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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el martes en el Senado

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el martes en el SenadoEFE

Su fuente de inspiración

Yolanda Díaz sacó el nuevo permiso por defunción de una carta al director que se viralizó en las redes

La vicepresidenta segunda necesitaba pasar página tras el fracaso de la reducción de la jornada laboral y lo ha encontrado en esta propuesta, anunciada sin haberla hablado con el PSOE

La última propuesta que Yolanda Díaz ha lanzado a la arena política -no sin polémica- no está sacada de la mesa del diálogo social, ni del acuerdo de coalición suscrito con el PSOE. Tampoco de una reflexión dentro del Consejo de Ministros o de un comité de expertos. Está sacada de una carta al director que El País posteó en Instagram a finales de agosto y que se viralizó en las redes sociales. Hablaba del derecho a un tiempo de duelo tras la muerte de un familiar directo, en este caso de una madre. Díaz la hizo suya y de aquello ha surgido ahora el anuncio del aumento del permiso por defunción a diez días y uno nuevo para cuidados paliativos de un familiar.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo necesitaba pasar página; necesitaba un clavo para sacar otro clavo, el de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, que en septiembre cayó en el Congreso en el primer asalto, al inicio de su tramitación parlamentaria. Su medida estrella de la legislatura se estrelló contra Junts. Le llovieron las críticas por no negociar bien con los de Carles Puigdemont y por rechazar la ayuda del PSOE en las conversaciones, con el argumento de que había salido airosa de negociaciones más complicadas.

Para sobreponerse a aquella derrota, la socia de Pedro Sánchez buscó un golpe de efecto. Y ella y su equipo fueron a encontrarlo en las redes sociales. La sorpresa, este jueves, se la llevaron el presidente y los ministros del PSOE. Díaz no les había puesto al corriente. El que menos pudo disimularlo fue el titular de Economía, Carlos Cuerpo, con quien la vicepresidenta segunda ya tuvo varios tira y aflojas por la reducción de la jornada. Desde Luxemburgo, Cuerpo frenó a su compañera en el Consejo de Ministros: «Tenemos que encontrar una forma equilibrada de seguir hacia delante que tenga en cuenta también, por supuesto, a las empresas», afirmó. Tampoco sabían nada los sindicatos y la patronal.

La carta fue publicada el 29 de agosto en el Instagram del diario de Prisa. Su autor, Pablo García del Carrizo, es un madrileño que había perdido de forma repentina a su madre en verano. En la misiva se preguntaba si dos días de permiso por fallecimiento de un familiar, o cuatro en el caso de necesitar desplazamiento, son suficientes para pasar «el duelo de perder a una madre». También se preguntaba por qué si la salud mental está instalada en el debate público sobre otros temas, en el caso de la muerte no.

Su escrito se viralizó en las redes sociales y en el Ministerio de Trabajo tomaron nota. Este jueves, Díaz lanzó la idea en un desayuno informativo de la agencia Europa Press. No por casualidad, la víspera del Día Mundial de la Salud Mental. Y, también, un día antes de viajar a Ginebra para participar en una jornada de la ONU titulada Riesgos psicosociales y salud mental laboral en el futuro del trabajo.

Este jueves, El País entrevistó al autor de la famosa carta al director. Contó que le había hecho una «ilusión tremenda» el paso dado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. «No es tanto fijar un número de días concreto, sino abordar este tema para que el Estado pueda generar respuestas más eficaces para todos. Yo entiendo que cada uno el duelo lo lleva a su manera. A algunos les va a parecer que los diez días aún son pocos y al empresario seguro que le va a parecer mucho», reflexionó.

Desde el Ministerio de Trabajo rechazan dar plazos, prueba de la improvisación con la que actuó Yolanda Díaz. Para cambiar el permiso por fallecimiento, el departamento de Díaz tiene que elaborar un real decreto ley que reforme el Estatuto de los Trabajadores y elevarlo al Consejo de Ministros para su aprobación. Se supone que ésa es la parte fácil, y aun así ya se adivinan tiranteces con el ministro Cuerpo. Si pasa esa pantalla, la siguiente sería la convalidación de la norma en el Pleno del Congreso. Y ahí volvería a toparse con Junts, que en esto y en todo tiene la sartén por el mango. La misma historia que con la jornada laboral de 37,5 horas.

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