El Gobierno fracasa en su intento de lograr una fusión de Sabadell con Unicaja y Abanca
Hace tiempo que el partido se juega con un arbitro casero y sin VAR: el Gobierno en pleno

Pedro Sánchez y Carlos Cuerpo
Le sobró tiempo a Abanca para salir al paso y negar las informaciones que apuntaban a una hipotética fusión con el Banco Sabadell como alternativa a la opa del BBVA. En un breve comunicado la firma dirigida por Juan Carlos Escotet se manifestó con contundencia: «Abanca desea insistir que no tiene interés en esta operación. Abanca reafirma su compromiso con un modelo de gestión profesional, basado en criterios empresariales, y seguirá trabajando para mantener su posición como referente en el sector financiero, siempre priorizando los intereses de sus grupos de interés. No haremos más comentarios sobre especulaciones de mercado y nos enfocaremos en seguir avanzando en nuestros objetivos estratégicos».
Y es que llevamos ya varios días con el run run en los mercados de que la mejor opción que le quedaba al Sabadell en toda esta movida de la opa era negociar una fusión a tres bandas que incluyera también a Unicaja. Pero esto no solo era un run run. El Gobierno había filtrado a sus terminales —especialmente a Expansión y La Vanguardia— que estaba a la espera de que el Sabadell planteara una fusión que hiciera descarrilar la opa del BBVA. Mientras, al ministro de Economía Carlos Cuerpo, que sigue en sus intentos de endurecer las condiciones al banco presidido por Carlos Torres y a la vez postularse para presidir el Eurogrupo —toda una contradicción en el libre mercado—, se le ocurrió la tercera vía de no tener que decir ni si ni no, sino animar a una fusión que complicaría la opa hasta cargársela.
Sánchez no quiere figurar como interventor y verdugo de una opa que sus organismos consultivos bendicen
Alguien podría decir que el comunicado de Abanca podría querer decir una cosa y su contraria. Y podría ser, pero hace tiempo que el partido se juega con un arbitro casero y sin VAR: el Gobierno en pleno.
Por un lado Sánchez no quiere volver a figurar como interventor y verdugo de una opa que sus organismos consultivos bendicen; y por otro sabe que el actual accionariado del Sabadell no puede impedir la opa en estas circunstancias. La sombra de la Tele Pedro planea sobre el fiasco presidencial en Prisa. Por eso la decisión ha sido cambiar el accionariado del banco catalán por el procedimiento de incorporar dos nuevos bancos. Problema: que el Sabadell lleva clamando desde hace meses contra lo mala que es la concentración bancaria. Y ahora el Gobierno tendría que impulsar lo contrario. Conclusión: el Gobierno no tendrá más remedio que quitarse la máscara y poner unas durísimas condiciones al BBVA para que tire la toalla.
Porque la opción de fusión con Unicaja ya la descartó el Sabadell cuando se opusieron Isidro Rubiales y Pepe Sevilla, los nuevos ejecutivos del banco malagueño. Y Escotet, que controla el 85 % del capital de Abanca, tampoco está por la labor. Y es que el Gobierno puede intentar lo imposible, pero ya todo el mundo sabe que deberá asumir sus consecuencias –también con los 7 diputados de Junts– si se carga la opa.