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25 de abril de 2024

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, tiene tarea por delante.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, tiene tarea por delante.Europa Press

Crisis con la inflación

El comercio resiste como puede mientras echa en falta más ayuda del Gobierno

Los propietarios de pequeños establecimientos, que representan el 90 % del sector, sufren con el aumento de los costes y el retraimiento del consumo

En la calle Gutenberg de Madrid hay una joyería cuyo dueño siempre estaba de buen humor, pero hace unos días no lo estaba. Preguntado por el motivo, respondía que cerca de su local acababa de cerrar una tienda perteneciente a una conocida red de perfumerías y en unos días lo haría una frutería que estaba al lado de su joyería. «Las cosas no parece que vayan demasiado bien», lamentaba.
Su historia conecta con las llamativas cifras de Eurostat aparecidas hace una semana: las ventas del comercio minorista en España cayeron en marzo un 4 % frente al 0,4 % de media en la zona euro. También con las del Índice de Comercio al Por Menor (ICM), difundido el 29 de abril por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que reflejaba una caída del 3,8 % en las ventas del comercio en marzo. Para más INRI, desde la Confederación Española de Comercio (CEC) señalan que a la encuesta del INE contestan grandes superficies que normalmente no representan la realidad del sector. La situación es peor de la que indican esas cifras. El 85-90 % de los comercios en España son microempresas de 6-7 empleados como mucho que están fuera de estas grandes superficies.
El secretario general de la CEC, Julián Ruiz, reconoce que el momento es muy complicado. Le preocupa especialmente el comercio pequeño. La pandemia, la inflación que retrae el consumo y el incremento de costes que ha traído la invasión de Ucrania están haciendo mella. «Si llenar el depósito de gasolina cuesta un 50 % más y la luz se ha encarecido un 40 %, está claro que los comercios han que detraerlo de otros gastos», indica.
En este contexto, Ruiz lamenta que las ayudas que ha habido hasta ahora no han servido para mucho: «Han ido orientadas al endeudamiento, como ha ocurrido con los créditos ICO. Ahora los comercios tienen dificultades para devolverlos, y eso afecta a su patrimonio. Lo que necesitan los comercios son ayudas directas, no créditos».
Tampoco tiene muchas esperanzas puestas en los fondos europeos: «Soy escéptico. Ya se ve que no han sido consumidos a día de hoy. El acceso a ellos es muy complicado para el pequeño comercio. Van a parar a grandes empresas, y a las pequeñas llegan con cuentagotas».
En este punto es en donde piden más ayuda de las entidades locales, regionales y nacionales. A las primeras les piden seguir dinamizando el consumo con campañas como los bonos que financian el gasto de los consumidores y acaban en el comercio. Al Gobierno le piden que se constituya la mesa nacional que llevan pidiendo desde hace dos años para reflexionar sobre el comercio y tomar medidas; también que bajen impuestos y se estudie cómo pueden reducirse los costes que se van acumulando, teniendo especialmente en cuenta que la mayoría de los comercios son gestionados por autónomos. Los autónomos tienen unos costes cada vez mayores. Entre ellos ha destacado últimamente la subida de cotizaciones.
Las dificultades para los comercios impactan de manera diferente en ciudades y en municipios pequeños, y también según el sector. Los incluidos en el equipamiento a la persona (textil, calzado, complementos...) están lejos de alcanzar sus ventas prepandemia.
Por todo ello, el sector reclama ayudas, también teniendo en cuenta que la edad media de sus empleados es de 55 años y que cada vez encuentran más obstáculos para el relevo generacional. Julián Ruiz estima que, si no se toman medidas, en cinco o seis años podría verse afectada la oferta comercial.
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