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26 de abril de 2024

La víctima del atroz crimen de Marbella

La víctima del atroz crimen de MarbellaEl Debate

Exclusiva

Habla el hijo de Natalia, víctima de Marbella: «Creo que la mató por 700 euros»

Víctor, hijo de Natalia, habla por primera vez y lo hace para El Debate. Relata las angustiosas horas que ha vivido y cómo alertaron desde Colombia a la Policía Nacional de quién creían que era el asesino: acertaron

Víctor tiene 26 años. Habla pausado, con enorme educación y elegancia. A veces, al recordar a su madre rompe en un inconsolable llanto, pero enseguida recupera. Ha permanecido callado todos estos días, pero cree que ha llegado el momento de aclarar muchas cosas. Una de ellas tiene que ver con las noticias publicadas en España tras la aparición de un cadáver sin manos ni cabeza y con una profunda raja en el abdomen en una playa de Marbella. «Quiero que se aclare y que todo el mundo rectifique, mi madre no era narcotraficante ni mula. Eso es falso», pide con firmeza. «Estoy muy molesto. Ella era una trabajadora, sin antecedentes. Mi mamá nunca ha estado ligada a la delincuencia de ningún tipo. No tenía nada que ver con ese mundo. Solo tenía un amigo delincuente: su asesino. Así que espero que rectifiquen todos los que lo han dicho que era una mula».
Profundamente creyente, Víctor dice confiar en la bondad y honestidad de los que han cometido el error y que rectificarán. Es entonces cuando comienza a contar la historia de su madre: «Mi mamá fue a trabajar a España hace 5 años. Empezó con tarreas domésticas mientras hacía los papeles, cuidaba niños, hacia manicura, pedicura, pero ella de estudios era enfermera. Buscó trabajo estable. Era muy seria en su trabajo y la querían mucho y le tenían mucha confianza. Era muy ejemplar. Mi mama era testigo de Jehová y muy creyente».
A pesar de los miles de kilómetros de distancia entre España y Colombia, Natalia y Víctor estaban muy unidos. «Nosotros hablábamos a diario, a veces cada dos días. Era mi madre y mi mejor amiga. Discutíamos todos los planes y los proyectos de futuro». Ella mandaba dinero a Colombia para que él pudiera estudiar y el joven Víctor se esforzó a diario para no defraudarla: «Lo que más tristeza me da es que yo me había graduado en Materias, pero faltaba la ceremonia de la entrega del título que había quedado para abril de 2023. Nuestro sueño era que me viera con el traje, en la ceremonia, recogiendo el título. Tuve oportunidad de graduarme en diciembre, pero esperé porque ella era muy responsable y no pudo venir a verme a la ceremonia: el señor al que cuidaba necesitaba su ayuda. No podía fallarle».

«Conoció al monstruo tirando la basura»

Cuenta que la mala suerte hizo que Natalia conociera a su asesino. «A ese monstruo lo conoció yendo a tirar la basura. Se lo encontró en el camino y el tipo empezó a hablarle unas palabras. Le habló de Dios y acertó. Mi mamá buscaba personas temerosas de Dios. Este mundo tenía sus mañas y sus vicios. Ella había sido madre soltera y sabía de qué hablaba. Siempre me decía que si encontraba a alguien debía ser un buen cristiano. Le hablaba de Dios y a final se convirtió en su asesino. Qué mala suerte. De todas las personas buenas en el mundo acaba conociendo a un loco como ese».
La relación apenas duró pocos meses: «Apenas estuvieron cuatro meses juntos: no fue el marido, no fue el esposo, no vivieron juntos ni se hicieron promesas ni mucho menos fueron novios formales. Tuvieron una cita, empezaron a salir y lo más irónico es que mi mamá apenas salía, ni tenía amigos allí, porque era muy entregada al trabajo. Mi mamá era una mujer bonita, mona. Y su forma de ser, una personalidad que enamora. Él con el tiempo se volvió posesivo. Ella me empezó a comentar que Leonel estaba teniendo comportamientos posesivos y celosos».
«Por ejemplo, a mi mamá la llamaban mucho de Colombia y me comentó una situación en la que ese hombre escuchó una llamada de otro varón y ahí casi le pega. Intentó alejarse de él y el hombre empezó a seguirla y acosarla y un día le pegó, creo que era la segunda vez y casi le partió el tabique nasal. Se lo comentó a mi tío que vive allí y él le acompañó a ponerle la denuncia. Un juez dictó una orden de alejamiento, pero mi mamá estaba asustada. Me mandó foto del hombre y del DNI de él por si las moscas. Me dijo que estuviera pendiente, por si acaso y me advirtió de que su acosador tenía familia cerca de donde vivimos nosotros. Tenía miedo de que encargase que nos hicieran algo a nosotros. Yo le decía que cambiase de rutas, y que si veía que la acechaba que le pidiera disculpas y que le hablase de Dios. Que no le creyera nada, pero hasta donde yo sé, el hombre la abordó».

«Ese malparido la asesinó»

La desgracia les golpeó el lunes: «Me llamó mi tío, que vive en España, y me dijo que estaba desaparecida y que creía muerta. Miré internet y vi que había cuatro mujeres asesinadas y una quinta, mi madre. Decían narcotráfico. Nos ha molestado mucho. La asesinó ese malparido que creyó con derecho a quitarle la vida a mi madre».
Cuenta Víctor que él llegó a conocer a Leonel, el asesino confeso. Su madre se lo presentó por una vídeo llamada: «Yo le conocí. Le dije: «Cuida de mi mamá». Ella siempre había manejado el formalismo y no hubiera salido con nadie sin que los hijos sepamos y de cierta forma nos pida permiso y el consentimiento. Yo le dije: «Salga, divertirse. Conozca.». Él me dijo bazofia. Solo tenía careta en la cara. El juró que estaba enamorado, que la iba a cuidar. Dijo que iban a tener un hijo, pero mi mamá no podía. Todo mentiras».
A Víctor le quita el sueño saber si el asesino cortó la cabeza y las manos de su madre después de muerta o la torturó antes. Sabe que debe esperar el informe forense para averiguarlo y especula con una hipótesis: «Hasta donde sé le había prestado 700. Quizá la mató por eso. Que ella se los pidiese de vuelta después de romper con él y el la matase para no afrontar la deuda. Quizá lo hizo porque le denunció. Nos lo tendrá que decir la investigación».
Espera llegar a España en los próximos días. «Quiero ir hasta allí con mi hermano. La familia éramos los tres. (llora). Ahora quedamos dos. Están tratando de recuperar lo que falta de mi madre. Me da pena no poderle dar un beso de despedida, porque el malparido le cortó la cabeza. A mi hija no la conoció: tiene cuatro años y ella se fue de Colombia hace cinco. Eso se queda pendiente también. Quería darle una buena vida y una buena vejez». Desgraciadamente, ese plan también lo truncó Leonel, su asesino confeso.

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