
El etarra José Luis Barrios llegó a ocupar un escaño en el Parlamento de Navarra aún después de haber sido condenado por el asesinato de Jiménez Becerril
El juez deja en libertad condicional al asesino de los Jiménez Becerril, José Luis Barrios
Se trata del último eslabón de una cadena de puestas en libertad condicional establecida por Vigilancia Penitenciaria
El etarra nunca arrepentido, José Luis Barrios, ha quedado en libertad condicional por decisión del Juez Central de Vigilancia Penitenciaria. Se trata del último eslabón de una serie de concesiones de libertad registradas en las últimas semanas que ha puesto a un buen puñado de etarras en la calle como Maite Pedrosa o Balbino Saez Olarra que ha cumplido la condena gracias a que le han aplicado la condena cumplida en Francia, aunque ésta fuera por otro delito.
Txetxu Barrios, como se le conoce a José Luis Barrios Martín, es uno de los asesinos del concejal del Partido Popular en Sevilla, Alberto Jiménez Becerril, y de su mujer, Ascensión García Ortiz. Los etarras Txetxu Barrios y Mikel Azurmendi localizaron al matrimonio y esperaron a que salieran del restaurante donde cenaban la fatídica noche del 30 de enero de 1998. En un acto de sangre fría como pocas, los dos terroristas se echaron a suertes quién asesinaba a quién. A Txetxu le tocó asesinar a Ascensión García Ortiz y así lo hizo. Apenas dos meses después, los dos etarras fueron detenidos en el piso franco de Sevilla precisamente junto con Maite Pedrosa.
«Debería haber cumplido íntegramente su condena y quedar señalado como lo que es, un asesino», escribía la hermana de Alberto Jiménez Becerril, Teresa, al conocer la puesta en libertad del asesino.
Lejos de ser condenado también políticamente, la lista heredera de Herri Batasuna incluyó al asesino en su lista para las elecciones forales de Navarra, al más puro estilo Bildu en las últimas elecciones municipales y forales. Y fue elegido. Y llegó a tomar posesión de su escaño.Libertad en cascada
El caso de Barrios no es nuevo ni, lamentablemente, ha pillado por sorpresa a nadie. La salida de los etarras de las cárceles se ha acelerado de forma muy notable. De hecho, según datos de la asociación de familiares y amigos de los etarras, Etxerat, apenas quedan 82 etarras en las cárceles, a los que hay que descontar los que se encuentran en tercer grado o se les ha aplicado al artículo 100.2 del Régimen Penitenciario, lo que implica que tan solo vayan a prisión para dormir.