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02 de mayo de 2024

La ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, dialoga con el presidente en funciones, Pedro Sánchez.

La ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, dialoga con el presidente en funciones, Pedro Sánchez.Alberto Ortega / Europa Press

El mito de la «mayoría progresista» de la que presumen Sánchez y Díaz

El 23-J dejó al PSOE con 121 escaños y a Sumar, su otrora socio de Gobierno pero bajo una nueva marca, con 31, esto es, que la coalición, sin apoyos de los separatistas, suman 152 diputados

«Después de la conversación con el señor Puigdemont estoy convencida de que va a ver Gobierno progresista en España», aseguró Yolanda Díaz tras su reunión en Bruselas con el expresidente catalán huido de la justicia española. Meses atrás, la noche electoral del 23-J la líder de Sumar había manifestado desde la sede del partido que desde el día siguiente gobernarían «mejor».
Tanto ella como Pedro Sánchez daban por «derrotados» al PP y a Vox, que juntos, sin embargo, sumaban más de 350.000 votos que los que sumaban PSOE y Sumar, que traducido en escaños, equivalen a 170 para el bloque del centro derecha frente a los 152 del bloque de la izquierda. «Somos más, muchos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo», celebró un Sánchez eufórico desde el balcón de Ferraz dando por hecho que reeditaría su Gobierno.
Tras recibir Alberto Núñez Feijóo el encargo del Rey para intentar formar Gobierno, desde el Ejecutivo en funciones se vertieron numerosas críticas y ataques al líder popular y al centroderecha en general menospreciando su investidura, que tachaban de fracasada antes de que se celebrase. Díaz incluso acusó al presidente del PP de estar cometiendo «fraude constitucional». «En estos días no vemos más que a la derecha tal y como es. Una derecha que está en un proceso destituyente contra el Gobierno de coalición progresista no nato", aseveró la vicepresidenta segunda días antes del debate.
«Hoy se están manifestando en contra de un Gobierno socialista. Pues lo siento. ¡Va a haber un Gobierno socialista!», exclamó Sánchez por su parte ese mismo fin de semana el día en que los populares habían convocado una concentración en Madrid contra la amnistía y en defensa de la igualdad.
Feijóo se quedó a cuatro diputados de conseguir desbancar al dirigente socialista de La Moncloa. Ahora, le corresponde a Sánchez recabar apoyos para continuar en el poder. Y él y su socia Díaz, que, aunque públicamente dijo estar «lejos» de alcanzar un acuerdo con el PSOE mostró su convencimiento de que se hará, presumen de tener una «mayoría progresista», a sus ojos la única mayoría parlamentaria posible. Tradicionalmente la etiqueta de «progresistas», o de izquierdas, además de sus dos formaciones, la tienen ERC (7), Bildu (6) y el BNG (1), y con sus votos, de dárselos, Sánchez tendría, junto a esos 152 del PSOE y Sumar, 166. Lejos de los 176, la mayoría absoluta.
Para lograrlo, tendría que sumar los votos de dos partidos independentistas que, pese a su viraje, no han estado tradicionalmente enmarcados en lo que podría denominarse el bloque «progresista». Los 5 del PNV y los 7 de Junts colocarían al secretario general socialista con 178 escaños. Una diferencia de tan solo seis diputados respecto al bloque que votó a favor de Feijóo (137 del PP, 33 de Vox, 1 de UPN y 1 de Coalición Canaria). Los socios que invistieron a Sánchez presidente en 2019 no han dicho su última palabra, como tampoco el partido de Carles Puigdemont, del que depende en última instancia que el presidente en funciones revalide su mandato, pero sí han dejado claras sus exigencias.
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