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03 de mayo de 2024

Laura Borràs, Carles Puigdemont, Míriam Nogueras y Jordi Turrull

Laura Borràs, Carles Puigdemont, Míriam Nogueras y Jordi TurrullEuropa Press

Pánico en Junts: quiere cerrar la amnistía de inmediato ante las dudas sobre el futuro de Sánchez

El partido separatista ha pasado de tumbar la norma a tener prisa. La evolución de los acontecimientos con el caso PSOE les genera incertidumbre

Junts, que tumbó la ley de amnistía porque dudaba de que el blindaje fuera absoluto, ahora tiene prisa y no quiere ni oír hablar de la propuesta socialista de pedir otra prorroga para seguir negociando.
Míriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso ha hecho llegar a los socialistas que la Comisión de Justicia prevista para el próximo día 7 de marzo debe aprobar la ley de amnistía y debe hacerlo incluyendo todas las peticiones de ampliación de supuestos que Junts exige para que Puigdemont pueda regresar a España sin riesgo a ser detenido cuando pise suelo patrio. Junts no quiere ni oír hablar de la opción de aplazar la votación al 21 de marzo, a las puertas de Semana Santa. Temen que la situación de Sánchez, hoy precaria, por aquel entonces se haya vuelto insostenible y la ley de amnistía, la única razón que tuvieron para votar la investidura, no llegue a ver la luz.
A diferencia de ERC, que en el caso Ábalos ha realizado un doble juego, pactando Presupuestos en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona y pidiendo, con la boca pequeña, explicaciones en el Congreso, Junts ha permanecido muda. Cuando el caso explotó, lo vieron incluso positivamente dado que apartaba la amnistía del primer plano del foco mediático y les permitía hacer lo que Junts sabe hacer mejor: negociar entre bambalinas la yuxtaposición que les permita meter los delitos de terrorismo en el redactado de la ley.
Pero la evolución de los acontecimientos, muy rápidos y con nuevos capítulos, a cada cual más sórdido, desvelados cada día, han encendido las alarmas en Waterloo.

La imputación de Puigdemont

La imputación de Puigdemont por parte del Supremo fue un jarro de agua helada tanto en Moncloa como en Bélgica, capital política del independentismo catalán. El malestar en el entorno de Puigdemont ha crecido mucho porque Santos Cerdán había prometido a Boye y a Puigdemont que mantendrían a raya y someterían al resto de poderes del Estado pero el Estado de Derecho se está mostrando menos sumiso y más resistente a la presión de lo que Sánchez y su entorno preveía.
Además, Puigdemont, eurodiputado, ha podido pulsar en primera persona el mal ambiente creciente en Bruselas contrario a las transacciones del presidente del Gobierno con el prófugo eurodiputado. Ni todo el poder de Sánchez, ni la amplia amalgama de amigos periféricos de Puigdemont han podido evitar que la eurocámara exija al Gobierno español transparencia en las negociaciones y haya apostado por prohibir las amnistías malversadoras.
Junts mantiene hasta el próximo jueves, cuando la ley de amnistía será votada en la Comisión de Justicia del Congreso, su oferta de amnistía por Presupuestos y deja en el tejado de Sánchez la continuidad de la legislatura.
Sin apoyo parlamentario de Puigdemont, sin presupuestos y con el caso Ábalos acechándolo cada vez más cerca, la legislatura se vuelve imposible incluso para alguien como Sánchez. En esta ocasión Junts no quiere llegar a la photo finish como ha sucedido en las votaciones clave anteriores como la investidura o la ratificación de decretos económicos. Nogueras ha trasladado a Cerdán y Patxi López que quieren dejar el texto blindando todo tipo de delitos cuanto antes.
Para Junts no es una opción dejar caer a Sánchez y quedarse sin amnistía dado que a pocos meses de unas elecciones europeas en las que su líder será candidato y con unas autonómicas, su verdadero objetivo, a la vuelta del verano, no tienen otra opción que lograr la amnistía y seguir extorsionando todo lo que puedan a Sánchez.
Su estrategia ha sido la de diferenciarse de ERC doblando la apuesta. Ni Sánchez ni Junts tienen plan B, uno se necesita al otro.
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