La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.
El BCE prepara una pausa en la bajada de tipos y siembra incertidumbre en la evolución de las hipotecas
El Banco Central Europeo (BCE) se reúne este jueves 24 de julio, en el último encuentro antes de comenzar las vacaciones de verano. Salvo sorpresa, el regulador financiero mantendrá los tipos de interés en el 2 % por primera vez después de un año bajando el precio del dinero.
Los analistas financieros consideran que la institución presidida por Christine Lagarde tomará esta decisión, después de haber conseguido reducir la inflación hasta el objetivo del 2 % y con la necesidad de tomar bien la temperatura a una economía que, sin conseguir acelerar, resiste ante una gran incertidumbre.
«Los aranceles y la incertidumbre comercial son la principal preocupación, mientras que los planes de gasto en defensa e infraestructuras pueden estimular el crecimiento. El efecto es toda una incógnita e incluso el propio BCE tiene dudas de si todo ello generará menos o más inflación», explica Adrià Morron, economista en el departamento de Economías y Mercados Internacionales de CaixaBank Research.
En las últimas semanas, los miembros del BCE han mandado mensajes de cautela, respaldando la idea de no mover los tipos de interés en julio, pero, a la vez, abriendo el debate para lo que queda de año.
Una parte del Consejo de Gobierno es partidaria de no relajar más la política monetaria. Es el caso de Isabel Schnabel, quien señaló explícitamente que «el listón para un nuevo recorte de tipos es muy alto», respaldada por la visión de que la economía se muestra resiliente a corto plazo y que los aranceles impulsarían la inflación a medio plazo.
Por otro lado, están los que abogan por algún recorte más de tipos. Por ejemplo, Fabio Panetta, Gobernador del Banco de Italia, señaló, antes de que Trump anunciase la idea de imponer aranceles del 30 % a la Unión Europea, que el BCE debería seguir relajando la política monetaria si los riesgos negativos se intensifican.
¿Y el euríbor?
El euríbor, el indicador más habitual para calcular las hipotecas variables, se mantiene estancado en el entorno del 2 %. En mayo y en junio cerró en el 2,081 %, y todo apunta a que este mes cerrará cercano a esa cifra.
El euríbor es un índice muy sensible a los cambios en la economía europea. Además de bailar al son de las decisiones del BCE, le influye mucho el contexto internacional, especialmente si hay tensiones financieras o conflictos geopolíticos.
«Hace apenas unos meses, cuando registraba caídas intermensuales de más de dos décimas, parecía que el euríbor bajaría del 2 % antes del verano», recuerda Simone Colombelli, director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro. Pero la situación ha dado un giro y ha vuelto a sembrar dudas en los mercados. Y, aunque Europa aún no está directamente involucrada, el clima internacional impacta en la economía y se traduce en inestabilidad financiera.
«En condiciones normales, podríamos pensar que el euríbor bajaría del 2 % en septiembre, coincidiendo con la vuelta al cole, que suele mover el mercado hipotecario y llevar a la banca a ajustar sus ofertas. Pero ahora mismo todo está en el aire: si la inflación se mantiene alta y el conflicto internacional se agrava, podríamos ver incluso una subida del euríbor en lugar de una bajada», advierte Colombelli.