Imagen de una instalación de suministro de gas
Europa prohibirá importar gas y petróleo rusos a partir de 2027
La normativa deja en manos de los Estados miembros la aplicación de sanciones a los operadores que la infrinjan
La Unión Europea prohibirá la importación de gas y de petróleo rusos a lo largo del año 2027, según ha aprobado este miércoles el Parlamento Europeo con 500 votos a favor, 120 en contra y 32 abstenciones. Quien incumpla esta normativa tendrá que pagar una sanción que, eso sí, será responsabilidad de los Estados miembros.
Antes, y de forma casi inminente, se prohibirá la compra de gas natural licuado (GNL), en cuanto entre en vigor el reglamente a principios de 2026. Posteriormente, y de forma gradual, el gas ruso se irá eliminando hasta su prohibición total en septiembre de 2027. Y para prohibir la compra de petróleo, la Comisión Europea tendrá que presentar una ley a principios de año de manera que pueda ser efectiva, como muy tarde, a finales de 2027.
Los europarlamentarios también abogaron por condiciones más estrictas para que pueda aplicarse una suspensión temporal de la prohibición de importación en situaciones de emergencia relacionadas con la seguridad energética de la UE.
Para colmar las lagunas legales y reducir el riesgo de eludir las normas, los operadores deberán facilitar a las autoridades aduaneras pruebas más estrictas y detalladas del país de producción del gas antes de su importación o almacenamiento.
Y como las autoridades aduaneras pertenecen a cada Estado, serán estos quienes apliquen las sanciones, que serán armonizadas para todos los países, en caso de que alguno de los operadores incumplan la prohibición a través de terceros países o de la propia Rusia.
La prohibición llega casi tres años después de que Rusia tratara de invadir Ucrania y desatara una guerra que ha provocado miles de muertos y una crisis energética hizo saltar todas las alarmas. De hecho, el propio Parlamento Europeo asegura que «el ataque vino acompañado de una manipulación deliberada del mercado, incluida la reducción sin precedentes por parte de Gazprom del nivel de llenado de las reservas europeas y el cierre abrupto de gasoductos, lo que provocó que los precios de la energía aumentaran hasta ocho veces sus niveles anteriores a la crisis».
