El presidente de Renfe, Raúl Blanco, durante el desayuno.
El presidente de Renfe critica a Talgo por los retrasos, pero le desea «el mejor futuro» ante la OPA húngara
Espera que la oferta de compra sobre la ferroviaria española se traduzca en «atender bien a su principal cliente»
El presidente de Renfe, Raúl Blanco, se ha referido a Talgo en un desayuno organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE): «No tenemos nada que decir respecto a la OPA (oferta pública de adquisición de acciones). El Gobierno ya ha marcado su posición (contraria a la compra de Talgo por parte del consorcio húngaro Ganz Mavag). Tenemos una relación histórica con Talgo. Hemos avanzando juntos con la tecnología a lo largo de nuestra historia», ha dicho.
Su deseo es que la compra redunde en la solidez industrial de Talgo y en la mejora de su capacidad industrial y tecnológica: «Hemos sufrido con los retrasos en la entrega de los trenes Avril. Queremos el mejor futuro para Talgo. No valoramos ninguna solución», pero esperan que pase por «atender bien a su principal cliente, que es Renfe», no solo en España, sino en otros países en donde son socios, como «Arabia Saudí, Francia, y seguramente lo seremos en otros territorios».
El presidente de Renfe se ha referido en varias ocasiones a la demora en la entrega de los trenes Avril: «Se han retrasado tres años», ha dicho. «Por primera vez en catorce años hemos recibido trenes de alta velocidad», ha añadido. «Tras una etapa compleja en las relaciones entre cliente y proveedor», ya los tienen, y el 21 de mayo iniciará su marcha el AVE a Asturias y Galicia. Se han vendido 43.000 billetes desde el pasado jueves.
Blanco ha enmarcado el retraso de los trenes Avril en el contexto de un mercado español que se complica para Renfe por la competencia de Ouigo e Iryo. «Estamos en un mercado cada vez más duro de competir», ha admitido, aunque ha recalcado que la demanda sigue subiendo por parte de los viajeros. «Debemos tener músculo para hacer frente a la competencia. El mercado ha cambiado mucho en los últimos años», ha dicho.
El presidente de Renfe no ha hablado de los 1.000 millones de euros de pérdidas que su compañía arrastra en los cuatro últimos ejercicios, y que él atribuye a la llegada de la competencia. Ha preferido referirse a los 4.000 millones de euros de ingresos en 2023, los 18.000 empleados que están en el perímetro de Renfe o al avance del negocio internacional.
Blanco ha incidido en que los servicios de La Meca-Medina en Arabia Saudí ya son el principal corredor de alta velocidad para la compañía. En el mes del ramadán han superado un nuevo récord, al alcanzar los 1,09 millones de viajeros. También ha hablado de la buena marcha de los trenes Barcelona-Lyon y Madrid-Barcelona-Marsella, de los que han vendido 525.000 billetes. Están pendientes de la homologación para poder conectar Lyon con París. También siguen las licitaciones de alta velocidad y ferrocarril convencional en Emiratos Árabes Unidos; la evolución en República Checa, donde cuentan con el 50 % del principal operador; las licencias en Alemania, Polonia y Ucrania cuando se restaure la normalidad; México con el Tren Maya; la alta velocidad en Dallas-Houston-Texas; la licitación en Toronto-Quebec y la reciente petición que han tenido desde Australia.
La salida al exterior se ve como un modo de compensar la previsible caída de cuota de Renfe en España por la competencia. El objetivo es contar con un 10 % del negocio fuera de nuestro país en el año 2028. Estiman que mercados como Arabia Saudí tienen mucho potencial de crecimiento, y en el exterior está muy bien valorado el conocimiento español de la alta velocidad. Por lo que se refiere a España, Blanco asegura que la inversión prevista hará que «en 2026 tengamos una de las flotas más modernas de Europa». Más corto plazo y en otro plano habla de la renovación material de su servicio en ciudades como Huelva, Extremadura, Salamanca y Teruel. El presidente estima que «el futuro de Renfe es prometedor y va avanzando bien».
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