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El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, en el acto de toque de campana en la Bolsa de Nueva York.

REMITIDA / HANDOUT por FERROVIAL
Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma
09/5/2024

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, en una imagen de archivo.Ferrovial

Ferrovial culmina su salida de España con la entrada en el Nasdaq 100

La constructora accede al selectivo estadounidense dos años después del polémico traslado de su sede a Países Bajos

Dos años y medio después del traslado de su sede social de España a Países Bajos, Ferrovial ha cerrado el círculo. La compañía presidida por Rafael del Pino entrará en el Nasdaq 100, el índice que agrupa a las cien mayores empresas no financieras del mercado estadounidense. Su salida de nuestro país fue recibida por el Gobierno de coalición como un golpe bajo y levantó una inusitada oleada de patriotismo incluso entre los miembros de Podemos.

Según ha explicado su consejero delegado, Ignacio Madridejos, la entrada de Ferrovial en el selectivo estadounidense aumentará su visibilidad entre los inversores y permitirá ampliar su base accionarial. La incorporación será efectiva antes de la apertura del mercado del lunes 22 de diciembre. Las acciones de la compañía comenzaron a cotizar en Estados Unidos en mayo de 2024, sumándose a su negociación en España y Países Bajos, lo que convirtió a Ferrovial en la primera empresa del Ibex 35 en colocar acciones ordinarias en el Nasdaq.

Se trata de un importante espaldarazo a su estrategia de internacionalización, al pasar a formar parte de un índice en el que se encuentran gigantes como Microsoft, Apple, Alphabet, Tesla o Nvidia, esta última con una capitalización bursátil cercana a tres veces el PIB de España. Ferrovial culmina así un camino iniciado en 2023 con el traslado de su sede social a Países Bajos, un movimiento que sentó muy mal al Ejecutivo de Pedro Sánchez y sus socios.

Miembros de Podemos y de Izquierda Unida exhibieron un sorprendente patriotismo y llegaron a cuestionar el origen de los beneficios de la empresa, presentando el traslado como una deslealtad hacia el país. El propio presidente del Gobierno aseguró que la decisión de Ferrovial respondía a motivos fiscales y no a razones de seguridad jurídica, y contrapuso el «hacer patrimonio» con la idea de «ser solidario y arrimar el hombro cuando tu país lo necesita». En la misma línea, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sostuvo que «no había razones económicas» que justificaran el traslado y reclamó un «patriotismo de defensa de los intereses de España», al tiempo que advertía de que la Agencia Tributaria analizaría las consecuencias fiscales de la operación.

Ferrovial defendió desde el primer momento que la reorganización societaria respondía a motivos económicos y estratégicos plenamente válidos y que la operación era fiscalmente neutra para la compañía. Del Pino insistió en varias ocasiones en que el traslado no ofrecía ventajas fiscales ya que los impuestos que pagaría el grupo serían similares a los anteriores.

Uno de los argumentos clave fue el acceso a los mercados internacionales de capital. Cotizar desde Países Bajos facilitaba la entrada en Estados Unidos y el contacto con grandes inversores globales, un paso considerado esencial para una compañía con una parte creciente de su negocio en Norteamérica. Ahora, la entrada de la constructora en el Nasdaq 100 pone punto final a ese debate.

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