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28 de abril de 2024

Bale durante el entrenamiento en el Etihad Stadium el pasado 25 de abril

Bale durante el entrenamiento en el Etihad Stadium el pasado 25 de abrilAFP

Bale no está convocado ante el Espanyol: la ausencia definitiva a pesar de la costumbre

El jugador galés no parece querer «terminar bien» en el Real Madrid, como aseguró Ancelotti, tras no figurar a última hora en la lista de un partido por «molestias en la espalda»

Carlo Ancelotti dijo hace poco que Bale estaba bien y que quería «terminar bien» en el Real Madrid. Algo que parece cada vez más difícil después de la reacción del público del Bernabéu tras más de dos años años del galés sin pisar el césped de su «casa». Bale reaccionó a la pitada riéndose con sorna, muy al estilo del «Wales. Gol. Madrid. In that order» que dio lugar a la definitiva oleada de indignación contra el delantero británico.

La última cabalgada

Pese a que se esperaba (quizá solo sea un extendido deseo romántico sin fundamento) una última cabalgada del galés con los blancos, un último servicio en medio del desahucio con la Liga 35 a punto de conseguirse y la decimocuarta Copa de Europa al alcance de dos partidos, su no convocatoria en un encuentro donde casi todo parece indicar que jugarán los no habituales, es en sí misma un desahucio, quizá el auto desahucio acelerado (la explicación del club son unas molestias en la espalda) que certifica su final antes de tiempo.

A Bale no se le vio celebrar las últimas remontadas de su equipo, tan solo se le vio sonreír

A Bale no se le vio celebrar las últimas remontadas de su equipo, tan solo se le vio sonreír, casi con la mirada perdida como si ya nada importara. Un nihilista en el Madrid, un hombre nuevo muy lejos de la pasión de antiguas celebraciones como la de después de aquel gol al Barcelona en la final de la Copa del Rey o la de luego de marcar el cabezazo que ponía por delante al Real Madrid en la prórroga de la final de la Copa de Europa en Lisboa, tras el empate agónico de Sergio Ramos en el descuento.
La gloria del jugador de Cardiff parece haber ido agotándose como sus ganas, como su personalidad, al mismo ritmo que sus constantes lesiones: un verdadero desencanto. Una caída que nunca ha acabado de producirse sin remisión en el ínterin de sus desapariciones y regresos fallidos. Bale se perdió en ellos y acabó refugiándose en una suerte de humor británico que nunca se entendió, o quizá nunca quiso entenderse mientras empezó a dejar pasar el tiempo que ya deja que corra lo más rápido posible, pase lo que pase, sin ningún tipo de interrupción.
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