Edificio Selva de Málaga

Muchos le llaman ya en España el Edificio SelvaJonatan Oliva

Málaga

El edificio selva de Málaga que asombra a España: ejemplo de unión vecinal para cuidar sus miles de plantas

Un jardín botánico único florece en el corazón de la Carretera de Cádiz por el empeño de sus residentes, un ejemplo de coordinación comunitaria sin parangón

En el barrio de La Luz, un bloque se ha transformado. El Edificio Vilda es ahora un vergel comunitario que desconcierta a los transeúntes. Macetas rebosantes de vida tapizan cada rellano y el patio interior. Esta metamorfosis es obra exclusiva de los vecinos, quienes han tejido una red de cuidados. Su proyecto verde se ha convertido en una identidad compartida llena de orgullo.

María Serralvo, vicepresidenta de la comunidad, es el alma de la iniciativa. «Somos los creadores del patio tal y como está», confiesa con una sonrisa. «Se nos ha ido un poco de mano, empezamos por unas pocas y ahora hay miles», asegura. Lleva más de dos décadas entregada a esta misión. Explica que el presidente la ayuda con las tareas más pesadas. Juntos han logrado mantener una armonía envidiable entre todos los residentes.

La magia del 'Patio Vivo'

La solidaridad es la clave del riego y el mantenimiento. «Aquí no tenemos ningún problema», asegura Serralvo. El resultado salta a la vista: un edificio famoso por su esplendor. «Ni en los patios de Sevilla o Córdoba se ve así», comenta sobre las reacciones de los visitantes. Solo advierte de un pequeño riesgo: el pasillo puede volverse resbaladizo si alguien riega sin cuidado. «Hay mucha gente mayor, pero esto les da vida», confiesa.

Imagen del interior del edificio selva de Málaga

Imagen del interior del edificio selva de MálagaJonatan Oliva

Durante el confinamiento, este espacio fue una tabla de salvación. «Me dio la vida», dice con emoción Virtudes, otra vecina. Pasaba horas trasplantando y arreglando macetas hasta la cuarta planta. Aquel ritual era su felicidad y su escape. Hoy, el Ayuntamiento ha reconocido oficialmente el espacio bautizándolo como 'Patio Vivo'. Además, prometen apoyo con plantas desde el vivero municipal.

Virtudes es seguro una de las vecinas más entrañables. Con más de 80 años y una energía contagiosa, cuida sus geranios con devoción. «Esto es la alegría de mis mañanas, mi querer», dice con gracia mientras rocía una petunia. Su sonrisa pícara delata el cariño que le pone a cada hoja. Para ella, el patio es como un vecino más al que hay que mimar.

María García, otra residente histórica, narra la evolución. Lleva 40 años aquí y vio nacer el proyecto. «Al principio había pocas plantas», evoca. Poco a poco, el cuidado se organizó. Se compraron macetas iguales para crear uniformidad. Cada propietario asume ahora una fila, aunque, como en todo, unos son más diligentes que otros.

El secreto también está en la elección sabia de las especies. Colocan plantas de sombra en los pisos bajos, donde el sol escasea. Esta atención al detalle garantiza su supervivencia. García destaca que el diseño recuerda a los antiguos corralones malagueños. Eso aporta luz y aire fresco a cada vivienda, mejorando la calidad de vida de todos. Son miles de plantas y de especies diferentes: «Hemos perdido la cuenta de las que hay y ni idea de cuántas especies pertenecen», dice entre carcajadas.

Lo asombroso es que esta belleza no implica un coste comunitario extra. Cada vecino asume el gasto de sus propias macetas. «La cuota no ha aumentado por las plantas», aclara García. Al contrario, la fama del edificio crece. Los curiosos no dejan de fotografiar este rincón único, un pulmón inesperado en la densa Carretera de Cádiz. Se ha convertido, por derecho propio, en un punto de interés más en Málaga.

El siguiente sueño está en las alturas. Aspiran a conseguir una ayuda para arreglar el tejado y convertirlo en una cubierta verde. «Sería perfecto para el medioambiente», concluye Serralvo con esperanza. Mientras, su patio sigue floreciendo, regado por la ilusión y el esfuerzo compartido. Un ejemplo de que la convivencia, a veces, huele a tierra mojada y a jazmín.

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