Daniel Hernández Pons. Este es el nombre ficticio con el que se daba a conocer el policía infiltrado en colectivos anarquistas y separatistas del barrio de Sant Andreu del Palomar en Barcelona. Durante los tres años que duró su tapadera, tuvo relaciones sexuales con, al menos, ocho mujeres que desconocían su verdadera identidad.
Ahora cinco de esas mujeres le han denunciado por abusos sexuales, al sentirse «violadas y utilizadas». Nacho Abad y Bárbara Royo, abogada penalista y criminóloga, analizan los pormenores de este caso.