El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, pasa por delante de Pedro Sánchez
Quería aplausos pero...
La pose internacional de Sánchez no convence ni a Sumar: el presidente sale avisado del Congreso
Sánchez intentó soplar y sorber al mismo tiempo, buscando complicidades para reconocer el Estado palestino y, en paralelo, reiterando que aumentará la inversión en defensa
Hay un Pedro Sánchez al que le han entrado las prisas por que España reconozca el Estado de Palestina y que, este jueves, inicia una gira europea en busca de aliados para su causa. Otro Pedro Sánchez que necesita tranquilizar a la OTAN y a la UE y reiterar su compromiso de seguir aumentando progresivamente la inversión en defensa (hasta el 2 % en 2029), a pesar de haber renunciado a presentar los Presupuestos de 2024. Y un Pedro Sánchez más al que, cada vez que le mencionan el Sáhara Occidental y Marruecos, busca la salida de emergencia. Y los tres confluyen en el mismo presidente del Gobierno.
Las contradicciones de Sánchez en política internacional quedaron de manifiesto en su comparecencia de este miércoles en el Congreso, convocada para que explicara el último Consejo Europeo y su reciente viaje al país de Mohamed VI. Del que se vino, otra vez, sin una fecha de apertura para las aduanas comerciales de Melilla y Ceuta.
El presidente trató de soplar y sorber al mismo tiempo. Por un lado, buscó la complicidad de sus socios al reiterar su decisión de reconocer el Estado palestino. «España está preparada para reconocer el Estado palestino. Es lo justo», proclamó. Por el otro, lanzó un mensaje a la UE y a la OTAN reafirmándose en la necesidad de incrementar el gasto militar y comprometiendo su apoyo a la creación de bonos de defensa para financiar el rearme de la UE. Aunque sin especificar cómo. Y lo que pasó fue que, en vez del aplauso, cosechó las críticas de sus costaleros parlamentarios por ambas decisiones. Respecto a Palestina, por quedarse corto. Respecto a la inversión en defensa, por pasarse.
La advertencia de Errejón
La intervención del portavoz de Sumar fue un aviso en toda regla. Íñigo Errejón dejó claro a Sánchez que no busque el apoyo de su partido para aumentar el gasto armamentístico, porque no va a encontrarlo. «No creemos que la prioridad, con unos Presupuestos prorrogados, sea sumarse a esa insensata carrera armamentística. La clase trabajadora no puede hacer ningún sacrificio para elevar el gasto militar», le advirtió.
El portavoz de Sumar fue el primero que le dijo al presidente que, además del reconocimiento del Estado de Palestina, hacen falta medidas como la detención de la compra venta de armas con Israel, la ruptura de las relaciones diplomáticas y sentar a Benjamin Netanyahu ante la Corte Penal Internacional. Además, lanzó una pulla a Sánchez al pedirle que lleve el reconocimiento al Congreso, no a un acto del PSOE. «Lo queremos en sede parlamentaria, no nos lo queremos encontrar en un mitin del partido», añadió.
También los portavoces de ERC, Bildu y Podemos afearon al líder del Ejecutivo que tenga «el mismo planteamiento belicista» y entre en «la misma carrera militarista» que todos los gobiernos de derechas en Europa, en palabras de Ione Belarra. «El rearme no frena la guerra, la alimenta», señaló la líder de Podemos, que ya la pasada legislatura protagonizó alguno de los momentos de mayor tensión intramuros del Gobierno a propósito de los presupuestos de defensa. «Los tambores de guerra se están alimentando desde la UE, con llamadas belicistas, también desde su Gobierno. Seguir invirtiendo en la industria militar no es la mejor manera de desescalar nada», añadió el portavoz de Bildu, Oskar Matute.
También los tres exigieron que el reconocimiento del Estado palestino no sea el final de nada, sino el principio. «Ayude, lidere que la comunidad internacional lleve al genocida frente a un tribunal de derechos humanos», pidió el portavoz de ERC a Sánchez. El debate de este miércoles supuso el regreso de Gabriel Rufián de su baja de paternidad, que ha acortado porque Carles Puigdemont está comiendo por los pies a Esquerra en la precampaña electoral catalana. La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, dedicó sus minutos a mirar al ombligo de Cataluña, sin entrar en Palestina, ni en Marruecos, ni en inversión en defensa.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, volvió este miércoles de su baja de paternidad
Al portavoz del PSOE, Patxi López, no le gustó la actitud de Sumar y el resto de los socios de Sánchez, y salió en defensa de su presidente, del que aseguró que los socialistas están «absolutamente orgullosos». Por tener el «coraje», afirmó, «de ser un referente internacional» en el reconocimiento de Palestina. «Lo tenemos clarísimo. Palestina se merece un Estado, por la paz y por la dignidad», resumió.
Feijóo recriminó a Sánchez que tenga que enterarse de la política internacional por los periódicos
Entre tanto ruido dentro de la mayoría Frankenstein, Alberto Núñez Feijóo recordó al presidente que, en materia de defensa, ha tenido y tiene más apoyo en el PP que en sus socios, incluido Sumar. Y ello a pesar de que ni se molesta en informar al líder de la oposición, le afeó. «Pretende que me entere de la política exterior por los periódicos», recriminó Feijóo a Sánchez. «Deje de utilizar la política exterior como cortafuegos de sus problemas internos», le pidió.
El líder de los populares mostró su apoyo al reconocimiento del Estado palestino, pero condicionado. Según él, debería ser fruto de un proceso negociado y secundado por «una masa crítica de países con peso». «¿Esta es su propuesta para la política internacional, depender de lo que decidan otros? El que marca el paso de la política internacional del PP es Aznar», replicó Sánchez, en agradecimiento.
Por su parte, Santiago Abascal centró su intervención en la política doméstica. «Ha vuelto el Sánchez necrófilo a las puertas de unas elecciones y acorralado por la corrupción», señaló, en alusión a la visita del presidente al laboratorio forense y las criptas del Valle de los Caídos. «Sánchez es capaz de cualquier cosa, incluso posar con calaveras, para evitar que se hable de la corrupción del PSOE», continuó.
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