
Kylian Mbappé y Vinicius Junior protestan una acción a Muñiz Ruiz
El Real Madrid quiere árbitros de cualquier parte del mundo, menos los surgidos del 'horno' de la RFEF
El escándalo arbitral es mayúsculo: hasta el excolegiado Iturralde González, conocido por sus críticas al club, afirma que la entrada a Mbappé es roja
El vestuario lo da todo por Ancelotti: «Si defendemos con sacrificio podemos luchar por todo»
Florentino Pérez solicita desde hace dos décadas un cambio total de una estructura arbitral considerando que está viciada, corrompida. El reconocimiento de Enríquez Negreira de su objetivo de que no hubiera arbitrajes en contra del Barcelona, que le pagó 8,5 millones de euros para ello, fue la prueba que el Real Madrid necesitaba ante unos arbitrajes que durante cuatro lustros fueron siempre perjudiciales para el club madrileño y muy beneficiosos para el conjunto azulgrana, qué ganó nueve Ligas y seis Copas del Rey en los 18 años de pago mensual a Negreira, que era el vicepresidente del comité de los árbitros españoles y quien designaba los colegiados de cada partido y, lo que era más importante, los ascensos y descensos de categoría de sus pupilos.
Rafael Louzán fue elegido presidente de la Federación Española de Fútbol hace unas semanas y en una conversación con Florentino Pérez escuchó una posición que el dirigente madridista ha hecho durante muchos años, tanto a Pedro Rocha como a Luis Rubiales como a otros cargos del balompié nacional. El presidente del vigente campeón de Europa le dijo al nuevo responsable del fútbol español que hay que cambiar a todos los árbitros que se han formado en la era de Enríquez Negreira. Le comentó coloquialmente que trajera colegiados de Inglaterra.
En realidad, el Real Madrid desearía que fueran árbitros de cualquier parte del mundo, aunque sean de Afganistán o de las Islas Fiji, menos los surgidos del horno de Enríquez Negreira.
Siempre pidió la entidad madridista que Medina Cantalejo y Clos Gómez no fueran los responsables del Comité de Árbitros y del VAR. Louzán tiene trabajo por hacer.
El nuevo jefe del balompié patrio tiene tarea porque Florentino Pérez le dijo lo que le dijo y a las primeras de cambio ya ha visto lo que sucede. El sábado, en Cornellá, el videoarbitraje español y el colegiado de turno, Muñiz Ruiz, perjudicaron ostensiblemente al líder, que lo sigue siendo a pesar de los habituales perjuicios de los jueces del comité, unos árbitros a los que el Real Madrid cae mal porque sencillamente les quiere echar a todos.
Primero, autocrítica madridista
El Real Madrid es el equipo más laureado del mundo desde hace tres cuartos de siglo y no se tapa los ojos. La dirección deportiva y Carlo Ancelotti saben que el conjunto blanco no jugó bien en Barcelona. Dicha la verdad, dominó el partido, tiró veinte veces la puerta, le anularon un gol, no se pitó un penalti por manos que pudo serlo y no se expulsó a Carlos Romero por una entrada criminal. Ese futbolista fue el que marcó después el gol del triunfo local.
Sí, el Real Madrid no jugó bien. Ancelotti no hizo cambios pronto. Cierto. Todo es verdad. Pero con un arbitraje normal el campeón de Liga vigente habría ganado este partido. Fue uno de esos encuentros en los que el favorito no rinde al máximo, pero tiene oportunidades y oficio para hacerlo. Fueron Muñiz Ruiz y el VAR los que le indujeron a la derrota. Y en su enorme error llegan a contar mentiras para justificar sus equivocaciones. Pero contemos los hechos cronológicamente.
Primero: penalti de Jofre por manos
La primera denuncia deportiva del Real Madrid es que hay un penalti claro de Jofre por manos que ni Muñiz Ruiz sanciona ni el VAR tampoco.
El jugador blanquiazul tiene el brazo abierto y el penalti es claro. No se entiende por qué el videoarbitraje no interviene. El partido estaba empatado a cero.
Segundo: golazo de Vinicius
Vinicius anota el tanto, un golazo, y Muñiz Ruiz lo anula porque afirma que hay una falta de Mbappé a Pol Lozano. Es al revés. Pol agarra al francés para que no se acerque al remate y lo que hace Kylian es desembarazarse del placaje. El tanto de Vinicius era legal. Tanto el penalti no señalado como el gol se produjeron en la primera media hora del partido. Dos perjuicios graves en treinta minutos. El VAR sigue de vacaciones y no interviene.
Tercera denuncia: la roja
La suma de equivocaciones en contra del Real Madrid y la gravedad del tercer error arbitral han colmado el vaso de la paciencia de la afición blanca. Las redes sociales explotan ante la actuación del colegiado y la inacción del VAR, que ya estaba de carnaval.
Posteriormente, pasada la hora de partido, una entrada durísima de Carlos Romero a Mbappé, por detrás y sin disputar el balóna, solo fue castigada con tarjeta amarilla. El futbolista local quería frenar al francés como fuera, porque se escapaba, y realizó una acción muy desagradable de ver. Muñiz Ruiz mostró únicamente tarjeta amarilla porque no le pegó de lleno, pero si le llega a cazar bien lo rompe. Era una entrada violenta con la intención de frenar al rival como fuera y el colegiado debió mostrar la cartulina roja. No lo hizo. Lo peor es que el VAR tampoco advirtió al colegiado de la gravedad de la acción y no le aconsejó que expulsara al jugador españolista.
Ese hombre, Romero, anotaría posteriormente el gol de la Victoria local. De las tres acciones punibles en contra del Real Madrid se pasó a la victoria españolista gracias a un futbolista que no debería estar en el campo. El madridismo arde. Hasta Iturralde González, excolegiado famoso por sus críticas al Real Madrid, señala que es una cartulina roja clarísima.
El acta arbitral miente
Cometidos tantos errores, lo peor del cooperativismo arbitral es que se justifican con mentiras. Muñiz Ruiz dice en el acta que mostró tarjeta amarilla a «Romero por una entrada temeraria a Mbappé en la disputa de un balón». El propio Romero deja al colegiado y al VAR en ridículo: «Sabía que era imposible parar a Mbappé y lo paré como pude, no me gustó, fue un poco feo y después le pedí perdón». El autor del gol decisivo manifiesta sin escrúpulos y con suma sinceridad que él no va a disputar el balón sino a frenar a Mbappé como sea.
El análisis del Comité Técnico de Árbitros debe meter en la 'nevera' a Muñiz Ruiz durante un mes, pero los tres puntos los ha perdido ya el Real Madrid. El campeón de Liga vigente está acostumbrado a ser perjudicado y ver cómo después se mete a los colegiados en la nevera. Sucedió con De Burgos Bengoechea. Y con otros jueces. Pero los puntos no se devuelven.
Louzán tiene trabajo, sí. Tres decisiones en contra, todas las decisiones en contra, y partido perdido. Árbitros de Camboya y de Nepal.
Rüdiger: a por la vuelta del City
Para colmo de males, Rüdiger, el mariscal de la defensa madridista, se lesionó en Cornellá. Sufre una dolencia en el bíceps femoral de la pierna derecha. Son tres semanas de baja. Pero el alemán y los doctores van a intentar que pueda disputar el partido de vuelta frente al Manchester City en el Bernabéu, el 19 de febrero. Eso sí, se pierde seguro el derbi y la visita a Manchester del día 11. Una baja demasiado grave en el momento clave de la temporada. El Real Madrid, no obstante, está acostumbrado a los imponderables. A lo que nunca se acostumbrará es a estos arbitrajes.