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25 de abril de 2024

Estudiantes en un colegio de Madrid

La familia de la fallecida ha denunciado que continúan las mofas contra ella en las redes socialesEP

Una alumna de 13 años se suicida en Francia y sus compañeros de clase celebran que «por fin está muerta»

El ministro de Educación, Pap Ndiaye, reconoce en televisión que su muerte «es un fracaso colectivo» y una «tragedia» para la educación nacional

Pap Ndiaye, ministro de Educación francés, apareció ante las cámaras de la televisión y lamentó lo sucedido: «La muerte de Lindsay es un fracaso colectivo. El suicidio de cualquier joven es una tragedia para la educación nacional, para el país».
Se refería el responsable educativo galo al suicidio de una chica de tan solo 13 años en la ciudad de Lille, que se habría quitado la vida el pasado 12 de mayo tras un rosario de humillaciones y acoso escolar, al parecer por parte de sus propios compañeros de colegio.
Para más inri, la familia de la fallecida ha tenido que denunciar ante los medios que con su hija muerta, continúan las mofas contra ella en las redes sociales con mensajes que celebran lo que le ha ocurrido. Una situación que ha llevado al mismo ministro a manifestarse.

Responsabilidades

«Si todo el mundo hubiera hecho su trabajo para protegerla, Lindsay estaría viva». Según recoge Le Monde, la familia de la menor presentó denuncias contra el consejo escolar y contra Facebook, red en la que se albergaban mensajes amenazantes.
El abogado de la familia, Pierre Debuisson, explicó en una rueda de prensa en Vendin-le-Vieil (Pas de Calais), donde estaba matriculada Lindsay, que se habían presentado hasta tres denuncias contra la dirección, la autoridad educativa y los policías «por omisión de socorro a una persona en peligro».
Hasta el momento, cuatro menores han sido acusados «de acoso escolar con resultado de suicidio», en el marco de la investigación judicial. La autoridad educativa de Lille ha anunciado la apertura de una investigación administrativa, admitiendo que los servicios escolares podían haber hecho más en el seguimiento de la joven, cuyo acoso era conocido por el centro.
«Denunciamos la inercia de los poderes públicos», remató Debuisson. «Lo intenté todo, hice de todo, no recibimos ayuda y hemos quedado abandonados. Ningún apoyo, ni ante, ni durante ni después», añadió Betty, la madre de la escolar.
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