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27 de julio de 2024

El embajador de España ante las Naciones Unidas, Agustín Santos Maraver, junto a Yolanda Díaz

El embajador de España ante las Naciones Unidas, Agustín Santos Maraver, junto a Yolanda DíazGustavo Valiente / Europa Press

Indignación entre los diplomáticos por el doble juego del número dos de Díaz: «El CNI advirtió al Gobierno»

Inocencio Arias, Javier Rupérez, Ignacio Camuñas, Juan González-Cebrián y Ramón de Miguel explican a El Debate lo insólito de que Agustín Santos Maraver representara a España en el exterior mientras la criticaba bajo seudónimo en artículos de opinión

Una parte relevante de la diplomacia española está indignada ante el doble juego que ha llevado durante años quien fue entre 2018 y 2023 embajador representante permanente de España ante la ONU en Nueva York Agustín Santos Maraver, actualmente número dos de Yolanda Díaz en la lista de Sumar al Congreso de los Diputados para las elecciones generales del próximo 23 de julio.

Hasta 68 diplomáticos de la máxima relevancia cargaron contra Santos Maraver y su alter ego literario en la revista online Sin Permiso, Gustavo Buster. Desde sus páginas digitales, el diplomático, ahora político, ha criticado durante años, y mientras ejercía su papel de representante de España, contra la Monarquía, el sistema parlamentario, el «régimen del 78», el concepto territorial del Estado, o el papel de España dentro de la OTAN o la Unión Europea, según denunciaron en una tribuna publicada este lunes en El Mundo bajo el título «Embajador de día, tramposo de noche».

Ahora, cinco de estas voces explican a El Debate lo insólito de este proceder por parte del número dos del partido de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. Se trata de Inocencio Arias, Javier Rupérez, Ignacio Camuñas, Juan González-Cebrián y Ramón de Miguel. Este último asegura que el Gobierno estaba al tanto de las columnas de quien entonces representaba a nuestro país ante Naciones Unidas y lo toleraba.

El exdiplomático Ramón de Miguel

El diplomático Ramón de MiguelLlorente y Cuenca

«Lo sabíamos muchísimos y naturalmente lo sabía la jerarquía del ministro de Asuntos Exteriores y el Estado, porque para eso está el Centro Nacional de Inteligencia. El CNI, naturalmente, analiza y rastrilla todas las opiniones que aparecen en todos los medios de prensa y en todos los sitios del país y naturalmente que pone un asterisco cuando quien los firma es que los firma. Y me consta que el CNI advirtió al Ministerio de Asuntos Exteriores y al Gobierno de que su embajador en Naciones Unidas estaba escribiendo esas cosas de manera regular en un medio y bajo un seudónimo», asegura De Miguel, exsecretario de Estado de Política Exterior y Asuntos Europeos. Y recuerda que ese seudónimo, además, era público, al aparecer como «Gustavo Buster-Agustín Santos Maraver (Nueva York-Madrid)» en la sección de esa web relativa a los miembros del comité de redacción.

Obligado a defender la unidad de España

Para Arias, que también fue embajador de España ante la ONU, este proceder de Santos Maraver es «poco elegante, poco coherente, muy fuerte y poco ético». «No puede estar en activo en un puesto de responsabilidad en el que está obligado a hacer determinadas cosas. Por ejemplo, defender la unidad de España o parar las asechanzas de los separatistas catalanes, y luego escribir artículos sistemáticamente en los que alienta y favorece ideas contra las que debe batallar», explica.

Inocencio Arias, diplomático español

Inocencio Arias, diplomático españolMarcial Guillé / EFE

«Si en Naciones Unidas alguien hablaba de la unidad de España y de que la Carta de la ONU, en su artículo 2.7, dice que no se debe hacer nada contra la integridad de los estados, ¿asentía con calor o era suave? ¿Era escéptico o incluso decía que eso era muy discutible? No sabemos. Lo que tenía que defender durante el día era la democracia española, la solidez de la Constitución, que ésta fue realizada por los españoles y no por una minoría oscurantista y sectaria y caciquil que luego la unidad de España... No sabemos si lo defendía con celo o sin interés, porque estaba escribiendo todos los días en contra de la Constitución, en tono despectivo hacia la Monarquía, regocijándose de que los catalanes hubiesen hecho el referéndum, chapuza, etcétera, añade.

Unas columnas que causan «estupor»

Para Rupérez, columnista de este periódico y exembajador de España en Estados Unidos, entre otros múltiples cargos, las tribunas de Santos Maraver suponen «un dato sorprendente, escandaloso» que le producen «estupor». «El diplomático, con independencia de sus convicciones, como cualquier otro funcionario, lo que tiene que hacer, fundamentalmente en un sistema democrático, es obedecer las pautas constitucionales del país. Y lo que revelaban las informaciones sobre este diplomático era que no sólo tenía unas tendencias izquierdistas, perfectamente respetables desde el punto de vista de la pluralidad de opiniones en la democracia, sino que eran claramente contrarias a la Constitución y a los mismos principios institucionales en los que se basa la democracia española», explica.

Javier Rupérez

El diplomático Javier Rupérez, en la sede de El DebateEl Debate

Camuñas, quien ha formado parte en distintas ocasiones de la Delegación española en la ONU, opina que el número dos de Díaz ha estado haciendo durante este tiempo un «doble juego». «Por un lado, siendo el representante oficial del Reino de España, nada más y nada menos que ante Naciones Unidas, y al mismo tiempo que con un seudónimo se dedicaba a hacer comentarios fuera del orden constitucional y llamando poco menos que a la división de España y apoyando los temas separatistas», detalla.

«Lo más grave, a mi juicio –continúa–, es que siendo el representante del Rey de España en Naciones Unidas haya arremetido contra él. Los diplomáticos tienen todos ellos su propio perfil personal, su propia ideología, sus propias opciones políticas. Pero cuando son llamados a representar a España tienen que hacer caso omiso de esa ideología y opciones políticas para defender exactamente lo que cada uno de los gobiernos de turno le ordenan en función de los intereses del Estado». «Lo que ha hecho este señor no corresponde a la función que debe ejercer un diplomático», zanja.

El exministro y diplomático Ignacio Camuñas

El exministro y diplomático Ignacio CamuñasGustavo Serrano / Europa Press

Por último, González-Cebrián Tello tacha de «poco leal» la actitud de Santos Maraver con sus artículos mientras era embajador. «Ha roto con todo lo que debe ser un diplomático, que tiene que defender los intereses de su país y que previamente ha jurado respetar a la Constitución. Es una persona que debe lealtad a toda la Jefatura del Estado e independientemente del Gobierno que esté en ese momento en el poder tiene que obedecer lo que éste le diga. Si no está de acuerdo con eso, lo que debe hacer es dimitir, que ha habido históricamente muchos casos», indica.

El exdiplomático Juan González-Cebrián Tello

El diplomático Juan González-Cebrián TelloExecutive Forum España

«Lo que parece un poco absurdo –continúa– es que haya una persona que está oficialmente siguiendo las directrices de ese Gobierno, siguiendo lo que dice la Constitución, etcétera, etcétera, y, por otro lado, pone en solfa todo eso y ataca a la Monarquía». «Es muy poco digno de de lo que es un representante de España en el exterior», zanja quien trabajó durante siete años en la Casa del Rey.

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