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28 de abril de 2024

José María Figaredo, Diputado de Vox, durante su entrevista para El Debate en el Congreso

José María Figaredo, diputado de Vox, durante su entrevista para El Debate en el Congreso.Paula Argüelles

Entrevista  Figaredo (Vox): «Nadie cree que Koldo y Ábalos organizaran solos una trama de corrupción que afecta a todos los ministerios»

El secretario general del Grupo Parlamentario de Vox y coordinador de su Oficina Económica arremete contra la vieja política y plantea un modo diferente de hacer las cosas

José María Figaredo (Gijón, 1988) era un joven abogado de 25 años cuando entró en contacto con Vox en el año 2013. Seguía «con fervor patriótico» la deriva nacionalista catalana, no le convencía cómo respondía el PP y, cuando Santiago Abascal y Alejo Vidal-Quadras fundaron Vox, se ofreció para lo que quisieran. Su aparición fue oportuna, porque él estaba especializado en marcas y arbitraje, y en ese momento había un litigio con Diccionarios Vox. Siguió colaborando en cuestiones jurídicas, en la redacción de los estatutos y los reglamentos internos como parte del equipo inicial del partido, y en 2015 fue en la lista del Ayuntamiento de Madrid. En 2019 fue en las listas por Asturias y resultó elegido diputado. En la actualidad es secretario general del Grupo Parlamentario de Vox y coordinador de su Oficina Económica. Sobre este último aspecto y sus intervenciones más recientes hablamos en el Congreso.
–Su último intercambio de opiniones con María Jesús Montero en el hemiciclo acusando a la ministra del envío de información privilegiada ha sido muy comentado. ¿Piensa que oculta además información?
–No solo oculta cosas: algunas las está revelando. María Jesús Montero, clarísimamente, ha utilizado información privilegiada de Hacienda para perjudicar a sus oponentes políticos y ha hecho unas declaraciones revelando información que, según ella, ha leído en la prensa y que luego no ha sido publicada hasta cinco horas después. Y lo que también dije y analizamos es que tristemente esta práctica la inició el Partido Popular. Cristóbal Montoro fue el que empezó revelando secretos, información privilegiada del Ministerio de Hacienda para perjudicar a sus oponentes políticos, en aquel caso miembros del PP: el litigio aquel que tuvo con Esperanza Aguirre, entre otros. El problema que vemos es que son unas malas prácticas que son heredadas de un partido al otro, o que al final son fruto de dos partidos que consideran que el Estado es suyo y que simplemente les toca esperar cruzados de brazos a que el uno les pase el poder, le traspasen los papeles y que al final no cambia nada. Y al final esto es gatopardismo. O sea: le dan la vuelta a la tostada. Ahora gobiernan los azules que hacen exactamente lo que hacen los rojos. Y luego vienen los rojos, que hacen exactamente lo mismo que hacían los azules.

María Jesús Montero ha utilizado, clarísimamente, información privilegiada para perjudicar a sus oponentes políticos

–¿Considera que estamos en una fase muy inicial del caso PSOE?
–Nadie cree que Koldo y Ábalos solos organizaran una trama de corrupción que afecta a todos los ministerios. Y la ministra sabe lo que dice: dice que los contratos son legales, y el problema es que nadie dice que los contratos sean ilegales. El problema es que esos contratos se adjudicaron a esas empresas porque alguien susurró al oído de las administraciones adjudicaciones para que el adjudicatario fuese una empresa vinculada con el Partido Socialista. Y eso sucedió en el Ministerio de Sanidad, en el Ministerio del Interior, el Ministerio de Transportes. Es evidente que esa trama no pueden organizarla dos personas en solitario. Es imposible. Está claro que una proporción muy alta del Consejo de Ministros está involucrada en el asunto.

Está claro que una proporción muy alta del Consejo de Ministros está involucrada en el caso Koldo

–Cambiando de tema, acaban ustedes de lanzar una oficina económica. ¿Por qué?
–Vox tiene una serie de argumentos fuerza que ya son sobradamente conocidos por todos sus miembros, sus afiliados, por la prensa, y que son argumentos que en cierto modo son más políticos, espirituales: la unidad de España; que estamos en contra del sistema autonómico. Somos conscientes de que el sistema autonómico no va a acabar mañana, pero tenemos que ir tendiendo a reducirlo. Las cuestiones migratorias: que Vox no está en contra de la inmigración en abstracto, sino de la inmigración ilegal masiva que no se integra. Esas cuestiones ya se conocen mucho en detalle. Una vez que la parte política del programa ya tiene un grado de conocimiento amplio, hay que pasar a la siguiente fase: poner números y cifras a cada uno de los elementos del programa.

El Gobierno vende la cara amable de los números, pero la situación real de la economía española no es buena

Por eso lanzan la oficina económica.
–Era algo que tarde o temprano tenía que llegar. Ha llegado ahora, y la idea es ir analizando punto por punto y sacar una especie de papeles económicos de análisis que no es que sean fuentes del derecho; al contrario: utilizaremos las fuentes que ya existen disponibles para analizar y rebuscar y ver cuál es la cifra real de España en cada una de las cuestiones, y que sirvan como reacción a los eslóganes que nos manda el Gobierno. El Gobierno dice: a día de hoy hay más empleados que nunca. Nunca España tuvo tanta cifra de empleados. Bueno, 20 millones: bien, perfecto. Pero lo cierto es que nunca España cotizó tan pocas horas. El Gobierno vende la cara amable de los números, la cara que a él le interesa vender. Pero la realidad profunda, en cuanto examinas esos números, es que España está en una situación que no es buena. Cada vez se cotizan menos horas. España es de los países que más se ha endeudado de la Unión y de la OCDE desde el 2018 hasta ahora. Ha multiplicado su deuda desde un 60 % en 2010 a en torno a un 110 % en la actualidad. España sigue incrementando su déficit año a año y las reducciones que ha habido de déficit puntuales lo son respecto al grandísimo incremento del déficit que se había producido por el Covid, y son menores a las reducciones del déficit que se han llevado a cabo en los países de nuestro entorno. La renta per cápita de España está creciendo menos que la renta per cápita de los países de nuestro entorno. Polonia va a superarnos de aquí a nada. Estonia, Letonia, nos han rebasado. La situación del español de a pie no es buena. La presión fiscal se va incrementando, pero el salario modal (el más frecuente) no se incrementa. Está estático desde hace años, y esos son los datos que tenemos que sacar. Esa es una parte de las funciones y de la necesidad de la oficina económica.
Figaredo, durante la entrevista.

Figaredo, durante la entrevista.Paula Argüelles

–Su oficina económica acaba de presentar una batería de medidas concretas que es difícil que prosperen a nivel nacional por el Gobierno actual. ¿Cómo se comprobará su eficacia?
–Los hechos ya se ven en los gobiernos en donde Vox participa. Castilla y León es hoy una de las regiones que más crece de España. Su producción industrial ha crecido. Su renta per cápita ha pasado por encima de la media de España, y el retorno de capital humano a Castilla y León está creciendo más que el del resto de España. Era una región que tradicionalmente estaba en todo lo contrario. Vox ha logrado revertir una tendencia participando en un gobierno en Castilla y León en muy poco tiempo: en dos años y medio. Hemos revertido tendencias económicas que parecían condenar a Castilla y León. La idea es hacer lo mismo en el resto de gobiernos autonómicos. En ellos llevamos casi un año trabajando en cuestiones económicas. A nivel nacional, y en esta cuestión de la que estamos hablando, la forma de que nuestras propuestas tengan un impacto material en la economía española es llegar a gobernar o a controlar el Gobierno de España. Si un gobierno de España futuro depende de Vox, va a tener que adoptar medidas de las que llevamos en nuestro programa, y una parte de ellas serán estas medidas económicas.

¿Liberalismo económico? Tenemos medidas que podrían etiquetarse en un sentido o en otro

–¿Siguen situándose ustedes dentro del liberalismo económico o aquello ya pasó?
–Entiendo que el uso de etiquetas es sencillo porque al final simplificas, pero tenemos medidas que podrían etiquetarse en un sentido o en otro. La política es poliédrica y tiene muchas caras. También depende de quién lo observe, de quién lo valore. Un liberal radical de la escuela austriaca va a ver medidas que son hiper conservadoras, y al revés. Alguien que sea ultraconservador, las verá como liberales radicales. Las etiquetas no hacen justicia a los conceptos que se pretenden etiquetar aquí; más aún cuando conceptos como liberal, conservador, izquierda y derecha son conceptos acuñados en la Revolución Industrial. Tenían sentido en el 1.800-1.900 y poco; a día de hoy, no.
–¿Tienen una cifra a la que estiman que podría bajar el paro?
–No conseguimos que baje. España puede reducir su paro estructural adoptando las medidas que han adoptado otros países para hacerlo. Esas medidas pasan por razonamientos muy sencillos; un sistema de estímulos correctos: no se puede incentivar y estimular el no trabajar. Hoy en día en España existen muchos estímulos para no trabajar. Y lo peor de todo es que no trabajar durante un periodo prolongado de tiempo te impide crecer profesionalmente, como es lógico, y te hace 100 % dependiente del subsidio público. A día de hoy, en España hay grandes capas de la población que están en esa situación. El estímulo debe ser para que las empresas contraten a personas que se hallan en situación de paro de larga duración, para que se incorporen al mercado laboral quienes están en paro, y desincentivar a aquellas personas que rechacen ofertas de empleo o que rechacen incorporarse al mercado laboral. Eliminar ese paro estructural vendría con medidas relativamente sencillas, aunque en un primer momento exigiría enfrentarse a las capas de población que viven subsidiadas. Y exigen enfrentarse en un primer momento, porque en un segundo momento, cuando esas capas de la población se incorporan al mercado laboral y empiezan a obtener un salario, comienzan a crecer profesionalmente, a incrementar su posición, su bienestar, y pasan a estar agradecidas al sistema que les permite trabajar, incorporarse y salir del sistema de subsidios.

No se puede incentivar y estimular el no trabajar

–No hablan ustedes de pensiones en su documento de presentación de la Oficina Económica.
–Hacerlo exige un análisis muy detallado. Un análisis preliminar de la cuestión no nos lleva a ningún lado. El diagnóstico básico que hacemos es que es evidente que el sistema de pensiones actual no va a llegar a la jubilación de de los boomers (los nacidos entre 1958 y 1975). Cuando tengamos la solución, la anunciaremos al completo.
Una solución que no guste repercutiría en los votos.
–Lo que pasa es que al final, en algún momento, alguien tendrá que dirigirse a los españoles de forma sincera. En mi opinión, a día de hoy, el único que lo hace es Vox. Somos los únicos que nos atrevemos a decir que tenemos un problema no solo en la cuestión de las pensiones: también en la productividad, la soberanía alimentaria, la energía. Somos el partido que se atreve a afrontar estos problemas de cara. En un primer momento podemos encontrarnos con cierta oposición, pero se trata de hablar con sinceridad a España. Tarde o temprano, hay que hacerlo. Vemos cómo en Argentina Milei ha llegado al Gobierno con un discurso muy crudo. Su eslogan es no hay plata: no tenemos dinero. Este sistema no puede prolongarse indefinidamente. España no puede endeudarse más. No se puede permitir seguir subsidiando la economía. En el año 2022 hemos destinado 30.000 millones de euros a subvenciones, incluido todo el Ibex. El bolígrafo que tienes en la mano (de un banco) recibe 12 millones de euros de subvenciones al año. Es una empresa que tiene beneficios, que está instalada en todo el mundo, con oficinas por toda Europa, y recibe subvenciones. Las eléctricas reciben subvenciones; todos los bancos, las principales empresas del Ibex, el Ministerio del Interior de Marruecos, oenegés de cooperación colombianas... Llegará un punto en el que tendremos que cortar. Y son 30.000 millones: algo menos de una tercera parte de lo que gastamos en pensiones al año.

Milei no es un espejo para Vox, pero sí una muestra de que las cosas pueden hacerse de modo diferente

–Los partidos políticos también reciben.
–También, y los sindicatos, las patronales… Encima tienen tantas personalidades jurídicas como provincias y sectores dentro de cada provincia. El rastreo de las subvenciones que perciben los sindicatos, la patronal y los partidos políticos es más sencillo, pero el de sindicatos y patronal es complejísimo, y están recibiendo del orden de 200 millones de euros al año cada uno de ellos.
–¿Podría ser Milei un espejo para la política económica de Vox?
–Un espejo, no. Es simplemente una muestra de que se pueden hacer las cosas de forma diferente. A día de hoy, PP y PSOE están en un sistema en el que solo se incrementa el gasto, y este gasto redunda siempre en beneficio de ellos, y del voto cautivo que crea cada uno de ellos a su alrededor; uno con los sindicatos, el otro con las patronales; uno coloca sus representantes en los consejos de las empresas públicas... Y ese ecosistema es el único que se beneficia del incremento de gasto que está percibiendo España. Pero en España, a pesar de que cada vez tenemos más gasto, las listas de espera cada vez son peores. La gestión pública de la vivienda cada vez es peor. La gestión pública de las infraestructuras cada vez es peor. Y al final, claro, el dinero público no va a lo importante. Y el problema es que a esa deriva nociva contribuyen el PP y el PSOE. Milei o Meloni sirven para decir que las cosas se pueden hacer de una forma diferente. Se puede reducir el gasto político, la grasa de la Administración Pública, las prebendas que se han ido creando y consolidando a lo largo de los años, sin perjudicar a lo realmente importante, que son pensiones, sanidad, justicia, educación. Es lo que de verdad importa, y en lo que de verdad deberíamos gastar el dinero público, no en incrementar cada año la partida que reciben el Congreso y el Senado, los sindicatos, los partidos... Todos mejoran cada año, independientemente de que la vida de los españoles cada vez sea un poquito peor.

Se puede reducir el gasto político, la grasa de la Administración Pública, las prebendas que se han ido creando y consolidando a lo largo de los años, sin perjudicar a lo realmente importante, que son pensiones, sanidad, justicia, educación

–¿Vuestro objetivo de reducción de gasto público superfluo estaría en línea con el cálculo de 60.000 millones que realizó el Instituto de Estudios Económicos?
–Es lo que objetivamente se puede reducir, según ellos. Es verdad que será un proceso largo, de años. No podemos creer que vamos a llegar a ese ahorro de un día para otro. El de las subvenciones es otro cantar, porque podría cortarse sobre la marcha. Habría que buscar cuáles son para cuestiones un poco esenciales, y todo lo demás, fuera.

El acceso a la vivienda es fundamental, y ninguno de los partidos principales está atacando de manera correcta el asunto

–Entre las medidas que han anunciado en el arranque de la Oficina Económica, la simplificación del IRPF es la más destacada. ¿Cuándo la presentarán en el Congreso y cuáles serán las siguientes?
–La idea es presentar la del IRPF esta semana o la que viene. Tenemos ya una batería de iniciativas pensadas para vivienda. El acceso a la vivienda es una parte de la economía fundamental, y a día de hoy ninguno de los partidos principales está atacando de manera correcta el asunto. Se quedan todos en el índice de precios, pero ninguno entra al fondo de la cuestión: que en España falta vivienda, sobre todo en las zonas y las poblaciones tensionadas. En Barcelona, Madrid, Valencia o Sevilla existe un déficit de vivienda y no se está liberando terreno para la construcción. Las trabas para la construcción y promoción de nuevas viviendas son altísimas. Los costes de la restauración y renovación del parque antiguo son también altísimos y no se está atacando esa cuestión, que es realmente lo nuclear.

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