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19 de abril de 2024

Ilustración de Ione Belarra y Yolanda Díaz

Paula Andrade

La izquierda, a la gresca

Tensión, reproches y dos supuestos bulos enfangan la cuenta atrás para el pacto entre Sumar y Podemos

El partido 'morado' y la plataforma de la vicepresidenta segunda afrontan las últimas 48 horas de negociaciones para acudir en coalición el 23-J de la peor manera posible

El recién nombrado portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, se mostraba muy confiado este miércoles –al menos de cara al público– sobre un hipotético acuerdo para que la izquierda radical acuda a las urnas el próximo 23 de julio de forma conjunta. «Estamos finalizando el acuerdo, finalizando los equipos y saldremos a ganar», aseveraba, aunque, viendo las luchas intestinas entre las distintas facciones del espectro más escorado a la siniestra, nadie lo diría.
Cuando apenas quedan 48 horas para que se cumpla el plazo para que se presenten las coaliciones para el 23-J, este mismo viernes, el ambiente, marcado por la tensión, los reproches y hasta dos supuestos bulos, no parecen invitar al optimismo.
Y es que, aunque las negociaciones para ver de qué manera se encaja a Podemos dentro de Movimiento Sumar, la plataforma política de Yolanda Díaz, vienen desarrollándose desde hace meses, la convocatoria electoral de Pedro Sánchez ha acelerado las mismas a la vez que acortaba el margen de maniobra para los distintos partidos, lo que ha encendido los ánimos.
Esta semana comenzaba con un Pablo Iglesias desatado. El exsecretario general de Podemos –que muchos siguen considerado como el líder de facto de los 'morados', dada su cercanía a Irene Montero– arremetía contra el Más País de su examigo Íñigo Errejón, los Comunes y Compromís de maniobrar para que Podemos no entrara en Sumar.
Encima de la mesa aparecían, al menos, dos nombres que estos y otros partidos –incluidos miembros de Podemos– querrían vetar de las listas de la plataforma 'magenta' de la vicepresidenta segunda del Gobierno: la propia Montero y la líder de los morados y heredera de Iglesias, Ione Belarra.

Sacrificio de los mandamases

Un paso en falso puede significar perder la silla y dentro de Podemos hay ya quien, de manera más o menos velada, da a entender que si hay que sacrificar a los mandamases del partido, se hace y punto, como la coordinadora de Podemos Extremadura, Irene de Miguel.
Este mismo miércoles, a la vez que recomendaba discreción sobre las negociaciones, invitaba a marcharse a los que no estuvieran dispuestos a integrarse en Sumar: «Aquellos que no quieran unidad tienen que dar un paso a un lado y dejar a los que creemos que la unidad sí es el camino». Más claro, el agua.
Discreción, y también contención, pedía en este caso otro de los partidos metidos en el ajo, Más País. Su líder en Andalucía, Esperanza Gómez, pedía acabar con el «ruido interno» y criticaba que las posiciones desde ciertas tribunas «no ayudan», en clara referencia a la bomba soltada por Iglesias el lunes.

Creo que el señor Iglesias mintió en esas declaraciones y no hemos vetado a nadieMónica GarcíaLíder de Más Madrid

Una bomba, el primer supuesto bulo –o no tanto–, que la sección madrileña del partido de Errejón, de la mano de Mónica García, tampoco ha dejado pasar por alto: «Creo que el señor Iglesias mintió en esas declaraciones y no hemos vetado a nadie».
«Estamos haciendo un proceso de negociación discreto pero que va bien, a buen puerto, y estamos convencidos de que vamos a llegar a un acuerdo, y que somos optimistas, porque creemos que ese espacio progresista necesita que todos estemos remando en la misma dirección», añadía la líder autonómica de Más Madrid horas antes de darle el 'sí quiero' a Díaz y pasar a integrarse en su coalición, este mismo miércoles, como ya hicieran previamente Izquierda Unida, los Verdes Equo y Drago, la formación canaria del exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez.

Pérdida de capacidad negociadora

Que la izquierda a la izquierda del PSOE se agrupará en torno a Sumar parece quedar fuera de toda duda. Que Podemos forme parte de este movimiento es otro cantar, aunque la balanza parece que se decantará más hacia el 'sí' –más allá de nombres– que hacia el 'no' dada la pérdida de capacidad negociadora de los 'morados' tras el descalabro electoral del 28-M.
Un peso en las conversaciones que, según parece, trataría de haber intentado recuperar el partido de Belarra con la supuesta filtración del segundo supuesto bulo: el de que Podemos negociaba con ERC presentarse en coalición el 23-J; algo que los independentistas catalanes negaron tajantemente este martes. Más fango para el barrizal.
Entretanto, la protagonista indiscutible de este revoltijo de siglas de formaciones y plataformas neocomunistas, la propia ministra de Trabajo y Economía Social, sonreía desde Doñana, fresa en boca, y cargaba contra el PP, como si la guerra por las listas de Sumar no fuesen con ella, la única que tiene su puesto asegurado, si los españoles así lo deciden dentro de 45 días a través de sus votos.
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