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03 de mayo de 2024

Fernando Savater, durante su entrevista con El Debate en su casa de Madrid

Fernando Savater, durante su entrevista con El Debate en su casa de MadridPaula Argüelles

Artistas vascos rechazan los pactos con Bildu en un 'manifiesto contra el blanqueamiento del terrorismo'

Entre los firmantes se encuentra el filósofo Fernando Savater o los cineastas Jon Viar e Iñaki Arteta

Personalidades de la cultura vasca como el filósofo Fernando Savater, los cineastas Jon Viar o Iñaki Arteta o el escritor Jacobo Bergareche han firmado un 'Manifiesto contra el blanqueamiento de terrorismo' en el que piden tanto que se blanquee el historial criminal de la organización terrorista ETA y que «no pacten ni gobiernen con los herederos de la banda terrorista».
El manifiesta explica que desde el final de la dictadura se organizó «un movimiento totalitario» dirigido «por ETA así como por Herri Batasuna» entre otras «utilizó el terrorismo para expulsar del País Vasco a los ciudadanos que no compartían su visión ultranacionalista», así como para asesinar a cientos de personas.
Recuerda el texto que «el último proceso de negociación con ETA supuso la legalización de su brazo político para que dejara las armas e hiciera política en las instituciones. El hecho de que ahora vuelvan a ser legales no les convierte en demócratas».
Por eso, «exigimos a los partidos y representantes políticos que no pacten ni gobiernen con los herederos de la banda terrorista», porque «entendemos que no hay nada más reaccionario y antidemocrático que matar para poner una frontera donde no la hay».

Manifiesto contra el blanqueamiento del terrorismo

Los firmantes de este documento, conscientes de la posibilidad de que los herederos de ETA puedan gobernar en nuestra comunidad autónoma, declaramos ante la opinión pública lo siguiente:

Desde el final de la dictadura franquista se organizó en el País Vasco y Navarra un movimiento totalitario que asesinó a cientos de personas atentando contra el pluralismo político y nuestros derechos y libertades más elementales, provocando el exilio de miles de vascos y obligando a otros muchos a vivir con protección policial. Este movimiento estuvo dirigido por ETA, así como por Herri Batasuna y otras organizaciones de su entorno (MLNV), que utilizaron el terrorismo para expulsar del País Vasco a los ciudadanos que no compartían su visión ultranacionalista.

​El último proceso de negociación con ETA supuso la legalización de su brazo político para que dejara las armas e hiciera política en las instituciones. El hecho de que ahora vuelvan a ser legales no les convierte en demócratas. Si los dirigentes de la autodenominada «izquierda abertzale» acabaron aceptando la derrota policial fue por motivos estratégicos, y no éticos.

Exigimos a los partidos y representantes políticos que no pacten ni gobiernen con los herederos de la banda terrorista. Entendemos que no hay nada más reaccionario y antidemocrático que matar para poner una frontera donde no la hay. ETA mataba asegurando que hay culturas ancestrales o pueblos naturales que han estado ahí desde el origen de los tiempos. Los pistoleros y sus cómplices entendían España como un ente «artificial» y «opresor» mientras Euskal Herria resultaba ser lo «natural». De ahí sacaron la expresión que calificaba a España como «cárcel de pueblos», y así justificaban sus crímenes.

​Nadie tiene derecho a decidir sobre lo que es común. Nadie tiene derecho a levantar una frontera étnica. Nadie tiene derecho a convertir a su vecino en un extranjero. Nadie tiene derecho a matar.
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