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26 de abril de 2024

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, junto al rector Juan Francisco García Marín

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, junto al rector Juan Francisco García MarínEFE

Políticos en la Universidad: por qué (casi) todos los escraches duros fueron a la derecha

José Luis Rodríguez Zapatero fue investido sin ningún problema como Doctor Honoris Causa, pero las recientes visitas a la universidad de Isabel Díaz Ayuso o Macarena Olona fueron de todo menos tranquilas

Las apariciones de los políticos en centros educativos superiores suelen ser algo habitual. Charlas, conferencias, reconocimientos y galardones llevan a los representantes públicos hasta ellos. Como también es habitual que, dependiendo del signo que sean, el recibimiento sea de una manera u otra.
La reciente investidura del expresidente de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero como Doctor Honoris Causa en la Universidad de León, en un acto que según rezan las crónicas, fue tranquilo y modélico, tal y como habían dispuesto los organizadores, nos ha hecho hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué esa tónica cambia tanto cuando los protagonistas son otros? Veamos unos cuantos ejemplos.
El escrache más sonado de los últimos tiempos que tuviese como protagonista a un político en un entorno universitario fue el sufrido por Isabel Díaz Ayuso el pasado mes de enero en la Complutense.
La presidenta de la Comunidad de Madrid acudió a la Facultad donde estudio, la de Ciencias de la Información, para ser reconocida como 'alumna ilustre'. Grupúsculos radicales de la izquierda, organizados por el Sindicato de Estudiantes, trataron de impedirlo. Hubo empujones, gritos y tensión y tan solo un cordón policial evitó males mayores.

Olona en la Universidad de Granada

En septiembre de 2022, la que fuera uno de los rostros más visibles de Vox –aunque en la actualidad enfrentada con el partido–, Macarena Olona, fue invitada por la Universidad de Granada para hablar entre sus muros de la inconstitucionalidad de los estados de alarma. Allí, unas mil personas se congregaron para protestar por su presencia y con el objetivo de boicotear su charla.
Hasta un total de 40 antidisturbios de la Policía Nacional tuvieron que abrir un pasillo ante las puertas del edificio de la Facultad de Derecho para que la ex candidata de Vox a la Junta de Andalucía pudiera entrar al acto.

El recordado escrache a Rosa Díez

En el año 2010, antes del nacimiento de partidos como Unidas Podemos y Vox, el bipartidismo en España estaba amenazado por UPyD, la formación que encabezaba Rosa Díez. Con un cartel que rezaba «Víctima profesional, asesina legal» colgado en la Facultad de Ciencias Políticas, la entonces líder de aquel partido tuvo que soportar cómo Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, entre otros insignes fundadores de Podemos, reventaron la charla en la que estaba anunciada.
Aquella virulenta protesta inauguraba una oscura era donde la Universidad pública aparecía ante los ojos de la opinión pública como un lugar dominado por el 'pensamiento único' donde, de hecho, era casi imposible discrepar, ya que esos actos estaban encaminados a impedir la expresión de las ideas.
Como la revolución siempre devora a sus hijos, fue el propio Pablo Iglesias quien sufrió un escrache en el entorno que en su día creyó dominar. En ese momento, el ahora profesor ejercía como vicepresidente segundo del Gobierno y esperaba ser recibido como el hijo pródigo que regresa a su casa. En un acto junto al exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera, una decena de jóvenes del Frente Obrero le sacaron los colores al grito de «fuera vende-obreros de la universidad».

Aznar y González

También en 2010, el expresidente José María Aznar fue recibido al grito de «fascista», «asesino» y «terrorista» por un grupo de jóvenes en la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo. Aunque los medios recogieron su famoso gesto de mostrar el dedo corazón a quienes le insultaban, lo que se conoce como una peineta, lo verdaderamente triste fue que Aznar tuvo que acceder al edificio por la puerta de atrás para no coincidir con ellos.
Otro expresidente de Gobierno, esta vez Felipe González, que ha pasado de seducir en su juventud a una generación de españoles a ser señalado como cómplice del sistema, tuvo que aguantar que 200 radicales le impidieran dar una conferencia en la Universidad Autónoma. Muchos de ellos, enmascarados, acusaron al socialista de tener «las manos manchadas de sangre» entre pancartas de apoyo a los presos de ETA. Algunos de los manifestantes portaron caretas con los nombres de José Antonio Lasa, exmiembro de ETA asesinado por los GAL.

La dictadura de los intolerantes

La universidad pública atraviesa en España un contexto donde, entre otros problemas, imponen su ideología unos pocos al resto.

​La reciente visita que este medio hizo a la Facultad de Ciencias Políticas, donde Pablo Iglesias ha vuelto a dar clase, confirmó esta realidad: los radicales de izquierda marcan su visión unilateral de lo que es de todos. Su penúltima víctima ha sido la Embajadora de Israel Rodica Radian-Gordon, cuya participación en una mesa redonda estuvo marcada por los enfrentamientos con una minoría propalestina que intentó lincharla a su entrada.

​El actual rector de la Complutense, conocedor de lo que hay, ha cargado recientemente contra la LOSU, augurando que la nueva Ley de Universidades ahondará en el caos al empujar a los centros educativos superiores a «posicionarse políticamente».
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