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El economista Daniel Lacalle en la redacción de El Debate.

El economista Daniel Lacalle en la redacción de El Debate.Paula Argüelles

Daniel Lacalle: «China y Europa subieron los aranceles y nadie dijo nada. Estamos en una narrativa antiTrump»

El economista sostiene que hay un proteccionismo tremendo contra Estados Unidos, y que su actual presidente solo busca equilibrar la balanza

Daniel Lacalle ha sido el economista español que más comprensivo se ha mostrado con la política arancelaria anunciada por Donald Trump. Hablamos con él para que nos explique por qué lo ve así.

— ¿Son justos o desproporcionados los aranceles anunciados por Trump?

— En las últimas dos décadas el mundo se ha acostumbrado a una política comercial que podríamos resumir en lo siguiente: los países pueden exportar todo lo que quieran a Estados Unidos, pero a Estados Unidos se le ponen todo tipo de barreras. Esas barreras no son solo arancelarias: también administrativas, burocráticas, fiscales, e impiden que las empresas norteamericanas exporten. La evidencia empírica es que, por ejemplo, la Unión Europea tiene un gigantesco superávit comercial con Estados Unidos en productos en donde la producción europea es mucho más cara, porque los costes laborales, los impuestos, etcétera, son mucho más altos. Los aranceles efectivos que aplica la Unión Europea contra Estados Unidos son mucho más elevados en alimentación y ganadería, en bebidas alcohólicas y tabaco, en aceites animales, en todo lo que tiene que ver con aceites vegetales, química, productos manufacturados, maquinaria y transporte, y en general todas las materias primas. Estamos en un mundo en el que lo que hay es un gigantesco proteccionismo contra Estados Unidos. Lo que está intentando hacer el presidente Trump es equilibrar la balanza, y además equilibrar la balanza negociando. Y lo que hace es anunciar aranceles, porque Estados Unidos no puede hacer lo que hace la Unión Europea. Estados Unidos no puede inventarse todo tipo de barreras bajo la excusa medioambiental, fiscal, etcétera. Y, por tanto, lo que hace es anunciar aranceles. Y si se levantan las barreras comerciales de los demás y se equilibra la balanza, obviamente eso será positivo para todo el mundo y saldremos ganando. La propia Von der Leyen, el propio Draghi, han explicado que las barreras que se pone la Unión Europea a sí misma suben los precios del sector servicios en un 110 % y al manufacturero un 45 %.

Los aranceles efectivos que aplica la Unión Europea contra Estados Unidos son mucho más elevados en alimentación y ganadería, bebidas alcohólicas y tabaco, materias primas...

— En el mandato anterior de Trump hubo países a los que se les quitaron los aranceles después de negociar.

— Claro. Sabemos, por ejemplo, que Italia y Grecia negociaron con éxito los aranceles al aceite y a la aceituna. Los aranceles son una medida de negociación. Lo que pasa es que los medios de comunicación y los políticos de la Unión Europea intentan convencernos de tres mentiras. La primera es que la Unión Europea es un adalid del libre comercio. Eso es absolutamente falso. La segunda es que los aranceles solamente los pone Estados Unidos. Como acabo de demostrar, eso no es cierto. Y la tercera es que se tiene que negociar todo desde la Unión Europea a través de la burocracia europea, y eso tampoco es cierto. De hecho, se puede negociar directamente.

¿Está justificado el alarmismo que hay?

— Hay mucho alarmismo. Hemos vivido 15 años en los que China, India, Rusia, Brasil, Indonesia, Sudáfrica, todos los países de la Unión Europea, han estado constantemente aumentando las barreras al comercio y las barreras arancelarias, y nadie ha dicho nunca nada sobre los aranceles de Xi Jinping. Nunca escuché a nadie decir que el mundo se va a acabar por los aranceles de China o los de Von der Leyen. Se está exagerando de una manera muy agresiva, de una manera además política. ¿Por qué? Las barreras arancelarias que puso la Administración Obama fueron absolutamente claras, y nadie decía absolutamente nada. Biden mantuvo y aumentó todos los aranceles que había de la administración anterior y nadie dijo absolutamente nada. Se está aprovechando la excusa de Trump para que todos los desequilibrios, todos los problemas que se han acumulado en las economías en los últimos años, se puedan achacar al enemigo exterior.

Biden mantuvo y aumentó los aranceles del primer mandato de Trump y nadie dijo absolutamente nada

¿Cómo ve la respuesta que está dando la Unión Europea?

— Lo que ha dicho Von der Leyen me parece bien: que están dispuestos a negociar parece absolutamente claro. Entiendo también la posición de la administración Trump ante la realidad de que llevamos con estos problemas desde hace muchos años. Lo que no funciona son las medidas de decir que van a poner aranceles de respuesta cuando la Unión Europea tiene un superávit comercial gigantesco con Estados Unidos. Cuando tú ya has llevado a cabo una gigantesca cantidad de barreras arancelarias y no arancelarias contra Estados Unidos, tu capacidad de infligir daño a Estados Unidos es muy pequeña.

La Unión Europea no está en una posición de poder hacer fuerza.

— Has puesto tantas barreras que no tienes ninguna fuerza. El gran problema aquí es que se lo tomen como una excusa para aumentar sus barreras proteccionistas. El mundo se ha acostumbrado en las dos últimas décadas a que el exceso de capacidad y la posición de las empresas de los países se compensaban en cuanto a costes con Estados Unidos: una empresa europea estaba completamente ahogada a impuestos, a cargas burocráticas, y entonces tenía que vender a Estados Unidos su exceso de capacidad porque nos cargamos nuestro propio mercado interno. Es algo que reconoce hasta el Fondo Monetario Internacional.

¿Qué sectores de la economía española piensa que se verán más afectados?

— Creo que el sector automovilístico y el agricultor, porque es donde está más afectado Estados Unidos. Se pueden negociar esos aranceles levantando las barreras que nosotros ponemos a Estados Unidos. Siempre pregunto a la gente cuántos vehículos estadounidenses ve por la calle. ¿Por qué no hay? Eso son aranceles. Trump es un negociador claro. Lo que está intentando hacer es negociar mejores condiciones. Estados Unidos no tiene por qué tener superávit comercial, pero no puede tener un déficit comercial que se les ha multiplicado en los últimos años.

Se pueden negociar los aranceles levantando las barreras que nosotros ponemos a Estados Unidos. Trump es un negociador.

¿Qué efectos globales teme sobre la economía? ¿Hasta qué punto aumentará la tensión con China? ¿Se disparará la inflación, como anuncian la mayoría de los economistas?

— Lo que es inflacionista es la política absolutamente aberrante que se ha llevado a cabo durante los últimos años: imprimir dinero sin control, aumentar el gasto público sin control y pasarle a los ciudadanos el efecto en forma de destrucción de poder adquisitivo de la moneda. Los aranceles, por sí mismos, ante la misma cantidad de dinero, no aumentan la inflación. La inflación es la pérdida del poder adquisitivo de la moneda. Se manifiesta en la subida continuada y anualizada de los precios. Los aranceles pueden hacer que un precio individual suba si ese producto está producido un 100 % en el extranjero, y si a la vez la demanda es inelástica, pero esto ocurre con muy pocos productos. Por otro lado, estoy avergonzado con muchos economistas que están diciendo que los aranceles van a subir los precios en Estados Unidos y en Europa. Menudo chollo sería. Todas las empresas deberían estar aplaudiendo los aranceles. Esto es increíble. Estamos en una narrativa anti Trump tan brutal... Se dicen cosas como que los aranceles van a subir los precios y a la vez hundir la economía. Si hundes la economía, los precios bajan. Es a lo que te lleva el keynesianismo abyecto al que estamos sujetos, desafortunadamente, en la mayoría del debate económico. Te lleva a hablar de los precios individuales. Pero, vuelvo a repetir, la inflación es la pérdida del poder adquisitivo de la moneda. Y esto se manifiesta en una subida de los precios agregados anualizado que se consolida. Vuelven a subir aunque sea a un ritmo más bajo. Por lo tanto, ante la misma cantidad de dinero, ante la misma emisión monetaria, los aranceles no son inflacionistas ni lo han sido nunca. Voy a dar un ejemplo muy visual. China es uno de los países con mayores barreras al comercio, arancelarias y no arancelarias, del mundo. Si los aranceles causasen la inflación, China no tendría la baja inflación que tiene. Tendría una enorme inflación. Si el propio Fondo Monetario Internacional, Draghi y Von der Leyen reconocen que las barreras y aranceles internos de la Unión Europea suben los precios de los servicios y de las manufacturas y la inflación en Europa no es elevada, entonces los aranceles no son inflacionistas, porque hay otras partes de los precios agregados que lo están compensando. Creo que se está utilizando todo, la excusa de Trump y de los aranceles, para buscar un enemigo externo y un chivo expiatorio que justifique lo que ya era un problema que se veía venir desde hacía muchos meses: la ralentización económica global y la inflación persistente. Ninguno de esos factores es nuevo. Vienen desde hace meses. Lo que pasa es que Trump ha sido el chollo para los intervencionistas. Les da la excusa para utilizarle como chivo expiatorio de un problema de deuda, bajo crecimiento y elevada inflación que ya existía hace muchos meses.

El acercamiento de Sánchez a China es peligroso e hipócrita

¿Y la tensión entre China y Estados Unidos crecerá?

— Es curioso que, de todos los países a los que se han anunciado aranceles, China ha sido el que ha tenido una respuesta absoluta y totalmente neutra. ¿Por qué? Lo sabemos por los anuncios de Walmart y de otros compradores norteamericanos: los suministradores chinos van a absorber los aranceles. Luego lo sabemos por otra persona a la que no defenderé en mi vida, porque está en las antípodas de mi pensamiento: la señora Sheinbaum (presidenta de México) ha sido la única del mundo que ha entendido perfectamente que esto es una negociación. Está llevando a cabo un proceso de negociación en el que está teniendo más éxito para México y para Estados Unidos. Mientras tanto, en la Unión Europea nos estamos dedicando, como siempre, a buscar el chivo expiatorio y, por supuesto, la excusa para que la Unión Europea mantenga sus gigantescas barreras al comercio, que son un problema para nosotros y para ellos.

¿Perjudicará más a España la actitud de Sánchez crítica con Trump y de acercamiento a China?

— El acercamiento de Sánchez a China es extremadamente peligroso. Primero, porque es profundamente hipócrita. Sánchez se presenta ante el mundo como un gran defensor de Ucrania, y como una persona que quiere apoyar a Ucrania, mientras sus socios quieren acabar con la OTAN y con el gasto en defensa. Y él se acerca al socio estratégico sin límites de Rusia. Me da mucha tristeza que la burocracia europea, con tal de no eliminar la burocracia y nuestras propias trabas internas, siquiera se plantee la posibilidad de acercarse a un gigante como es China, que legítimamente, obviamente, está encantado con esa posición. Tenemos que entender que eso conlleva unos riesgos de seguridad y de posición estratégica de Europa muy importantes. El acercamiento de Sánchez a China es una recomendación directa del grupo de Puebla y de Zapatero. Ya de entrada debería hacer saltar todas las alarmas. Es alucinante que esta gente que está hablando todo el día de democracia, que está todo el día hablando de libre comercio, se una a una dictadura que encima es una de las que mayores barreras al comercio tiene en el mundo.

¿Cómo cree que afectarán los aranceles a las Bolsas?

— Se está echando la culpa a Trump de la Bolsa, cuando en realidad lo que está pasando es que el año pasado se nos intentó repetir una y otra vez que íbamos a tener políticas expansivas, que la inflación iba a bajar súper rápido y que iba a haber cinco, seis o siete bajadas de tipos de interés. Lo que ha pasado es que el mercado ha tomado correctamente mucho riesgo pensando que se iban a dar muchas bajadas de tipos y muchas inyecciones de liquidez. Y de repente en febrero la Reserva Federal se ha dado la vuelta y ahora parece que no van a bajar los tipos. Creo que las bolsas, en primer lugar, no están sufriendo de manera impresionante. No podemos olvidar que vienen de un año increíble. Si miramos al S&P 500, tiene 493 valores que lo están haciendo bien. Se está utilizando de manera consciente la excusa de Trump para disfrazar todos los problemas que se han acumulado en la economía en unos años de exceso fiscal y monetario.

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