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La división de Prisa: 450 millones por El País y la Ser y la duda de cómo saldrá Oughourlian

No me siento capaz de analizar las psicopatologías de nuestros dirigentes pero crea una enorme desazón comprobar cómo parecen ajenos a las señales que todos percibimos a nuestro alrededor

Act. 24 feb. 2025 - 10:51

El presidente de Prisa, Joseph Ourghoulian, busca rentabilizar su dinero.

El presidente de Prisa, Joseph Ourghoulian, busca rentabilizar su dinero.Lu Tolstova

Decía Chesterton que la mediocridad consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta. La frase puede aplicarse a muchas situaciones, pero me acordé de ella el miércoles mientras escuchaba la sesión de control al Gobierno en el Parlamento. El mundo que conocemos –geopolítica, economía, valores– está dando un giro de 180 grados y nuestros políticos siguen enzarzados en los insultos de siempre.

No me siento capaz de analizar las psicopatologías de nuestros dirigentes pero crea una enorme desazón comprobar cómo parecen ajenos a las señales que todos percibimos a nuestro alrededor. Sobre todo porque, desde 1990 hasta el año pasado, el número de asesores del Gobierno pasó de los 302 que había con Felipe González, a los 869 en 2023 de Pedro Sánchez. Y es información de los boletines estadísticos del personal al servicio de las Administraciones públicas. La cosa incluso se multiplicó en 2024, y solo en el pasado diciembre, el Gobierno incorporó a los ministerios a 22 nuevos asesores «para reforzar los puentes entre el Ejecutivo y la comunidad científica y contribuir así a la mejora del diseño de las políticas públicas». Y digo yo: ¿no habrá entre ellos alguno que sea capaz de decirle al Presidente que no insulte o que reconozca sus rectificaciones? Ya lo sé: eso me pasa por escuchar las sesiones de control. De ahí la penitencia.

Y lo primero que ha hecho el flamante presidente de la teleco nombrado en Moncloa ha sido solicitar el concurso de acreedores para su filial en Perú. Los pésimos resultados de la compañía, unidos a un contencioso con la Hacienda peruana de más de 850 millones de euros, sitúan a Telefónica/Perú al borde de la liquidación y cierre. Pero eso es solo el aperitivo para Murtra.

El pasado mes de julio Telefónica pactó una venta de su filial en Colombia a la francesa Millicom, y aunque el gobierno colombiano es accionista de Telefónica/Colombia, de nada han servido las buenas relaciones Sánchez con Gustavo Petro. Ya ni con los amigos. Y claro… de Argentina ya ni hablamos. Pero allí Telefónica tiene otra patata caliente. Está empeñada en vender su filial –tiene también contratada para la venta a JPMorgan– a cinco grupos industriales. Una de mis comidas fue con el ceo de uno de estos grupos y su única duda es saber hasta donde les podría afectar la relación de Pedro Sánchez con Javier Milei a costa de Begoña Gómez. Hasta allí llegan los líos de la mujer del Presidente.

Y quedan México, Chile y Venezuela. En el primer país Telefónica es un simple operador virtual en la red de AT&T. También escucha Morgan ofertas, sobre todo desde que el Banco de Santander se ha puesto a brujulear por aquellas tierras. En el BBVA están bien informados de la entrevista de Claudia Sheinbaum con Ana Botín y el lanzamiento de Openbank/México. Todos saben que cuando la presidenta del Santander coge su avión privado no aterriza en Groenlandia o México por casualidad. Pero su nueva jugada será en España.

El problema en Venezuela es que los precios de mercado son imposibles por la hiperinflación

Murtra también vendería Chile y Venezuela sin pestañear. El problema en Venezuela es que los precios de mercado son imposibles por la hiperinflación. Pero nadie descarta una nueva intermediación de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo ahora que ha comprado nuevo chalé en Puerta de Hierro. Ya saben: el «Somos libres» que grita tres veces en los mítines. Quizá ahora tenga que gritarlo una vez más. Una por cada chalé.

Y mientras Murtra vende, los vascos compran. Esta semana se cerró la operación de Sidenor –con la BBK y Vital– del 30 % de Talgo. De nada valieron las opas de la polaca Pesa ni de la india Jupiter Wagons. El PNV a cambio de su apoyo en el Congreso se queda con la empresa de trenes pagando 5 euros por acción–unos 184 millones– a Trilantic. ¡Será por dinero! La fotografía de familia tras la adquisición era todo un poema: el presidente de la BBK, el consejero de Industria del Gobierno Vasco, el presidente de Sidenor, el consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, y el presidente de Vital. José Antonio Jainaga, presidente de la acerera Sidenor, tenía cara de no saber muy bien dónde ni con quien estaba. Su empresa ha puesto 45 millones, los mismos que el Gobierno Vasco y la BBK, y Fundación Vital (Kutxabank) 20 más. Así de fácil: sin opa de por medio. Y por supuesto nadie duda que la sede social se trasladará a Vitoria. Los antiguos accionistas y cuatro de los diez consejeros han salido a la carrera empezando por Torreal (familia Abelló) propietaria de un 3,5 % y José María Oriol, que deja la vicepresidencia de Talgo después de 37 años. ¿Los perjudicados? Pues como siempre los accionistas minoritarios que se quedan sin vender a 5 euros en la opa; y por supuesto la acción, que ha seguido bajando hasta los 3,5 euros. Pero el Gobierno amarra los cinco votos del PNV que es lo que le importa.

Y queda pendiente la gran operación mediática del arranque de 2025. El nuevo canal de televisión del Gobierno y su adquisición por Prisa pasa por dividir esta última. Por un lado quedaría la editorial Santillana y por otro El País y la Ser. O por lo menos esa es la oferta que un grupo de accionistas ha presentado al Consejo de Administración. José Miguel Contreras, director de contenidos del grupo, ha puesto sobre la mesa 450 millones por los dos medios. Ya solo queda por saber si Josep Oughourlian saldrá también a la carrera como Telefónica de América o directamente le harán salir. Se admiten apuestas.

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