Falta de profesores en España: más de 720 plazas de Matemáticas quedaron vacantes en 2023

La comunidad educativa enfrenta un desafío monumental: se necesitan alrededor de 44 millones de docentes en todo el mundo para alcanzar la meta de una educación universal de calidad para el año 2030. En Europa y América del Norte, más del 90 % de las 4,8 millones de vacantes previstas para ese mismo horizonte temporal no obedecen a la expansión del sistema, sino a la salida masiva de profesionales, especialmente en el ámbito de la Educación Secundaria Obligatoria.

Así lo pone de manifiesto el Informe Mundial sobre el Personal Docente, presentado en Madrid y elaborado por la Unesco junto con el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 (Teacher Task Force) y la Fundación SM. Este diagnóstico global pone el foco en el agotamiento, la desmotivación y la precariedad que aquejan a una parte considerable del magisterio.

En el caso de España, el informe subraya la persistencia de una «escasez significativa» de profesorado en áreas clave como Matemáticas, Formación Profesional, lenguas cooficiales y Filosofía. De hecho, según recoge el Monitor de la Educación y la Formación de la Unión Europea, más de 720 plazas de Matemáticas quedaron vacantes en 2023.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística revelan un problema de base: apenas el 2,28 % de los jóvenes españoles titulados completan estudios en disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). A esto se suma que los salarios más competitivos en sectores como la banca, la tecnología, las finanzas o la consultoría dificultan aún más la incorporación docente en campos estratégicos como el análisis de datos o la Inteligencia Artificial. En palabras del informe, «hacen que el flujo de profesores en áreas clave para el futuro, como el big data y la Inteligencia Artificial, siga siendo limitada».

Otra de las alertas destacadas es la inestabilidad laboral del profesorado. La OCDE señala que más del 20 % del cuerpo docente en España trabaja con contratos temporales, una realidad que se agrava entre los menores de 30 años, frente a tasas notablemente más bajas en quienes superan los 50.

Los resultados de la investigación promovida por la Fundación SM también evidencian un malestar creciente entre los profesionales de la educación. Dos de cada cinco docentes afrontan sus responsabilidades con una actitud distante o indiferente, y un 47 % declara una posición neutral ante la posibilidad de abandonar la profesión. Asimismo, uno de cada tres ha manifestado haber perdido la motivación o la ilusión por su labor y el 40 % presenta síntomas compatibles con el agotamiento, la ansiedad o la depresión.

Ante esta situación, Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM, ha afirmado: «Si creemos que los docentes son la clave para lograr una transformación personal y social a través de la cultura y la educación, y contamos con un profesorado agotado y desmotivado, difícilmente van a poder ocuparse de la complejidad que supone hoy educar. La profesión es mucho más que responder al contenido de un currículo».

El mensaje de fondo del informe es claro: garantizar una educación de calidad pasa necesariamente por dignificar y reforzar la figura del docente, tanto desde el punto de vista vocacional como estructural. Sin este paso imprescindible, el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia educativa se verá seriamente comprometido.