Borja Sémper: «España estaría ardiendo si un dirigente del PP hubiera contratado prostitutas por catálogo como Ábalos»

Borja Sémper (Irún, Guipúzcoa, 10 de enero de 1976) es el portavoz nacional y el vicesecretario de Cultura del PP. En la semana en la que Pedro Sánchez ha pactado con Junts ceder las competencias de inmigración y de control de fronteras a Cataluña, el dirigente 'popular' ha manifestado durante su entrevista con El Debate que «al PSOE no le gusta España porque no la entiende».

–¿Qué supone para España y para la Constitución que se cedan las competencias de inmigración a Cataluña?

–Tiene dos dimensiones; la formal y la material. En cuanto a la material, es un despropósito tan solo el hecho de ceder competencias exclusivas del Estado –y nada más y nada menos que una materia tan sensible como es inmigración– a una comunidad autónoma. Respecto a la formal, es un pago, una cesión gratuita e innecesaria que va a perjudicar a la unidad del Estado y a las políticas eficaces en materia migratoria. Está en el contexto de que todo está en venta en España si resulta que garantiza la mayoría que le permita a Pedro Sánchez gobernar.

Estamos profundamente orgullosos de ser españoles

–Sánchez y su Gobierno dijeron que la amnistía era inconstitucional, y la aprobaron. También dijeron que ceder las fronteras y la inmigración era inconstitucional, y lo acaban de pactar con Junts. ¿El Gobierno tiene la capacidad de decidir lo que está dentro y lo que está fuera de la Carta Magna?

–Obviamente no. Pero es que nos enfrentamos a un Gobierno que la palabra dada –o la verdad, o la ley– son absolutamente subsidiarias del interés de un solo hombre, de Pedro Sánchez. Entonces, cualquier límite es inexistente para este Gobierno; ya sea un límite legal, un límite moral o un límite ético. Desgraciadamente, esto es un nuevo episodio que se suma a otros tantos que ya hemos padecido.

No hay límites con Pedro Sánchez. Y conviene que entendamos esto para no caer en la frustración ni en el enfado que nos lleve la ansiedad por acabar con este Gobierno. Es importante que la gente sepa que vamos a sobresaltarnos muchas veces, y conviene preservar la capacidad de asombro y de enfado. Porque otra de las cosas que pretende Sánchez es anestesiarnos ante los despropósitos que está dispuesto a cometer.

–¿Cree que Sánchez ha desguazado el Estado? Si se materializa este último pacto de inmigración, ¿cuánto Estado quedará en Cataluña?

–Muy poco. Pero queda muy poco también en el País Vasco. El problema no es solo que quiera desmantelar la presencia del Estado en Cataluña o en el País Vasco, sino que quiere desmantelar la presencia del Estado de derecho tal y como lo conocemos en el conjunto de España. De ahí los ataques a la judicatura. De ahí esta decidida obsesión porque la separación de poderes sea algo más teórico que práctico.

A mí me sorprende mucho cuando hay algunos discursos de izquierdas que señalan a dirigentes de otros lugares del mundo –y se escandalizan, se tiran de los pelos, se rasgan las vestiduras ante determinadas decisiones que hay en otros lugares lejanos a España– cuando tenemos el mayor exponente del populismo desde las instituciones en Pedro Sánchez.

–La izquierda española ha llegado al 8-M en medio de los casos de Jessica, Errejón y Monedero. ¿Es hipócrita ver a dirigentes de estos partidos realizar proclamas contra el llamado patriarcado?

–Será hipócrita, pero yo creo que la máscara se les ha caído ya. Hay una parte del movimiento feminista clásico que a mí me resulta muy interesante, este que abogaba por la igualdad entre hombres y mujeres. El Partido Popular es un defensor de la igualdad entre hombres y mujeres. Somos defensores de la igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de cuál sea su origen social, su condición sexual, su raza o su religión.

Para la izquierda la igualdad es asimétrica, y además la igualdad es 'depende'. Lo estamos viendo. ¿Qué estaría sucediendo en España si un portavoz del Grupo Parlamentario Popular hubiera tenido que dimitir por supuestos casos de violencia sexual? Estarían ardiendo las calles. Probablemente la calle Génova estaría asediada todos los días. ¿Qué estaría pasando en España si un alto dirigente del Gobierno o del Partido Popular, como José Luis Ábalos, hubiera contratado prostitutas a través de catálogos online? Estaría ardiendo España. La sede del Partido Popular estaría asediada. Es asimétrica la reacción de la izquierda, porque no importa el qué, sino el quién.

–El próximo mes celebran una cumbre del PP Europeo en Valencia. Dentro de esta formación existe una división entre los partidos de los países partidarios del aborto y los contrarios. ¿Qué posición mantiene el PP nacional?

–La postura que ha manifestado el presidente Feijóo ya hace un tiempo. Nuestro Estado de derecho habilita los cauces para que una mujer que tiene que verse abocada a abortar no tenga una sanción penal, y habilita los cauces para que ese proceso, que es extremadamente doloroso, se pueda hacer con todas las garantías sanitarias y legales.

Ahora bien, lo que nosotros creemos es que hace falta una parte fundamental, hablar de la maternidad. Hay que entender que uno de los principales obstáculos que en estos momentos tiene la mujer, entre otras cosas, para tener una carrera laboral es la maternidad. Tenemos un serio problema demográfico en España, y tenemos que favorecer que las mujeres que quieren ser madres lo puedan ser, y que las personas que quieren formar una familia lo pueden hacer.

Soy un tipo que viene de una tradición cultural que hunde sus raíces en el humanismo cristiano

–Entonces, ¿están de acuerdo con incluir el derecho al aborto en la Carta Europea de Derechos Humanos? ¿Y estarían de acuerdo con meterlo en la Constitución, como ha llegado a proponer el PSOE?

–No. En absoluto.

–El Debate ha publicado que el exministro Ábalos tiene un inmueble en Perú de 1,2 millones que construyó con fondos públicos españoles, extremo que el propio exministro confirmó en el Supremo. ¿Cómo evalúa esta información en el marco del caso PSOE?

–Esto nos demuestra la importancia de la prensa de investigación, y acredita la importancia que tiene la prensa a la hora de controlar también la acción de los poderosos. En segundo lugar, acredita que todavía no sabemos hasta dónde ha llegado el latrocinio de este Gobierno y sus altos dirigentes. Estamos viendo partes del latrocinio, que siguen siendo muy relevantes. Pero estoy convencido de que cuando conozcamos todo –y lo vamos a conocer todo, o bien por la investigación periodística o por la investigación periodística y por la judicial– vamos a descubrir cosas que nos van a escandalizar aún más, si cabe.

–En clave económica. ¿Aguantarán los barones del PP el tirón cuando Montero les ofrezca sus rebajas de deuda? ¿Ve a Moreno renunciando a una quita de 18.000 millones?

–Moreno y el resto de los presidentes autonómicos del PP lo que van a renunciar es a ser engañados por Sánchez. Lo que España necesita, lo que las comunidades autónomas necesitan –y, por lo tanto, los presidentes autonómicos de cualquier color político– es que exista un modelo de financiación que responda a las necesidades que tienen de prestación de servicios públicos. Y sobre esto el Gobierno tampoco quiere hablar. Estamos asistiendo a una teatralización. Todo esto de la desaparición de la deuda es un trampantojo para desviar la atención de lo verdaderamente importante. El origen de todo esto es una nueva cesión, es un nuevo pago al independentismo para obtener siete votos, que son los de Junts, o los votos de ERC.

–Muchos conservadores españoles no entienden los ataques constantes entre el PP y Vox cuando son partidos, que, según las encuestas, se necesitan para llegar al Gobierno. ¿Han entrado en una batalla sin retorno? ¿Están ustedes intentando paliarla de alguna forma?

–Nosotros estamos obsesionados –verdaderamente obsesionados– con hacerle oposición a Pedro Sánchez. Y esto es algo que nos diferencia de Vox, porque mientras nosotros estamos obsesionados en hacer oposición a Pedro Sánchez, Vox está obsesionado en hacerle oposición al PP. Y a las pruebas me remito. No hay semana en la que no haya un tuit de Santi Abascal contra Feijóo. No hay semana en la que no haya una declaración de un dirigente de Vox contra el Partido Popular. Venimos de la ruptura de los gobiernos autonómicos, dejando en minoría a los gobiernos del Partido Popular. Vox se fue de los gobiernos autonómicos. Es decir, es un ataque continuo. Yo he llegado a la conclusión de que la prioridad de Vox no es que Pedro Sánchez deje de ser presidente del Gobierno, sino que no lo sea Feijóo.

–¿Qué les diría a esos votantes de derechas que dicen que el PP y el PSOE son lo mismo? ¿Cuáles son las diferencias?

–Las diferencias con el Partido Socialista son más que notables. Somos un partido de corte liberal-humanista, y el Partido Socialista no tiene ideología. El Partido Socialista actual es un partido sanchista que está absolutamente supeditado a los intereses de Pedro Sánchez. Nosotros nos debemos a una sociedad, a una parte de la sociedad española, que esperamos que sea cada vez más ancha, que quiere que haya progreso económico, crecimiento económico, baja fiscalidad, que tiene en cuenta al individuo en sus acciones políticas y su libertad individual. No le decimos a la gente qué comer, cómo pasar su ocio, no acusamos a la gente de ser machista o ser otra cosa, creemos en la libertad del individuo. Defendemos, además, un modelo sociedad abierta. Estamos profundamente orgullosos de ser españoles y consideramos que España es un lugar tan heterogéneo que es lo que le da la naturaleza de nación, con una historia extraordinaria y con un futuro prometedor. Yo tengo la sensación, a veces, de que al Partido Socialista no le gusta España porque no la entiende. Bueno, creo que hay diferencias muy notables.

Feijóo no insulta ni usa palabras malsonantes, y eso le convierte más en un estadista que en un político

–¿Se considera usted de derechas, de centroderecha, de centro, liberal, a lo mejor? ¿Cómo se define ideológicamente?

–Yo soy un liberal-humanista. Soy un tipo que viene de una tradición cultural que hunde sus raíces en el humanismo cristiano. Mi tradición familiar y personal bebe de esas fuentes. Por lo tanto, tengo al individuo y a su libertad en el eje de mi acción política. Y por supuesto, en lo económico soy un liberal también con conciencia. Quiero que existan empresas fuertes, que exista crecimiento económico, y me gustaría que en un país como el mío, en un país que se llama España, la gente no pasara penurias económicas. Por lo tanto, creo que tiene que haber una cuota de solidaridad garantizada para aquellos con los que no han tenido suerte en la vida o les ha ido mal, y generarles las condiciones y darles el impulso para salir del hoyo. Pero creo que eso no se puede hacer si no hay crecimiento económico, si no hay empresas y si no se genera riqueza. Y luego, por otro lado, me da igual absolutamente igual a quién bese, a quién rece o a quién vote la gente para respetarla.

–Un presidente con su mujer, su hermano, su fiscal general del Estado y su antiguo hombre fuerte imputados en cualquier país de Europa habría caído. ¿Cómo responde a las críticas que dicen que es floja su oposición?

–Si preguntas a Sánchez no es floja. Si lees los medios de izquierdas parece que somos el fascismo resucitado. Pero en cambio, si vas a uno de Vox, pues parece que no aparecemos. Bueno, pues yo creo que ni el uno ni el otro tienen razón. Es verdad que nosotros no somos de hacer teatros en el Congreso, y que respetamos la institución. Y es cierto que no verá usted a los diputados del Partido Popular haciendo shows en el Congreso. Esto es verdad. Pero eso no te convierte en más fuerte o más duro. A mi juicio, contribuyes a desprestigiar el ejercicio de la política. Es verdad que Alberto Núñez Feijóo no es un político que insulte, es cierto. Ni que utilice palabras gruesas malsonantes, es verdad. Pero eso le convierte y le identifica más que como un político, como un estadista. Bueno, yo creo que la oposición del Partido Popular es una oposición dura cuando tiene que serlo. Pero es que ofrece una alternativa también. Nosotros no solo podemos criticar a Sánchez. Tenemos que ofrecer y dibujar una alternativa de esperanza y de ilusión.

–Feijóo ha reconocido que el Ejecutivo de Carlos Mazón tampoco «estuvo a la altura» en la gestión de la dana. ¿Considera necesario un cambio en la presidencia del Gobierno valenciano? ¿Repetirá Mazón como candidato del PP en las próximas autonómicas?

–Entenderá que tengo que suscribir las palabras de Feijóo, porque además creo que son muy acertadas. Adicionalmente, creo que el propio presidente Mazón es el que ha fiado su futuro a la reconstrucción de Valencia. El presidente Mazón no solo se refería a una reconstrucción material –que también– sino que se refería a la necesidad de reconstruir la credibilidad en la política y en las instituciones. Con lo cual, si esa reconstrucción se produce, el escenario estará despejado y si no, pues la alternativa será otra.

–Ya para terminar, como destacado columnista de Deportes que fue en esta casa, ¿cómo ve al Madrid este año y de cara a la eliminatoria contra el Atlético del próximo miércoles?

–Pues para no jugar a nada el Madrid no va mal. Yo oigo algunos comentarios: 'este equipo no juega a nada', 'hay que destituir a Ancelotti', 'es que Vinicius está no sé cuántos', 'es que la defensa, tal'. Bueno, oye, yo creo que el 95 % de los clubes del mundo querrían estar en la posición tan negativa en la que está el Real Madrid.

El Real Madrid este año nos va a volver a dar muchas alegrías. Estoy convencido, de verdad. Primero, creo que es un equipo extraordinario, que tiene un vestuario unido y que, a la individualidad –al extraordinario nivel de sus jugadores individualmente– también une una fuerza de equipo que se divierten jugando al fútbol y lo proyectan. Y eso a veces es invencible. No haré paralelismos con la política ni con el PP, pero yo sí creo que una buena gestión y que talento y determinación hacen superar cualquier obstáculo, y el Madrid lo va a superar. Estoy seguro de que nosotros también lo superamos, y de que España lo superará.