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30 de abril de 2024

Un camarero coloca sillas de una terraza de una céntrica calle de Pamplona.

Un camarero coloca sillas de una terraza de una céntrica calle de Pamplona.EP

La mitad de los fijos discontinuos a cierre de 2022 no tenían actividad

Desde la entrada en vigor de la reforma laboral, se han firmado casi un 50 % más de contratos de este tipo que en los 22 años anteriores

El año 2022 cerró con 1,4 millones fijos discontinuos de los cuales, 753.000 no estaban activos, poco más de la mitad. Es una de las principales conclusiones del informe ¿Cuántos son los trabajadores fijos-discontinuos? presentado este lunes por Fedea en el que han señalado las carencias de los distintos organismos del Gobierno encargados de la contabilización para ofrecer datos fiables de este colectivo.
La reforma laboral de Yolanda Díaz ha conseguido reducir la temporalidad en nuestro país hasta tasas históricas. Claro que buena parte del éxito de la medida se esconde en la figura de los fijos-discontinuos, un tipo de contrato indefinido que permite a los trabajadores alternar los periodos de inactividad con derecho a prestación por desempleo. Es decir, trabajadores a tiempo parcial que no contabilizan como parados pero no producen.
Por eso la cifra de este colectivo, y de su situación de inactividad, es uno de los secretos mejor guardados del Ministerio de Trabajo. Fedea ha intentado este lunes responder a esta pregunta a través de un informe realizado por el investigador de la Fundación, Florentino Felgueroso, quien, comparado los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, de la Tesorería General de la Seguridad Social y del SEPE, ha concluido que, a cierre del año 2022, había 1.420.000 fijos discontinuos de los cuales 753.000 no estaban activos. Si se excluyen los inactivos que estaban en alta en otros empleos, el total de fijos discontinuos baja hasta 1,25 millones de personas, con 730.000 personas en activo y 518.175 en inactividad.
«Tenemos que conocer la temporalidad, si ha mejorado la situación de las personas, por eso es fundamental conocer el stock de fijos discontinuos», ha señalado Felgueroso, que ha revelado que, desde la entrada en vigor de la reforma laboral, se han firmado un 48 % más de contratos totales fijos discontinuos que los firmados en los 22 años previos.
Para este investigador, la falta de uniformidad de los indicadores y la consideración de este colectivo procedente de las distintas fuentes que ofrece el Gobierno, está provocando divergencias entre el paro registrado y la tasa de temporalidad. «Los datos de la EPA no tienen ningún sentido, no están captando el pase a inactividad de fijos discontinuos», ha añadido.
Por ejemplo, la encuesta del INE solo pregunta a los entrevistados por su empleo principal, por lo que no recoge las relaciones laborales secundarias ni aquellas en las que un empleo de carácter fijo discontinuo no se considera el principal.
Marcel Jansen, también investigador de Fedea, ha destacado que la figura del fijo discontinuo permite enviar al trabajador a situación inactividad cobrando la prestación por desemplo, sin ningún tipo de coste para la empresa. «Hay un uso excesivo de esta figura y nos debería preocupar, ya que hemos desplazado el problema de la falta de rotación a los fijos discontinuos», ha comentado al respecto.
«Sacrificar el contrato temporal por el indefinido fijo discontinuo no resuelve los problemas que ya teníamos, por eso es fundamental conocer las estadísticas para saber si están dando disfunciones y diseñar soluciones», ha concluido.
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