
Un coche repostando.
La gasolina adulterada se extiende y tiene ya al menos 50 víctimas en Valencia
Existen múltiples estafas y conductas fraudulentas en relación con el comercio de combustibles, y muchas de ellas se llevan a cabo en España
En las últimas semanas hemos conocido una terrible noticia en el pueblo de Alaquàs (Valencia), muy cerca de la zona más afectada por la Dana en los pasados meses de octubre y noviembre de 2024. Habla de más de 50 afectados, por ahora, por una gasolinera que suministraba gasolina adulterada. Se trata de una mezcla explosiva para cualquier motor: tres partes de agua y una de gasolina que ha provocado averías, muchas veces irreparables, que se podrían haber remediado.
SICPA, la mayor multinacional en soluciones y sistemas antifraude, con gran presencia en nuestro país, cuenta con distintas soluciones químicas que permiten identificar si el carburante que se comercializa tiene una trazabilidad correcta.
La compañía ha fabricado un laboratorio portátil en el que se realiza el estudio de la muestra de gasóleo sobre el terreno. «Para evitar fraudes, contamos con unas moléculas que se denominan marcadores que se colocan en proporciones de partes por millón en los oleoductos, los camiones cisterna o los jumbo-tanks para detectar el tipo de combustible que se transporta y la calidad de este», declara Fabián Torres, director de Desarrollo de Negocio de SICPA España.
Los marcadores son invisibles, inoloros e imposibles de sustituir. Además, están adaptados a todos los tipos de hidrocarburos y no perjudican al motor ni al medio ambiente. SICPA analiza las muestras de combustible desde laboratorios portátiles que se transportan cómodamente en un vehículo y gracias a los cuales se pueden obtener los resultados en apenas dos minutos. Gracias a este proceso se puede detectar si el combustible que están vendiendo es gasóleo, alquitrán, otra sustancia más sofisticada o gasolina 100 %.
En relación con el comercio de combustibles existen múltiples estafas y conductas fraudulentas, y muchas de ellas se llevan a cabo en España. «En la zona de la costa es muy común encontrar este tipo de robos con el bunkering (relleno ilegal de depósitos en alta mar con lanchas). Se pinchan oleoductos de transporte para hacerse con el combustible y luego el fuel sustraído deriva en contrabando de gasolina», explica Fabián Torres.
Otro fraude extendido es el uso de combustibles que han pasado por todos los cauces legales, pero de los que se hace un uso indebido. El ejemplo más claro es la utilización del gasóleo agrícola (que es más barato porque está subvencionado por el Gobierno para abaratar los costes de producción de agricultores y ganaderos) en lugar de gasóleo convencional. La molécula de trazabilidad de SICPA tiene un marcador diferenciado para ambos gasóleos, y el paso de una muestra por el laboratorio portátil permite conocer en muy poco tiempo si ese diésel se está comercializando de una manera correcta.
La herramienta desarrollada por SICPA permite evitar este tipo de fraudes, entre los que también se encuentra el fraude fiscal a través de la venta de combustible modificado en gasolineras. Además, el aumento del precio de la gasolina es una oportunidad para los malos: «Cuanto más caro es el producto, mayor es el lucro que obtienen, más en este tipo de productos que cuentan con altas tasas fiscales y eliminan el pago de ese impuesto en el proceso», explica Fabián Torres. La solución que propone SICPA se ha desarrollado con el objetivo de poner punto final a este tipo de fraudes y frenar el comercio ilícito de la gasolina y derivados.