peor sensación es que los futbolistas dejan entrever en el campo que no creen en lo que hacen.

Llegó un gol de los locales y Mbappé hizo este comentario en el césped: «Normal». Daba a entender que era lo lógico, porque los visitantes, su equipo, el líder, no jugaba a nada. Y ese sentimiento es una sentencia. El francés falló dos ocasiones claras y después el Real Madrid siempre fue a remolque.

En Vallecas, Vinicius también deslizó una frase negativa al ver los cambios que realizaba Alonso, sin dar entrada a Gonzalo o Endrick. El brasileño dijo que el entrenador parecía que no quería ganar. Son dos mensajes que expresan que no hay conexión entre lo que pretende el preparador y lo que ejecutan los futbolistas. Las sombras crecen.

La suplencia de Vinicius

La dirección deportiva sabe que los culpables son tanto los jugadores como el técnico, asume que quienes fallan con el balón son los futbolistas, que quienes no marcan a Álvaro Rodríguez hasta que consigue el gol son unos defensas muy pasivos, pero no se comprende que tras dos partidos sin vencer Vinicius volviera a ser suplente. Alonso le sacó en Elche a la hora de juego porque quiso reservarlo para la visita al Olympiakos. Los tiempos, los tempos de Alonso, no son los del Real Madrid, no coinciden, no conectan por la misma emisora. Y eso es peligroso.

Tampoco Vinicius solucionó nada en el terreno ilicitano cuando salió a la hora de partido, pero lo que no sonaba bien era la insistencia en la titularidad de Rodrygo, que suma casi 30 partidos de blanco sin marcar.

Se criticó a Xabi por alinear en el once inicial a Fran García como lateral ofensivo en un sistema de tres centrales y la verdad es que el manchego fue, junto a Asencio, el mejor del Real Madrid. Fran García ejerció como todo un extremo por la izquierda y jugó bien. Pero no se sintió acompañado en ataque por Mbappé y Rodrygo, que no acertaron. Raúl Asencio, otro canterano, destacó sobremanera en el encuentro, verdad que desvela que el Elche fue muy incisivo e hizo sufrir a los blancos.

Dejamos para el final un punto fundamental. Algunos jefes del vestuario reconocen que son los máximos culpables, porque si fallaron con Ancelotti y también fallan ahora con Alonso, la culpa no será tanto del entrenador de turno como de los jugadores. Y este capítulo es importante porque reafirma esa posible desconexión entre el máximo responsable del grupo y la mayoría de la plantilla.

El club ha puesto firmes a técnico y plantel. Les ha pedido claramente reconducir la situación. Que Xabi sea Xabi y que los futbolistas demuestren el nivel que tienen. El Pireo es la primera parada de un largo viaje que continuará en Gerona y Bilbao. Se la juegan todos. Van tres partidos sin ganar. Están en alerta y en la casa blanca no quieren encender el estado de alarma.