
'Reloj de pie con figura de bronce y números romanos'
Los números romanos, en extinción en la educación española porque al Gobierno ya no le interesan
Según una investigación llevada a cabo por la doctora Nerea Fernández Cadenas, tan solo cuatro comunidades autónomas de nuestro país incluyen la enseñanza de números romanos en el currículo educativo
Los números romanos son signos que llevan siglos presentes en nuestra sociedad. Son numerosos los edificios oficiales y monumentos históricos que contienen estas grafías para indicar la fecha de construcción o de algún hito ocurrido entre sus paredes. Ahora, a raíz de la aprobación de la conocida como ley Celáa, la mayoría de los niños españoles desconoce el significado real de estos símbolos milenarios.
Según una investigación llevada a cabo por la doctora Nerea Fernández Cadenas, en el marco del proyecto de investigación nacional ANTIMO 'La Antigüedad modernizada: Grecia y Roma al servicio de la idea de civilización, orden y progreso en España y Latinoamérica', tan solo cuatro comunidades autónomas de nuestro país incluyen la enseñanza de números romanos en el currículo educativo: Madrid, Murcia, Aragón y Andalucía.
Esto supone la pérdida de un legado milenario y de una simbología que hoy en día sigue presente en nuestra sociedad y nuestra cultura. Entre las comunidades que sí tienen incorporada esta enseñanza, Andalucía la incluye en Primaria y defiende el aprendizaje de números romanos porque lo consideran un «vestigio del patrimonio cultural andaluz». Murcia, por su parte, incluye los números romanos en las clases de Matemáticas, mientras que Madrid la incluye en Sociales.
Esta reducción de la enseñanza de los números romanos al mínimo responde a la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de eliminar la obligatoriedad de los números romanos del currículo educativo, argumentando que carece de una aplicación matemática práctica.
En el año 2022, el Ministerio de Educación tomó la decisión de eliminar el uso de los números romanos en los programas educativos, argumentando que su enseñanza no favorece el desarrollo del «sentido matemático» en los estudiantes.
Entre las razones esgrimidas para esta medida, se destacó que dicho sistema numérico presenta dificultades para la realización de cálculos aritméticos básicos, lo que limita su aplicabilidad en la resolución de problemas matemáticos. Asimismo, se señaló que su estructura impide explorar con facilidad patrones numéricos y relaciones matemáticas fundamentales, aspectos esenciales en la formación de un pensamiento lógico y analítico en los alumnos.
Mientras se debatía la aprobación de la LOMLOE, numerosos expertos y sectores académicos manifestaron su preocupación ante la disminución del peso de asignaturas como latín, cultura clásica y filosofía en el currículo escolar. Estas disciplinas, fundamentales para comprender la evolución del pensamiento humano y el legado cultural de la Antigüedad, parecían quedar relegadas a un segundo plano, lo que, según los críticos, podría empobrecer la formación intelectual del alumnado.
La doctora Fernández advierte sobre esta tendencia al afirmar que «el legado de la Antigüedad está condicionado por el concepto de utilidad actual del pasado clásico», señalando así el peligro de que ciertos conocimientos esenciales para la historia de la civilización sean olvidados o considerados irrelevantes en función de criterios educativos contemporáneos.