La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.
Choque en el Gobierno
Yolanda Díaz hizo todo lo contrario a lo que ahora quiere imponer cuando falleció su padre
Suso Díaz murió la víspera de la comparecencia de Sánchez en el Congreso tras el informe Cerdán. Ella pospuso su viaje a Galicia para intervenir. En su discurso utilizó la memoria de su padre contra Feijóo
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo anunció este jueves por sorpresa que pretende elevar a 10 días el permiso laboral por fallecimiento, un mes después de que fracasara estrepitosamente en el Congreso la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales que había abanderado durante meses.
«Creo que nadie puede ir bien a trabajar a los dos días del fallecimiento de un padre, de una madre, de una hija, de un amigo», argumentó Yolanda Díaz, para sorpresa del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. «Es un menosprecio total al diálogo social con anuncios de este tipo, sin consultar. No sabemos si hay una memoria económica o no, no sabemos nada. Por tanto, no puedo opinar. Lo que puedo opinar es que no son las formas», se quejó. También el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, la desautorizó de forma suave: «Hay que encontrar un equilibrio para hacerlo de la mano de nuestras empresas», opinó.
Díaz perdió a su padre hace solo tres meses, pero entonces hizo todo lo contrario a lo que ahora pretende imponer a las empresas con estos permisos retribuidos.
Bien entrada la noche del martes 8 de julio saltó la noticia del fallecimiento en La Coruña de Suso Díaz, sindicalista gallego de dilatada trayectoria. Era la víspera de la esperadísima comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso tras el informe Cerdán, el cese fulminante de éste, su ingreso en prisión provisional y la entrada de la UCO en la sede del PSOE de la calle Ferraz. Y Díaz quería ser la que hablara en nombre del grupo parlamentario de Sumar, desplazando así a su portavoz, Verónica Martínez Barbero. El momento lo merecía, pensaba. Tocaba defender la coalición y a su socio de Gobierno.
La vicepresidenta segunda tenía el discurso preparado cuando conoció la noticia. Esa noche, ni sus propios compañeros contaban con que Díaz estuviera la mañana siguiente en el Pleno, sino que pensaron que viajaría de urgencia a Galicia y delegaría en la portavoz del grupo. Pero no. La socia de Sánchez decidió quedarse. Sus compañeros alabaron su gesto.
Nada más que el presidente subió a la tribuna, se acordó del padre de Díaz: «Señorías, quiero que mis primeras palabras sean de recuerdo y de reconocimiento a un sindicalista, a un galleguista, a una persona profundamente de izquierdas, Suso Díaz. Todo nuestro recuerdo y todo nuestro reconocimiento para la familia». Ella empezó a llorar y el hemiciclo estalló en aplausos.
Yolanda Díaz, llorando en el hemiciclo un día después de fallecer su padre
Después llegó su turno y pronunció un discurso en el que invocó la memoria su padre para decirle a Alberto Núñez Feijóo: «Hoy subo aquí, señor Feijóo, en nombre de mi padre, porque no querría jamás que gobernaran las derechas en nuestro país. Así que, sí, señor presidente, le pido que avancemos porque no queremos que gobiernen ellos». Los otros cuatro ministros de Sumar y toda su bancada se pusieron de pie para aplaudir otra vez.
Y ella continuó: «Este mundo es oscuro y hay pocas luces en él, y este Gobierno, señor presidente, es una de las pocas luces que quedan. Yo no voy a permitir que esta luz se apague. El espacio político al que pertenezco no va a permitir que esta luz se apague». Tras su intervención, abandonó el hemiciclo y viajó a su tierra.
La manera en la que utilizó la memoria de su padre contra Feijóo no sentó bien al líder del PP. Éste llevaba escritas en su discurso varias alusiones a Díaz que, por respeto tras la muerte de Suso Díaz, omitió. Incluso tras escuchar a la vicepresidenta segunda.