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26 de abril de 2024

El peso del consumo público en el PIB está subiendo desde que llegó Sánchez al poder.

El peso del consumo público en el PIB está subiendo desde que llegó Sánchez al poderEP

España tiene la Administración Pública más cara de la zona euro

Este país debe hacer una reflexión muy profunda de la situación en la que nos encontramos

A la hora de escribir este artículo necesito expresar unos sentimientos fundamentales para mostrar mi respeto por muchos de los empleados públicos que se pueden sentir molestos.
  • Un porcentaje muy alto de los funcionarios de este país hacen francamente bien su trabajo. Me refiero a los empleados públicos de Sanidad, Educación, Policía, Guardia Civil y Ejército.
  • Un porcentaje muy alto de los funcionarios de carrera hacen francamente bien su trabajo y sin ellos desconoceríamos que está pasando realmente en este país. En concreto, este artículo no existiría si alguien no hubiera elaborado y enviado a Eurostat los datos.
  • Como muestran los datos, tenemos demasiados empleados públicos. Entre ellos hay que diferenciar en funcionarios, que han hecho una oposición; contratados laborales, que han pasado por una selección; y los «otros», que han sido colocados a dedo. El último dato de que dispongo se acercaba mucho a los 600.000 empleados que cobraban su nómina del estado igual que los funcionarios y los contratados laborales.
Este país debe hacer una reflexión muy profunda de la situación en la que nos encontramos. Si es sostenible a lo largo del tiempo y, si no lo es, qué planes debemos de poner en marcha para hacer un cambio radical en nuestro empleo público y en su coste.
Los datos sobre los que he trabajado han sido publicados por Eurostat y se obtienen del Quarterly Government Finance Statistics, que proporciona los mismos datos de los 27 países miembro de la Unión Europea, de la zona euro con sus 19 países, ya con Croacia incluida.
He escogido los cinco grandes países de la Unión porque entre ellos se encuentran Francia e Italia, conocidos por tener, aparentemente, las administraciones públicas más grandes de la UE.
España ha gastado en los últimos nueve meses casi 110.000 millones de euros en gastos de personal, mientras que nuestros volúmenes de gasto consolidado para todas las Administraciones Públicas son de 440.952 millones. Es decir, los gastos de personal representan el 24,9 % del total. Lo que es lo mismo, de cada cuatro euros de gasto, uno se va en personal.
Francia, con 2,4 veces más de gasto de personal, solo dedica el 21,4 % del total de gastos a empleados públicos. Italia, que tiene fama de tener una enorme Administración Pública, dedica el 17,9 % a gastos de personal, menos en porcentaje de lo que le dedica Países Bajos, que se gasta el 18,8 % del total de sus gastos.
Alemania que tiene una organización muy parecida a la nuestra, con sus lander –que tienen poderes parecidos a los de nuestras autonomía y con un volumen muy importante de ayuntamientos– le dedica en gastos de personal menos que Francia y es, con el 16,2 % de gastos de personal, el país más eficiente en el aspecto de empleados públicos.
Estos 5 países tienen una media del 19,2 % dedicado a gastos de personal. Si ahora dijésemos que España debería de adaptarse al modelo alemán de dedicar el 16,2 % del total de su gasto a pagar a los empleados públicos obtendríamos, por una simple regla de tres, que nuestro país se debería ahorrar 51.500 millones de euros al año.
Siento tener que ser tan duro con el presidente del Gobierno que, desde que ha llegado no ha parado de incrementar la contratación de más y más empleados públicos.
Es más, el peso del consumo público en el PIB está subiendo desde que llegó Sánchez al poder y parte de la subida del PIB ha sido por el incremento del consumo público. En el último trimestre el consumo privado cayó un 1,7 %. Este año, con récord en ingresos, casi 45.000 millones a noviembre más que el año 2021, nos hemos tenido que endeudar en 75.000 millones de euros.
Y estamos viendo que si tuviésemos 51.000 millones menos de gastos de personal y sobre estos aplicásemos la reducción correspondiente de gastos de bienes corrientes y servicios, muy posiblemente podríamos reducir otros 25.000 millones de euros, que nos permitirían no haber tenido la necesidad de endeudar a nuestro país.
Ya sé que estoy en mitad del desierto cuando estoy explicando esto, pero espero que haya voces más autorizadas que yo que recojan este testigo y empiecen a pregonar que no podemos soportar el gasto de los empleados públicos que tenemos, que ha llegado la hora de quitarnos a todos los enchufados y metidos a dedo.
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