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07 de mayo de 2024

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, interviene durante el acto de entrega del Premio Navarra Empresarial

El presidente de la CEOE, Antonio GaramendiEuropa Press

Acuerdo PSOE - Sumar

La nueva subida del salario mínimo supondría un 'impuesto' extra para los empresarios de 3.800 millones al año

Un aumento del SMI a 1.545 euros mensuales dispararía el gasto en cotizaciones sociales para los empleadores

Un salario mínimo de, al menos, 1.500 euros al mes, según se desprende del acuerdo entre PSOE y Sumar. Aunque ninguno de los dos partidos ha querido concretar nada, Yolanda Díaz ha dejado claro que con esa cantidad «no se puede vivir con dignidad». Tras un aumento del SMI del 47 % cinco años, estaríamos hablando de un incremento del 43 % en solo un año y del 110 % desde 2018 a pesar de que los economistas no recomiendan más saltos. A las puertas de una recesión, esta subida dejaría temblando a buena parte del tejido empresarial de nuestro país.
El conflicto viene por el dichoso 60 % establecido por el Consejo Europeo. Esta institución fijó como objetivo en 2008 una remuneración mínima sobre el sueldo medio neto correspondiente a cada país para promover la inclusión social y combatir la pobreza. Sin embargo, las estadísticas salariales se publican a toro pasado –en España el INE publicó en junio de 2023 los datos de 2021–, por lo que establecer ese 60 % resulta imposible.
Trabajo creó en 2021 un grupo de expertos que calculase el 60 % del salario neto en España aislado de la inflación, pero basaron el análisis en la Encuesta de Estructura Salarial de 2018. Con los ERTE y la inflación disparada por la invasión rusa de Ucrania, los datos del INE sobre 2020 llevaron a este grupo a ofrecer una horquilla de entre 1.012 y 1.049 euros para 2023, con el consiguiente cabreo de los sindicatos, que no entienden por qué no se siguen los datos de las declaraciones de Hacienda. Finalmente, el Ejecutivo aumentaría el SMI a 1.080 euros mensuales en 14 pagas –1.260 euros al mes–.
Ahora, la cifra ofrecida por Yolanda Díaz –1.545 euros, concretamente– se basa en la mediana salarial en España, cifra con la cual «no se puede vivir con dignidad» en nuestro país, según ha apuntado la vicepresidenta segunda. Lo cierto es que es una cantidad con la que subsiste buena parte de los trabajadores de nuestro país. Según los últimos datos de la EPA –correspondientes al año 2021, cuando el SMI era de 955 euros–, un 17,53 % de los empleados cobra de 0 a 1 SMI, mientras que otro 46,84 % recibe de uno a dos SMI. Es decir, casi un 65 % de los trabajadores no ganaba en 2021 más de 1.910 euros al mes.
«No cabe duda de que los efectos del salario mínimo en los salarios en la economía dependen de multitud de factores, como la estructura productiva o la proporción de trabajadores con bajos salarios», señala el catedrático José García Montalvo, catedrático de Economía de la Pompeu Fabra. «Por eso no se puede sostener que cualquier aumento es inocuo sobre el empleo ni que existen niveles 'mágicos' –como el 60 % del salario medio– hasta los cuales el salario mínimo no tiene efectos contraproducentes. La evidencia muestra que los resultados son muy sensibles a las condiciones iniciales del mercado laboral», añade.
Los estudios muestran que las subidas han tenido un efecto moderado en el empleo, aunque concentrados en colectivos más vulnerables, como jóvenes o inmigrantes. Pero una nueva subida podría tener un impacto mayor. «Yo pediría cautela», comenta Marcel Jansen, director de Investigación del área laboral de Fedea. «La última subida se acerca al 60 % del salario medio y deberían evitarse más saltos. La mejor estrategia es acordar una senda gradual para el SMI con los interlocutores sociales que permita mantener el poder adquisitivo y, a continuación, evaluar, su impacto en el mercado laboral», agrega.
Según un estudio de Fedea, la pérdida de empleo tras la subida del SMI estuvo concentrada en empresas con menos de 5 empleados. No es un asunto baladí ya que estas microempresas representan el 92 % del tejido empresarial de nuestro país. También se notaron diferencias entre personas con contratos fijos y temporales, o sectores con una actividad centrada en el comercio o la hostelería.
No obstante, para el coordinador del Gabinete Económico de CCOO, Luis Zarapuz, las subidas del SMI «han sido compatibles con la creación de empleo», por lo que es necesario mantener el 60 % «mediante actualizaciones ordinarias anuales, que no requieran de cambios extraordinarios tras varios años sin revisarlo». «Una vez realizado ese mayor esfuerzo inicial, se debe converger con el SMI de los países nuestro entorno, pero aquí el impulso del SMI debe proceder en gran medida de la capacidad de hacer crecer el salario medio y el valora añadido generado en España», apunta.
Jansen, por su parte, aboga por un SMI que diferencie por edades, así como la posibilidad de incluir un complemento autonómico, ya sea por vía legal o negociación colectiva, que tenga en cuenta las diferencias entre las comunidades.

3.800 millones más al año

Otra cuestión es el aumento de costes laborales. El trabajador aporta una cuota del 6,45 % a la Seguridad Social, pero en el caso del empresario o autónomo, este pago asciende al 30,4 % de la base imponible. En definitiva, un trabajador que cobre el SMI le cuesta a su empleador casi 1.650 euros. Con un salario mínimo de 1.545 euros mensuales, estos costes aumentarían hasta los 2.350,46 euros, un 43 % más. Con 1,92 millones de trabajadores cobrando el salario mínimo, hablaríamos de un aumento del coste de casi 3.800 millones al año.
Por eso, Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales, advierte de que «tenemos que valorar que lo importante es conocer cómo se ve afectado el poder adquisitivo de los trabajadores ya que, aunque se revise el SMI, si la tasa de inflación absorbe el incremento salarial, evidentemente el poder adquisitivo es menor, y eso significa un empobrecimiento de la clase trabajadora».
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