Comprar una casa no es una decisión rápida ni impulsiva
Vivienda
¿Alquilar o comprar? La respuesta de un experto en vivienda en España
En condiciones normales, los bancos suelen financiar el 80 %, por lo que el 20 % lo debe poner el comprador de su bolsillo a modo de entrada
El problema del precio de la vivienda en España afecta cada vez más a quienes buscan un hogar, tanto si lo hacen en régimen de alquiler como si quieren comprar. En el mercado del arrendamiento, los anuncios en internet muestran una realidad difícil de asumir: pisos con rentas muy elevadas que no se corresponden con su calidad. A esto se suma que los sueldos no crecen al mismo ritmo, lo que reduce al mínimo la capacidad de ahorro y genera la sensación de estar atrapado en un ciclo interminable.
Consciente de esta situación, el inversor y divulgador Julio Plaza ha compartido en YouTube un vídeo en el que ofrece consejos a quienes se encuentran en este punto. A esas personas, a las que llama «inquilinos perpetuos», les propone un ejercicio básico: analizar sus números antes de decidir si seguir pagando renta o lanzarse a la compra.
Para hacerlo más cercano, relata la historia de Ana, una madrileña que pagaba 950 euros al mes por su piso. Su duda era la misma que la de muchos jóvenes y familias: ¿continuar alquilando o intentar adquirir una vivienda propia? La clave, según él, estuvo en empezar con unas cuentas muy sencillas que sirvieron de guía para tomar una decisión fundamentada.
La capacidad real de compra
Lo primero fue calcular su capacidad real de compra a partir del sueldo y el dinero ahorrado. Con esas cifras quedó claro que Ana podía acceder a una vivienda cercana a los 300.000 euros. Aunque en Madrid ese presupuesto no abre todas las puertas, sí permite encontrar algún piso que encaje con sus necesidades.
Julio subraya que, en la mayoría de los casos, los bancos no cubren el total del precio, sino alrededor del 80 %. Eso significa que el comprador debe aportar el 20 % como entrada, además de reservar un 10 % adicional para impuestos y otros gastos.
En la práctica, la entidad le prestaría unos 240.000 euros. Con un préstamo a 30 años y un tipo de interés medio, la mensualidad de la hipoteca quedaría en torno a los 900 euros, prácticamente lo mismo que Ana pagaba cada mes de alquiler.
Reflexión y estrategia
La comparación entre hipoteca y alquiler dejaba ver que la cuota mensual era prácticamente la misma que Ana ya pagaba. Aun así, había que añadir comunidad, suministros, seguros e impuestos, lo que hacía que el gasto final subiera un poco más.
Para Julio el aspecto clave no estaba en esa diferencia de costes, sino en comprobar qué parte de la cuota se destinaba a intereses y cuál servía para generar patrimonio. En el caso de Ana, cada mes más de 500 euros no se perderían, sino que pasarían a formar parte del valor de su vivienda.
A pesar de lo mencionado y de que los números parecían invitar a comprar, el experto recomendaba no precipitarse y recordaba que el primer paso antes de mirar pisos debía ser acudir al banco. Muchos futuros compradores se ilusionan con viviendas para las que luego no obtienen financiación.
Comprar una casa no es una decisión rápida ni impulsiva. Exige reflexión y estrategia. En el caso de Ana, si los precios continúan subiendo, lo que hoy cuesta 300.000 euros podría superar los 360.000 en poco tiempo, alejándola aún más de su objetivo.