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El portavoz económico de Vox, Rubén Manso, en su lugar de trabajo.

El portavoz económico de Vox, Rubén Manso

Entrevista al «gurú» económico de Santiago Abascal  Rubén Manso (Vox): «Ya advertí a Calviño de que con esos compañeros de viaje no iba a ninguna parte»

Hablamos sobre Presupuestos, la situación económica de España y las últimas medidas del Gobierno con una de las voces económicas más críticas del Parlamento

Rubén Manso es diputado de Vox por Málaga en el Congreso y el próximo 16 de diciembre cumplirá 56 años. Es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, inspector del Banco de España en excedencia, profesor de la Universidad de Alcalá también en excedencia y capitán del Ejército de Tierra en la reserva. Como nos cuenta en esta entrevista, desde su tribuna en el Congreso o su portavocía en las diferentes comisiones parlamentarias relacionadas con la economía ha reconocido el prestigio de Nadia Calviño y ha llegado a ofrecerle su colaboración por el bien de España. Sin embargo, no ha conseguido su propósito, y en esa línea ve que hay cosas que no van bien. Sobre ellas le preguntamos.

–¿Qué opinión le merecen los Presupuestos de 2023?

–Lo más preocupante es la irrealidad del cuadro macroeconómico (el Gobierno proyectó un crecimiento del PIB del 2,1 % en los Presupuestos de 2023 cuando el consenso apunta a que será de en torno al 1 %). Entremos en recesión técnica o no, el crecimiento se está ralentizando mucho y la recaudación no va a dar las alegrías de este año. Aun así, puede darse otro escenario con los efectos de segunda vuelta con la subida de los salarios. Si no deflactan el IRPF, con él y con el IVA, porque los precios de los productos siguen altos, se les pueden arreglar un poco las cifras. La inflación subyacente sigue alta, que es lo que se les olvida. No sabemos cuál de los dos escenarios imperará. Con el segundo, si no se deflacta el IRPF y la inflación sigue alta, se estaría detrayendo mucha renta disponible de la población; perjudicaría mucho a las familias y a las empresas. A ellos los Presupuestos les dan lo mismo. Es un trámite que hay que hacer porque lo pide la Constitución: luego les da igual si el Presupuesto se cumple o no, o si se desvía. Emiten deuda y arreglado. Lo más preocupante en España es que si los tipos de interés siguen como están, la partida de pagos financieros, el pago de la deuda, se va a ir disparando. En tres o cuatro años el pago de los intereses va a ser inasumible.

–¿Cómo ve la situación de las familias? Hay quien dice que la situación no debe estar tan mal cuando los restaurantes están llenos.

–Es verdad que los restaurantes están llenos. No sé si quienes los ocupan están disfrutando antes de que se acabe el mundo. Durante la pandemia se ahorró mucho: quizá esos ahorros deberían consumirse con más mesura.

Aunque esté metido en política, confío muy poco en los políticos. Hay gente con la que no puedes asociarte

–La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, no para de decir que la economía española va muy bien. ¿Qué le parece?

–Somos el único país que no tiene aún la renta per cápita anterior al Covid. Crecemos mucho porque venimos de muy abajo, pero los demás han alcanzado el nivel previo a la pandemia o lo han superado. Nosotros no.

–¿Le ha decepcionado Calviño? En su presentación en el Congreso usted alabó su prestigio.

–Le advertí de que sería imposible que hiciera nada con esos compañeros de viaje. Le ofrecí nuestra colaboración. Veía las formas que tomaba el Gobierno. Tiene mucho prestigio, pero con tal de mantenerse en su puesto…. Ha ido escalando de vicepresidenta tercera a primera, y no sé si aspira a ser la presidenta de España en una situación de crisis; si no, no se entiende. Aunque esté metido en política, confío muy poco en los políticos. Hay gente con la que no puedes asociarte. Y lo de Escrivá también es tremendo. Hace lo contrario de lo que decía cuando estaba en la AIReF, antes de ser ministro.

–¿Cuáles serían los puntos básicos de su estrategia económica ahora en España?

–Siempre hemos dicho que en nuestro país hay un gasto público superfluo brutal. En las elecciones de 2019 hablábamos de 24.000 millones. Este año el Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha hablado de 60.000 millones. Solo ese recorte de gasto no necesario ayudaría muchísimo. La bajada de impuestos habría que hacerla con mesura: aumenta la recaudación si estás a la izquierda del punto óptimo de Laffer; si estás a la derecha, no. Deberíamos copiar a Irlanda, por ejemplo, porque ha sido un éxito. Su estrategia con los impuestos bajos podría generar incrementos de recaudación a largo plazo muy superiores a las pérdidas a corto.

Todo control de precios generará escasez; es decir: lo contrario de los que buscan. Se encarecerán los precios, bajará la calidad

–¿Cómo ve el trabajo que se está realizando con la reforma de las pensiones?

–Todo son parches. No se quiere abordar el problema. En nuestro programa está la mochila austriaca e ir avanzando hacia un modelo de capitalización para las generaciones más jóvenes en una parte de sus contribuciones.

–¿Qué opina de la evolución del empleo? El Gobierno está muy contento.

–Solo se ha creado empleo público, y el número total de horas trabajadas no ha crecido desde el año 2018: estamos repartiendo trabajo, no creándolo. Si las horas trabajadas son las mismas y hay más gente trabajando, se está repartiendo, pero no creando. Habría que bajar las cotizaciones sociales, que es un impuesto al trabajo. El problema no tiene tanto que ver con el coste del despido. En España no es tan costoso despedir. El problema está más en las cotizaciones sociales: sin rebajar el salario del trabajador, reducir el coste laboral.

–¿Qué opina de los controles de precios que se han impuesto en la energía y ahora se plantea imponer en la alimentación?

–Todo control de precios generará escasez; es decir: los efectos contrarios a los que buscan. Se encarecerán los precios, bajará la calidad… Si pones límites a una barra de pan, la harán con una harina peor, con lo cual se produce un encarecimiento. La medida fundamental contra la inflación es no seguir con una política fiscal expansiva, y siguen con ella. El BCE necesita ser más restrictivo. Ha tardado en subir los tipos de interés. Había muchos Estados en una situación muy delicada, pero cuanto más tarden los Estados en apretarse el cinturón y más necesidad tengan de endeudamiento, más restrictivas tendrán que ser las políticas monetarias que aplique el BCE.

–¿Qué le parecen los impuestos a la banca, las energéticas y grandes fortunas, anunciados recientemente?

–Son puramente propagandísticos, como dije hace poco en el Congreso. No les preocupa si luego se los tumban por inconstitucionales: solo aspiran a decir que han puesto un impuesto a los ricos, a los bancos, al gran capital… y que la oposición se opuso. Si luego se lo tumba el Constitucional o tienen que devolver las cantidades, les da lo mismo; como si no recaudan nada, porque los números, como pasó con la Tasa Tobin, no son los que dicen. Estos impuestos recaudan poco.

–¿Y las ayudas a las hipotecas?

–Han cambiado el Código de Buenas Prácticas, pero las buenas prácticas ya las aplicaban los bancos por la cuenta que les trae. Es más marketing que otra cosa. Es un código al que puedes adherirte o no, pero las hipotecas siempre se han arreglado entre el banco y el cliente.

–¿Cómo ve el papel de Europa? ¿Piensa que en algún momento nos apretarán de manera seria?

–Ya apretaron en la anterior crisis. En esta llegará un momento en que aprieten. No sé si pillará al actual Gobierno o al siguiente, y eso les servirá para poder decir que es el siguiente el que recorta. Ellos crean las condiciones y luego acusan al siguiente, aunque curiosamente en la crisis anterior los recortes los hizo sobre todo Zapatero.

–¿Qué les diferencia del PP en política económica? ¿Siguen apostando por la eliminación de las autonomías?

–La desaparición de las autonomías choca con la Constitución. En el corto plazo no es posible. Siempre lo hemos sabido. Una cosa es tenerlo como objetivo de máximos. No somos autonomistas, pero ahí no nos hemos engañado nunca. También hay que decir que en las autonomías hay mucho derroche.

–¿Se puede decir entonces que su política económica es básicamente la misma que la del PP, con una perspectiva liberal, impuestos bajo, mochila austriaca...?

–Nuestra política no es básicamente la misma. Cuando ellos han estado en el poder han endeudado la nación, como hizo Rajoy. Ha sido el mandato donde más nos hemos endeudado, y no fue por la ayuda a las cajas de ahorro: si la descuentas, sigue siendo el periodo en el que más nos endeudamos, y subieron mucho los impuestos. El Partido Popular al final no aplica las políticas que dice, y el señor Feijóo tiene más pinta de Rajoy que de otra cosa.

–Pero si hay unas elecciones y les necesitan para formar Gobierno, habrá un acuerdo, ¿no?

–Si nos encontramos en esa situación, tendremos que llegar a un acuerdo. Para nosotros el problema está más en la parte ideológica. El Partido Popular se ha convertido en un gestor de las políticas del otro. Si viene a gestionar las políticas del otro, vamos mal.

–¿A qué se refiere en concreto?

–¿Cree que van a meterse en la regulación sobre violencia de género o el Ministerio de Igualdad? Intentarían matizarlas, pero seguirían con ellas. No se dan cuenta de que de toda esa parte ideológica viene luego el planteamiento general de la gente: un planteamiento en el que se aspira a que la vida se la solucione el Estado, no a ganársela por sus propios medios.

–¿Funcionarán algún día los fondos europeos?

–Si desde Europa están empezando a pedirles información… El problema es que los fondos europeos al final no son para tanto. Son 140.000 millones: la mitad es deuda. En los últimos quince años hemos multiplicado la deuda casi por cuatro y el crecimiento del PIB no ha llegado al 20 %: el efecto multiplicador de la deuda pública es muy pequeño, y cada vez menor. Los otros 70.000 millones son a fondo perdido contra una subida de las contribuciones a la UE. Lo que pasa es que en nuestro caso somos de los países en los que el aumento de las contribuciones será menor que el dinero que nos dan, cuando en otros países será al revés. Por tanto, si la mitad es deuda, el efecto multiplicador del crecimiento con deuda es muy bajo y decreciente, y una parte se va a contribuciones… Intentan transmitir a la población que siempre hay otro que te saca adelante, cuando tú no necesitas que te saque adelante Europa ni el Estado. Lo que necesitas es que Europa te dé las condiciones y la libertad para que puedas emprender, y el Estado tiene que dejarte. Luego siempre hay gente a la que hay que auxiliar, pero no hay que ir a esta mentalidad que se mete en todas las políticas contra las que el PP no quiere luchar de que, bueno: para eso está el Estado, para arreglarme a mí. Hay que devolver el protagonismo a la sociedad civil y a las personas.

–En el PP no entienden por qué Vox apoyó la solicitud de los fondos. Ellos votaron en contra porque querían que hubiera un comité de expertos que decidiera sobre el modo de distribuirlos. ¿Por qué lo hicieron?

–Siempre lo hemos explicado: nos pesó más que los fondos vinieran a que no vinieran. El efecto que tengan, sea el que sea, es positivo. Si están mejor empleados, es más positivo, pero como no serán nada positivos es si no llegan. Tal como se planteó, si votabas en contra, votabas en contra de que la solicitud se hiciera.

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