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28 de abril de 2024

Al presidente de Indra, Marc Murtra, le parece bien que Oughourlian recupere dinero, pero no que se extralimite.

Al presidente de Indra, Marc Murtra, le parece bien que Oughourlian recupere dinero, pero no que se extralimiteLu Tolstova

La semana económica  La compleja lucha de Murtra y Oughourlian para convertir Indra en un líder fuerte en Defensa

Las tensiones internas dificultan la evolución de una compañía que iba como un cohete

El negocio de Indra crecía a toda velocidad y con una estrategia coherente hasta que llegó a su presidencia en mayo de 2021 Marc Murtra, el candidato del PSC y hombre de confianza de Salvador Illa. Su predecesor en el cargo, Fernando Abril Martorell, pilotaba una compañía que corría a velocidad de crucero apoyándose en las dos líneas de negocio de la firma: Transporte y Defensa y Tecnologías de la Información (Minsait).
La compañía sigue yendo bien, especialmente apoyada en Minsait por el lado de los ingresos. De los 3.000 millones que facturó Indra hasta septiembre de 2023 (últimas cifras disponibles), 2.000 provinieron de la división tecnológica. En cuanto a los beneficios, las dos líneas de negocio aportan una cifra similar: en torno a 150 millones de ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). Transporte y Defensa aporta el doble de margen que Minsait (14,9 % vs 7,7 %) y cuenta con el doble de pedidos (4.785 millones de euros, 3.045 en Defensa y Seguridad, frente a 2.189 millones de Minsait a cierre de septiembre).
Con Murtra y el nuevo equipo directivo, el foco es centrarse en Defensa. La estrategia global ha cambiado tras la invasión de Ucrania, la inversión en Defensa va a subir, y ahí quiere estar el Gobierno bien posicionado para aprovechar esta ocasión, que incluye retos como el Futuro Sistema Aéreo de Combate o FCAS (Future Combat Air System), en el que Indra participa como líder industrial por parte de nuestro país.

Oughourlian es un 'killer' al que le están parando los pies. Pensaba que podía hacer lo que quisiera en Indra por sus servicios prestados en Prisa

España no puede quedarse sin tener una empresa fuerte en defensa con el actual contexto, pero si se miran las cifras, Indra va a tener muy difícil convertirse en una de ellas. Como se puede ver en este ranking que elabora la publicación especializada Defense News basándose en la facturación específica en Defensa, Indra está muy lejos de estar entre las principales compañías del mundo. Ocupa la posición 85 con unos ingresos por Defensa de 697 millones de dólares en 2023, infinitamente lejos de la primera del ranking (la estadounidense Lockheed Martin, con 63.400 millones) y de las líderes europeas (la inglesa BAE Systems, séptima, está en 25.238 millones, y la italiana Leonardo y la franco-holandesa Airbus ocupan los puestos 11 y 12 con alrededor de 12.000 millones de dólares en ingresos por Defensa).
Indra necesita ganar tamaño si quiere convertirse en un líder, pero la pregunta es si va a ser capaz de hacerlo, y cómo. Podría haberlo conseguido en España si se hubiera unido a Construcciones Aeronáuticas SA (CASA), pero la compró Airbus, o si se hubiera hecho con la contratista en Defensa Santa Bárbara, pero la adquirió la estadounidense General Dynamics. Queda la constructora naval Navantia, pero es una máquina de perder dinero.
Durante años, el equipo de Abril Martorell buscó oportunidades por el mundo. Estuvo a punto de hacerse con una firma alemana que hubiese sido ideal, pero solo querían vender una participación y no merecía la pena.
En este contexto es en el que se plantea vender Minsait, pero la pregunta es: ¿para qué desprenderse de la división tecnológica por 1.500 millones, la cifra con la que se especula, si con ello se pierden 2.000 de los 3.000 millones de facturación, y además el negocio de Indra es básicamente de software, que es precisamente la especialización de Minsait?

Los tres consejeros del Gobierno a través de la SEPI esperan que siga subiendo la acción y que lleguen grandes inversiones en Defensa

Pues el hecho es que está en venta, aunque se duda si hacerlo en bloque o por partes. Precisamente es Joseph Oughourlian, el presidente del Grupo Prisa, el que presiona para vender Minsait desde que desembarcó en el accionariado de Indra en junio de 2022. El inversor francés fue también el principal artífice de la salida de cinco consejeros independientes ese mismo mes, y de que Luis Abril, hijo del ex directivo de Telefónica del mismo nombre, no se convirtiera en consejero delegado de la compañía.
El galo tiene una bien ganada fama de killer y pensó que podía hacer lo que quisiera en Indra por compensación de sus servicios prestados en Prisa, donde algunas fuentes señalan que su grupo inversor (Amber Capital) ya ha destinado 650 millones de euros (entró con 300), pero allí le han parado los pies, de manera más destacada en Minsait. El propio Murtra, que fue quien le invitó a entrar en Indra convencido de que la acción iba a subir, sabía que vender la división tecnológica podía sacarles incluso del Ibex por el peso que esta parte del negocio tienen en el balance de la empresa.
Así pues, mientras se piensa si se vende todo o parte de Minsait, Murtra estudia la compra de Hispasat. El operador de satélites facturó 229 millones y ganó 46 en 2022, último ejercicio con las cuentas disponibles. No parece que por este lado vaya a añadir un tamaño espectacular a la firma, aunque le completa el negocio, pues tiene satélites de defensa. Quizá les interese también que el 59 % de la facturación de Hispasat viene de Iberoamérica, una región muy del agrado del partido que encabeza el Gobierno.
Está por ver qué ocurrirá con la evolución de esta compañía: si algún día se convertirá en un gigante, o si será un bluff. Mientras suceden los acontecimientos, el consejo de administración mira satisfecho el recorrido de la acción.
Cuando llegó Murtra en mayo de 2021, cotizaba entre 7 y 8 euros, y este viernes cerró a 15,70. El presidente no mintió a Oughourlian. Por aquí recupera dinero gracias a una acción que ya antes de llegar Murtra se decía que estaba infravalorada.
Junto a Murtra y el representante de Oughourlian (el abogado Pablo Jiménez de Parga), los otros catorce miembros del consejo contemplan satisfechos el incremento del precio de los títulos. Entre ellos están los tres representantes del Gobierno a través de la SEPI, que es el principal accionista (el veterano Antonio Cuevas, que lleva muchos años en la compañía; el ex ministro Miguel Sebastián y el último en llegar, Juan Moscoso, que fue diputado del PSOE por Navarra y candidato a la alcaldía de Pamplona), los de las pymes Escribano y SAPA, y Fidelity.
Todos esperan que siga subiendo la acción y que llegue mucho dinero dedicado a Defensa. Ahora solo falta que Murtra, que llegó sin saber del negocio, y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, sepan dirigir la compañía. El segundo, que en su día fue un gran defensor del líder del PP Pablo Casado, se ha adaptado perfectamente a su nuevo rol de directivo en una empresa pública. Fue uno de los pocos empresarios que acompañó a Sánchez en su discurso del Spain Investors Day y, como Murtra en sus inicios, parece que de momento tampoco sabe mucho del negocio.
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