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26 de abril de 2024

El primer ministro italiano, Mario Draghi

El primer ministro italiano, Mario DraghiEFE

Crisis de Gobierno en Italia

La marcha de Draghi pone a prueba las costuras de Europa en su peor momento

Europa e Italia pierden a Draghi a las puertas de la mayor crisis energética de la UE. El país crecerá por debajo del 1 % en 2023 y cerrará este año con una inflación del 7,4 %

La maldición que persigue a los primeros ministros italianos alcanza a Mario Draghi. La rectitud y solvencia del expresidente del BCE contrasta con la inestabilidad a la que la política tiene acostumbrados a los ciudadanos, que vuelven a ver como un Gobierno se tambalea –esta vez– en el peor de los momentos para su economía.
La dimisión de ‘Super Mario’ rompe la presa que contiene a formaciones políticas impredecibles. Antes de la voladura del Ejecutivo italiano, detonada por el Movimiento 5 Estrellas, la líder de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni, ya sonaba como ganadora de unas elecciones previstas para la primavera de 2023.
La marcha de Draghi podría adelantar los plazos electorales a invierno, momento en el que Europa –e Italia– comenzarán a descubrir la peor cara de la crisis energética. Sin embargo, el presidente, Sergio Mattarella ha levantado un dique que garantiza cierta estabilidad hasta finales de año. El exjuez rechazó la dimisión de su primer ministro, obligando a la clase política a decidir si Draghi debe o no consumar el resto de su mandato.

Bruselas estima un crecimiento del PIB italiano inferior al 1 % en 2023

Los retos son enormes. La inflación italiana continúa disparada por encima del 8 %, su nivel más alto en 36 años, fruto del encarecimiento desbordante de la energía. El gas está desbocado en los 178 euros, por encima –incluso– de la cotización del mercado holandés, y empuja a una electricidad en máximos. Las previsiones son alarmantes. Bruselas estima que la economía italiana crecerá por debajo del 1 % en 2023 y eleva sus pronósticos sobre la inflación al 7,4 % a cierre de este año.

Italia, ante un desabastecimiento de gas

La Comisión Europea presentará el próximo 21 de julio su plan de contingencia ante el corte del gas ruso. La estrategia exigirá un invierno de duros esfuerzos a la industria y los ciudadanos de los países más expuestos a la energía del Kremlin, y uno de ellos es Italia. Con un crecimiento del 0,9 % del PIB y un IPC récord, Italia votará. Y lo hará con Meloni liderando –al menos de momento– las encuestas.
Giorgia Meloni, junto a Matteo Salvini, en un acto de protesta contra el Gobierno en 2020

Giorgia Meloni, junto a Matteo Salvini, en un acto de protesta contra el Gobierno en 2020GTRES

A la derecha de la derecha italiana, Meloni mantiene una dura y constante crítica a la Unión Europea. Apuesta por el proteccionismo frente a «los burócratas europeos», según mantuvo recientemente en un acto de Vox en España. Sus aspiraciones inquietan en Bruselas. Italia jugará un complicado papel en un contexto de desabastecimiento. La alianza que Draghi firmó con Argelia garantiza el suministro el gas por el sur, pero las regasificadoras del norte y los gasoductos que conectan a la península transalpina con el resto de Europa sitúan al país como un centro de distribución comunitario.

Europa exigirá unidad y solidaridad en un escenario de racionamiento energético

Italia –junto a España– deberá desempeñar el papel de solidario, limitando el consumo interno de gas para enviar los excedentes a aquellos socios con menor infraestructura. Meloni –si finalmente se hace con el cetro italiano– deberá gestionar esta situación. Y deberá hacerlo –según los sondeos– en un Gobierno de coalición con Matteo Salvini (La Lega) y Silvio Berlusconi (Forza Italia). Dos compañeros con un pasado cercano al presidente ruso, Vladimir Putin.
La tricefalia inquieta en el seno de la Unión Europea, que perderá con Draghi a uno de los puntales que mayor estabilidad aportan. Su experiencia al frente del BCE durante la Gran Crisis Financiera de 2008 le avala. Su liderazgo al frente de la institución monetaria en el peor momento del euro le valió su apodo, ‘Super Mario’.
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