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Juan Carlos Ferrero, Álex Corretja, Albert Costa, Joan Balcells y Dudu Duarte posan con la primera Ensaladera

Juan Carlos Ferrero, Álex Corretja, Albert Costa, Joan Balcells y Dudu Duarte posan con la primera EnsaladeraRFET

El día en el que España cambió la historia de la Copa Davis con su primera Ensaladera

Carlos Alcaraz aún no había nacido aquél 10 de diciembre del 2000, cuando en el Palau Sant Jordi de Barcelona, el cuarteto formado por Juan Carlos Ferrero, Albert Costa, Alex Corretja y Joan Balcells, con Javier Dudú Duarte como cabeza visible de la capitanía compartida con Juan Avendaño, Jordi Vilaró y Jose Perlas, integrantes del denominado entonces G4, alzó el primer título de la Copa Davis para España tras vencer en la final a Australia.

Rafael Nadal tenía 14 años entonces. Asentado como una de las mayores promesas del tenis, ejerció de abanderado del equipo español en aquella final con aquel título, el primero de los seis que ahora contempla el palmarés de la selección de España.

Cuatro años después de aquél 10 de diciembre, el ganador de veintidós títulos del Grand Slam conseguiría su primera Ensaladera como integrante del equipo nacional y la segunda para la Armada. El balear, el mejor deportista español de siempre, cerró su carrera hace un año, precisamente en la fase final de este torneo, en Málaga, con cinco de los seis títulos de la Davis bajo el brazo. Y en la primera, como portaestandarte.

Pero fue en el Sant Jordi, hace un cuarto de siglo, cuando empezó todo. Estuvo en puertas del éxito en dos ocasiones antes y siempre se estrelló ante Australia. Primero en 1965, en Sidney, con Manolo Santana, José Luis Arilla, Joan Gisbert y Juan Manuel Couder. Después, en 1967 en Brisbane, con Santana, Manuel Orantes, Arilla y Gisbert.

A la tercera fue la vencida para España que volvió a toparse con el conjunto australiano en la final. Pero esta vez en Barcelona, como local, sobre tierra batida. Aun así, el combinado oceánico, el más laureado en este evento junto a Estados Unidos, estaba compuesto por los mejores jugadores del mundo, como Lleyton Hewitt, Patrick Rafter, ganadores de torneos de Grand Slam, y Mark Woodforde y Sandon Stolle.

Tiempo atrás, los componentes de la Armada habían tocado fondo y estuvieron al borde del descenso, fuera del Grupo Mundial. Pero tras asegurar la permanencia en el enfrentamiento contra Nueva Zelanda, con un equipo B, un golpe de mano oportuno cambió el recorrido de España. Manolo Santana dejó de ser capitán y el G4, integrado por los cuatro técnicos de los principales jugadores, ocupó su lugar.

Todo cambió a partir de entonces. El panorama del equipo nacional y también el trayecto en el Grupo Mundial, con eliminatorias como anfitrión, con el recinto y la superficie a elección. Sobre arcilla, inició el recorrido en la primera ronda en Murcia, contra Italia y después, en abril, en Málaga, ante Rusia, con Marat Safin y Yevgeny Kafelnikov. España tenía un grupo consolidado. Especialmente con Corretja, Costa y Balcells. Después llegó Juan Carlos Ferrero.

No fue aquella la única decisión adoptada por el grupo de capitanes que previamente, dejaron fuera de la convocatoria a Carlos Moyá, un fijo en el equipo, para calibrar el valor del dobles y mantener a Balcells, el gran especialista en esta modalidad. Todo salió a la perfección y el éxito dio la razón a la idea.

Australia se puso por delante cuando Hewitt ganó a Albert Costa en cinco sets, en un duelo dramático (3-6, 6-1, 2-6, 6-4 y 6-4) pero Ferrero superó a Patrick Rafter que no pudo completar el partido y abandonó la pista en plena remontada del joven español 6-7(4), 7-6(2), 6-2 y 3-1. Fue el principio del éxito.

La idea de los cuatro capitanes tenía un objetivo. El dobles. Punto clave. Y decidió la final. Balcells y Corretja ganaron a Sandon Stolle y Mark Woodforde por 6-4, 6-4 y 6-4 y pusieron a España a un partido de la final.

Fue Ferrero el que selló el primer triunfo español en la Copa Davis. Ganó el punto definitivo, en el cuarto duelo, a Hewitt por 6-2, 7-6(5), 4-6 y 6-4. España había hecho historia. Rompió el techo e inició un recorrido y un dominio absoluto en la irrupción del siglo XXI. Apareció Nadal, y el tenis español se universalizó y reinó.

Tres años después, Australia se tomó la revancha y ganó la final a España en Melbourne, sobre hierba, con Ferrero, Moyá, Corretja y Feliciano López.

Pero la Armada conquistó tres en cinco años: en Sevilla 2004, frente a Estados Unidos, con Ferrero, Moyá, Nadal y Robredo; en 2008, en Mar del Plata, ante Argentina, la primera y única como visitante. Con David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López y Marcel Granollers. Nadal, que había contribuido en cada eliminatoria, se perdió la final por lesión. La cuarta fue otra vez en Barcelona, ante la República Checa, con Nadal, Verdasco, Ferrer y Feliciano y la siguiente en el 2011, en Sevilla contra Argentina, con Nadal, Ferrer, Feliciano, Verdasco y Granollers.

La racha se acabó un año después, en Praga, superado por la República Checa en la final que jugaron Ferrer, Nicolás Almagro, Marcel Granollers y Marc López (3-2). La última, ya con el nuevo formato, fue en Madrid, ante Canadá. Con Nadal, Roberto Bautista, Pablo Carreño, Granollers y Feliciano López.

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