El deseo de Medvedev para perjudicar a Alcaraz en Wimbledon se le vuelve en contra

Nunca conviene hablar antes de tiempo. Y mucho menos en la antesala de un Grand Slam, torneo de tenis en el que es bastante frecuente ver a favoritos caer a las primeras de cambio contra rivales que saltan a la pista sin ningún tipo de presión y con ganas de impresionar a los aficionados.

Si no que se lo digan a Daniil Medvedev. Antes de que se hiciera el sorteo de Wimbledon, el tenista ruso, número nueve del mundo, deseó que la organización del Grand Slam británico le pusiera un cuadro difícil a Carlos Alcaraz, el mejor tenista del mundo en los últimos meses, en plena entrega de premios del ATP 500 de Halle, que acabó ganando el kazajo Alexander Bublik.

«Espero que te cruces con Alcaraz o Sinner en Wimbledon. Depende de las sensaciones, alrededor de tercera o cuarta ronda. Continúa jugando así y crúzate con Alcaraz o Sinner en Wimbledon, por favor», dijo, micrófono en mano, Medvedev.

Pues bien. Ese deseo no se ha cumplido porque Medvedev cayó derrotado en primera ronda contra el francés Benjamin Bonzi, al que faltó al respeto en pleno partido («¿Por qué no jugar así todos los días y ganar millones...? ¡No! Decidió hacerlo una vez al año», dijo el ruso irónico y molesto).

Pero lo más curioso es que Bublik, que venía de ganar en Halle y que era considerado como una de las mayores amenazas del cuadro masculino de Wimbledon, también perdió en primera ronda, en este caso contra el español Jaume Munar en un partido que se fue hasta los cinco sets (6-4, 3-6, 4-6, 7-6(5) y 6-2). Por lo tanto, se puede afirmar, sin ningún problema, que la jugada le salió fatal a Medvedev, ya que tanto él como Bublik se fueron para casa a las primeras de cambio.