Fundado en 1910
Análisis económicoJosé Ramón Riera

España no tiene más empleo, sino más precariedad estadística

Estamos ante un Estado quebrado que necesita parecer fuerte. Una Seguridad Social exhausta que necesita aparentar músculo laboral. Un país que recauda menos de lo que gasta y necesita justificar que la economía va como un cohete

Lo primero que quiero avisar a quien lea este artículo es que cuando se publique, no habré generado ningún cariño en el Gobierno y más de uno querrá empapelarme. Pero es lo que hay. La realidad económica no cambia porque el Gobierno la oculte, ni porque algunos medios se hayan convertido en el Loro Parque de repetir únicamente lo que les pide La Moncloa.

Hoy me toca desmontar una de las mayores mentiras estadísticas del momento y en este caso no me refiero al Instituto Nacional de Estadística (INE) y su PIB tezanizado, tampoco al desempleo, donde estamos a punto de superar las prestaciones por desempleo pagadas en 2021, ni tampoco el que en muchas provincias y dos comunidades autónomas pagamos el desempleo a más personas de las que hay realmente en paro.

Hoy me toca desmontar que España no puede tener 21,7 millones de afiliados, ni haber crecido en los nueve primeros meses del año en más de 600.000 afiliados como dice el Gobierno, porque si hubiese crecido en esa cifra, los resultados no serían los que son y el Gobierno no hubiese necesitado transferir casi 43.000 millones para pagar los gastos de la Seguridad Social. Lo que sí tenemos es 21,7 millones de afiliaciones que no es lo mismo y que si es posible que hayamos crecido en 600.000, pero que como muchas de esas afiliaciones son contratos de pocas horas mensuales, los ingresos totales y los ingresos medios, no crecen al mismo ritmo.

Por eso es muy importante que, aunque el gobierno no pare de repetir que España ha crecido en 600.000 afiliados, desde los que estudiamos la economía española, no debemos de parar de repetir que el dato oficial no contabiliza personas, sino afiliaciones, lo que significa que un mismo trabajador puede aparecer dos, tres o cuatro veces si tiene contratos parciales, múltiples actividades o, peor aún, si es fijo discontinuo y entra y sale del sistema varias veces al mes.

Así que primero vamos a analizar los ingresos de la Seguridad Social en los nueve primeros meses del año, diferenciados entre lo que se ingresa por el Régimen General, más lo que ingresan por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, lo que ingresan los Autónomos, por Accidentes de Trabajo, por Desempleo y el resto, que es un ingreso residual.

Todos los datos son oficiales y los publica la Secretaría de Estado de Seguridad Social y Pensiones, del Ministerio de Elma Saiz:

Hasta el 30 de septiembre, la Seguridad Social ha recaudado 130.877 millones de euros, un 5,8 % más que el año pasado, pero es importante ver que, a pesar de las cifras «escandalosamente» buenas, en julio y en septiembre se recauda menos que en el mes anterior, lo cual demuestra la precariedad de nuestro empleo.

Por otro lado, se demuestra que agosto, aunque resulta que como veremos más adelante la cifra de «afiliados» que dice el gobierno que en agosto caen un 0,9 %, los ingresos totales por cotizaciones sociales son los más altos del año, superando por primera vez los 15.000 millones de ingresos y creciendo un 4,9 % sobre julio.

Además, es muy importante destacar lo que está pasando con los ingresos que recibe la Seguridad Social por los autónomos, que están completamente estancados y que merecen un análisis particular.

Así cuando vamos a ver el número de «afiliados» que dice el Gobierno y que yo mantengo que son afiliaciones, nos encontramos con las siguientes incongruencias:

Aquí llega la prueba irrefutable: si realmente hubiera más trabajadores, los ingresos por cotizaciones deberían crecer y el ingreso medio por cotizante también. Pero no ocurre eso. De enero a septiembre, el ingreso medio ha pasado de 665 euros a 682 euros.

En el único mes del año en que en teoría baja el número de «afiliados», es en el que más crece la recaudación total el valor absoluto y por «afiliados». Esto solo tiene un motivo. En agosto, donde caen los «afiliados», es porque el empleo se ha hecho más estable, los afiliados que están en el sector servicios mantienen todo el mes su puesto de trabajo y, por lo tanto, hasta es posible que trabajen más horas extras, para poder proporcionar los servicios que el turismo demanda.

Llega septiembre, se acaba el mes fuerte y aunque subimos los «afiliados» bajan los ingresos totales y esto sucede porque volvemos a que los «afiliados» son «afiliaciones», es decir, los fijos discontinuos, vuelven a ser parados discontinuos, que trabajan varias veces al mes, pero muchas menos horas con lo cual los ingresos por cotizaciones sociales caen con respecto a agosto.

Estamos ante un Estado quebrado que necesita parecer fuerte. Una Seguridad Social exhausta que necesita aparentar músculo laboral. Un país que recauda menos de lo que gasta y necesita justificar que la economía va como un cohete.

La verdad es otra. España no tiene más empleo, sino más precariedad estadística. No recauda más porque tenga más cotizantes, sino porque exprime más a los trabajadores y a las empresas. El ingreso no sube, aunque nos dicen que se disparan las cifras de ocupación. La Seguridad Social no se financia con cotizaciones, sino con deuda. Y este modelo no puede sostenerse indefinidamente.

El Gobierno lo sabe, por eso manipula, revisa, corrige y tezaniza los datos. Porque si se conociera la verdad, la cruda realidad, a lo mejor la sociedad civil hoy adormecida entendería que este sistema está sostenido por alfileres.

La pregunta ya no es cuándo saltará por los aires, sino quién estará en el poder cuando ocurra.