
Carlos Alcaraz en la presentación de su documental
El terremoto que ha provocado Alcaraz en el tenis tras mostrar que sale mucho de fiesta
El documental de Netflix de Carlos Alcaraz: A mi manera ha generado numerosas reacciones por la forma que tiene el murciano de tomarse el tenis
El aviso del último entrenador de Nadal a Alcaraz por su «filosofía de vida»
El pasado miércoles 23 de abril, que fue justo el día que comenzó el cuadro masculino del Mutua Madrid Open, se estrenó el documental de Carlos Alcaraz con Netflix titulado Carlos Alcaraz: A mi manera. Había una gran expectación porque las cámaras de la plataforma estadounidense habían estado siguiéndole un año entero en una temporada donde conquistó Roland Garros y Wimbledon además de llegar a la final de los Juegos Olímpicos, aunque ahí se tuvo que conformar con la plata.
Fue una gran temporada del tenista murciano en cuanto a títulos, con dos Grand Slams, aunque no compitió en ningún momento por hacerse con el número 1 del mundo, que estuvo en poder de Jannik Sinner. Además, dio la sensación de estar muy fuera del tenis en algunos momentos del curso y tuvo varios altibajos, tanto en forma de resultados como física, con alguna que otra pequeña lesión.
Se le criticó a Carlitos, que el pasado 5 de mayo cumplió 22 años, estarse desde Wimbledon –en julio– hasta febrero del siguiente año sin ganar un título porque eso le privó de pelear por el número 1 del mundo, algo que con su edad debería ser un objetivo principal en cada temporada. Por eso, visto el documental y su afición por salir de fiesta, los críticos han cargado duramente contra él por su manera de afrontar el tenis.
Las redes sociales se han llenado de comentarios, algo que no sorprende, pero lo que sí ha llamado la atención es escuchar a otros profesionales del tenis opinar sobre el asunto. Los más duros —aunque tampoco lo han hecho en forma de 'palo'— han sido Roberto Bautista y Carlos Moyá, Ambos consideran que es imposible estar en lo más alto del ranking ATP y luchando por cada gran título «llegando a las 7 de la mañana a casa».
También hay defensores
Otros tenistas, como Alejandro Davidovich o Francisco Cerúndolo, una de las sensaciones de la temporada, han defendido el comportamiento del murciano que, recordemos, solo tiene 22 años. «Se le debe hacer muy difícil separar la vida tenística con la privada y social. Le reconocen en todas partes del mundo y es muy importante tener esos descansos y privacidad fuera de la pista. A mí me pasa algo similar: me gusta pasarlo bien fuera de la cancha para rendir mejor dentro. El tenis todo el día, cansa», comento el argentino.
Todo esto demuestra que cada uno tiene su opinión y todas son respetables. El problema para Alcaraz es todo el ruido que se ha generado, pues además su lesión justo antes del Mutua Madrid Open no ayudó. Quedó de fiestero y se perdió el torneo más importante de su país justo el día en el que se estrenaba el documental de Netflix donde salían sus fiestas y las advertencias de su equipo, con Juan Carlos Ferrero (entrenador) y Albert Molina (manager) al frente.
Ahora, ya recuperado y en Roma, el tenista murciano tiene una oportunidad de oro para acallar todas las críticas y aprovechar un cuadro bastante amable para hacerse con el único Masters 1000 que le falta en tierra batida, meter presión a Sinner en el número 1 y llegar lanzado a Roland Garros. Ahora su imagen está cuestionada, aunque no se debe olvidar que es un chico de 22 años y que también Federer, Nadal y Djokovic salieron durante su juventud, lo único que por aquel entonces no había tantas cámaras ni tampoco redes sociales.