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25 de abril de 2024

Valentín Bote es director de Randstad Research.

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Entrevista

Valentín Bote: «Hay muchos datos para esperar que el empleo vaya peor en otoño»

El director de Randstad Research, uno de los principales expertos en el mercado laboral español, nos explica las claves de la última Encuesta de Población Activa y sus perspectivas sobre el trabajo para los próximos meses

La Encuesta de Población Activa (EPA) aparecida el jueves ha dado mucho que hablar. El contraste entre el entusiasmo suscitado tras la aparición de los primeros datos y la realidad menos positiva surgida tras los análisis posteriores ha sido notorio. Comentamos con Valentín Bote la realidad de la encuesta y qué podemos esperar en los próximos meses.
–¿Qué opina de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada esta semana?
–Era una EPA que estábamos pendientes de recibir. Teníamos muchas incógnitas que queríamos aclarar y ver si la encuesta nos podía arrojar luz sobre alguna de ellas: sobre si la recuperación estaba frenando o no, a la luz de determinadas noticias que nos están preocupando en los últimos meses. Quizá era un poco prematuro para verlo, porque es una encuesta que arranca ya con algunos problemas obvios que se han ido agravando a medida que avanzaban las semanas. Esperábamos buenos datos, y lo que vemos es que la EPA ha respondido positivamente en términos estacionales. Ha habido un crecimiento fuerte del empleo, pero no ha sido ni muchísimo menos el mejor segundo trimestre de los últimos tiempos. De hecho, el segundo trimestre del año pasado tuvo un crecimiento del empleo bastante más intenso del que hemos tenido en este segundo trimestre. Además, la Semana Santa ha estado dentro de este segundo trimestre, y eso debería haber sido un plus positivo. Si vemos los números absolutos, con un crecimiento de 383.000 empleos y un descenso del paro de 255.000, la lectura sería que ha sido una buena EPA. Cuando se profundiza en algunas cosas, la lectura no es tan clara. Por ejemplo, hay que recordar que dentro de las cifras de empleo tenemos contabilizadas a estas personas que son fijos discontinuos, y que una parte de ellos no están activos. Supone un elemento que hay que analizar con más cuidado y corregir. Es lo mismo que ha ocurrido en estos meses con el paro registrado: al cambiar trabajadores temporales por fijos discontinuos, el fijo discontinuo, en el periodo en el que no está activo, no es un parado registrado. Aquí pasa algo parecido: el señor que es fijo discontinuo, cuando no está trabajando, no es medido como parado por la EPA.
–¿Qué otros temas considera relevantes?
–También hay que tener en cuenta las horas trabajadas. La proliferación de los fijos discontinuos y de los trabajadores a tiempo parcial puede hacer que aumenten las cifras de empleo, aunque no aumenten las horas que se trabajan realmente en España. Revisando la EPA he visto que el número de horas trabajadas por los asalariados del sector privado no es mayor hoy del que era hace tres años. He mirado el segundo trimestre del 19 para evitar estacionalidad, porque cuando comparas dos trimestres distintos, hay factores estacionales que no podía corregir. No hay más horas de trabajo en el sector privado de las que había hace tres años, y eso es bastante más coherente con que todas las instituciones de previsión nos estén rebajando el ritmo de crecimiento de la economía, y que todos nos digan que hasta finales del año que viene no recuperaremos el PIB pre crisis. En ese contexto, era extraño tener unas cifras de empleo ya muy por encima de las que teníamos antes de la crisis. Viendo las horas se matiza mucho, porque no tenemos más. De hecho, la cifra de horas trabajadas hoy por los asalariados del sector privado es virtualmente idéntica a la que teníamos hace tres años.
–La sensación generalizada es que los datos serán peores más adelante.
–Hay muchas señales de inquietud en torno al otoño. La desaceleración es un hecho. Se va a notar en las cifras de empleo antes o después. Ahí, otro factor importante a tener en cuenta es que, cuando empieza la crisis en 2020, cientos de miles de empresas han recibido ayudas con condiciones. Entre las condiciones estaban las moratorias de empleo: no poder despedir durante dos años, por ejemplo, y todas esas moratorias ya están venciendo. Eso augura que ese efecto más la desaceleración, la inflación, la subida de tipos y los problemas de suministros, hacen prever un otoño preocupante. Además, hay que recordar que estacionalmente el otoño no es el mejor momento para el empleo. Los meses buenos son la primavera y el verano. A partir de octubre, no estamos en la mejor época. Al final son muchos factores que nos hacen prever un otoño que será peor y que puede de alguna manera revertir estos buenos datos que hemos visto en el segundo trimestre.
–Se cumplen seis meses de la reforma laboral. ¿Cuál es su balance?
–La reforma laboral ha introducido un cambio en las políticas de contratación al restringir el tipo de contratos que hay disponibles. Las empresas han tenido que adaptar sus necesidades de contratación al nuevo escenario. Pero la realidad económica no ha influido en la reforma laboral. La realidad económica era la que era antes de la reforma y sigue siendo la misma después: hay empresas que tenían necesidades permanentes de empleo, y otras que tenían necesidades temporales o estacionales. Lo que hemos visto en estos meses es que muchas actividades temporales o estacionales han utilizado como fórmula de contratación no ya contratos temporales, sino contratos indefinidos en sus diferentes modalidades: fijo, discontinuo, indefinido, a tiempo completo o a tiempo parcial. Y hemos visto en estos meses un crecimiento muy grande de la mortalidad de los contratos indefinidos. Muchos contratos indefinidos miden hoy su mortalidad en días: no ya en años, sino en días. Un 5 % de las personas que firman un contrato indefinido ya han firmado en el mismo mes más de uno indefinido. Esto nos indica que esta figura está siendo utilizada para cubrir necesidades que son puntuales o temporales. ¿Por qué? Porque a las empresas les han metido mucho miedo con sanciones de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social, y han dicho: pues me cubro con contrato indefinido y despido al cabo de tres días. Nadie puede decirme nada. Vemos que crece mucho la contratación indefinida, pero no cambia esencialmente la actividad económica subyacente. Eso lleva aparejado este fenómeno de encontrarnos contratos indefinidos de cortísima duración: ver personas que firman varios contratos indefinidos en un mes. Es algo que no sería deseable para esta figura de contratación.
–La situación económica es igual de mala en todos los países, pero nuestros datos de paro son peores.
–Hay que hablar de la recuperación económica y del mercado de trabajo en términos de recuperación económica. Las rigideces de nuestra economía, y decisiones que han podido ser menos acertadas que en otros países, nos han llevado a una situación en la que nuestra economía es la única en la zona euro que no ha recuperado su situación precrisis. Somos el único país, y además parece que nos queda por delante un año y medio, si todo va bien, para recuperar los niveles precovid. El funcionamiento de la economía española, comparativamente, ha sido malo, sin matices. Hemos sido con diferencia el peor país de la Unión Europea en términos de recuperación. Es cierto que fuimos unos de los más afectados, pero algunos que fueron muy afectados, como Italia, nos llevan mucha ventaja en términos de recuperación. Y en términos laborales, también hay muchas diferencias entre países. Sigue siendo una constante que tengamos el doble de tasa de paro de la media europea. Indica que nuestro mercado laboral es mucho más rígido. Por otro lado, las cifras de paro no son comparables con las de antes de la reforma laboral: no porque hayan cambiado las reglas del juego de cómo medir los parados, sino porque al proliferar tanto los contratos fijos discontinuos, ha condicionado que personas que siempre se han medido como parados ahora las estemos midiendo como inactivos, como demandantes de empleo no parados. Incluso con este efecto, seguimos teniendo una tasa de paro que duplica la media europea. Creo que se puede deducir que tampoco la lectura es muy positiva.
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