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Asturias destrona a País Vasco como la región con mayor absentismo de España
Los datos de absentismo laboral no dan tregua a las empresas. La tasa se situó en el 7,4 % en el cuatro trimestre de 2024, 0,1 punto menos que en el tercer trimestre de 2024, pero 0,2 más que el mismo periodo del año anterior. Además, las bajas por incapacidad temporal siguen representando un porcentaje alto dentro del absentismo: el 5,8 %, según se refleja en el XI Informe Trimestral de absentismo y siniestralidad laboral publicado por The Adecco Group.
Teniendo en cuenta que, según los datos de este centro de estudios, en el cuatro trimestre de 2024, la jornada pactada fue de 454 horas por trabajador y hubo 31 horas de absentismo por persona, se puede calcular que se ha producido la pérdida del 6,8 % de las horas pactadas. Esto supone que más de 1,2 millones de asalariados –concretamente 1.252.377– no hubieran acudido ningún día a su puesto de trabajo.
Existe un mapa desigual entre autonomías. Asturias tiene la tasa de absentismo más alta, del 6,9 %, a pesar de su ligero retroceso intertrimestral, seguida de Aragón, con un 6,1 % y País Vasco, también con un 6,1 %, que vive la caída más profunda del absentismo desde el trimestre anterior. En el lado opuesto se encuentra Andalucía con un 4,98 %, en la Comunidad de Madrid con un 4,99 % y Castilla-La Mancha con un 5,1 %.
Por sectores, la industria es el que mayor tasa concentra con un 8,1 %, seguido del sector servicios con un 7,3 % y la construcción con un 6,3 %.
Coste millonario
El coste que el absentismo derivado de las bajas laborales ha acarreado a la Seguridad Social y a las empresas se disparó un 14,45 % en 2024, hasta los 28.987 millones de euros, según los cálculos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).
Las prestaciones económicas de Seguridad Social, abonadas por las mutuas colaboradoras y entidades gestoras, ascendieron a 15.025,95 millones en 2024, lo que supone un 14,87 % más que en 2023.
El coste que tienen que acarrear las empresas españolas es superior a los 13.961 millones de euros. Es un 14,01 % más, derivado de los gastos que tienen que asumir entre el cuarto y quince días de cada bajo, más los complementos y mejoras, así como las cotizaciones a la Seguridad Social durante la baja.
A esa cantidad habría que sumar los costes indirectos que deben afrontar las compañías, como el pago de una persona sustituta y los bienes o servicios que dejan de producir por la baja del trabajador. Además, el absentismo no afecta solo a la productividad, sino que también supone una pérdida de competitividad para las empresas, poniendo obstáculos al desarrollo económico y la generación de empleo.