Desde la retaguardiaMiquel Segura

Margalida, Francina y... Rosario

Resulta evidente que Armengol, políticamente, está tocada de muerte. De hecho, ya ni se hablaría de ella de no ocupar el cargo de tercera autoridad del Estado

Prohens brilló con luz propia en la World Travel Market, como hace donde va, para desconsuelo de algunos. La presidenta pudo hablar de una incipiente contención del flujo de turistas hacia Baleares en los meses del verano, al tiempo que mostrar una realidad evidente: que la temporada se ha alargado de manera más que notable, hasta el punto de que algunos hoteles aún no han cerrado y ya anuncian su apertura para finales de febrero de 2026. El resto de su éxito en la feria de Londres lo hicieron el savoir faire de la campanera y esa cualidad tan especial que tiene de acaparar la atención. Todos quieren hablar con ella y fotografiarse a su lado: la presidenta los besa y abraza como si los conociese de toda la vida. Es algo que se tiene o no se tiene, como el talento literario, un suponer.

En el barullo político ferial pudo verse también la figura menuda y algo tímida de Rosario Sánchez, la mallorquina que ejerce de secretaria de Estado de Turismo, ojo al Cristo que es de plata. Algunos politólogos la señalan ya como el probable relevo de Armengol de cara a las elecciones autonómicas de 2027. Y es que parece claro que Francina, políticamente, está tocada de muerte. De hecho, ya ni se hablaría de ella de no ocupar el cargo de tercera autoridad del Estado, lo que le permite vivir en un palacio, disfrutar de un sueldo astronómico e incluso representar a España en eventos internacionales, cosa que viste mucho, si lo sabré yo. Nada de ello, con ser muy gratificante, acerca a Francina la posibilidad de competir con Marga Prohens en la disputa por el sillón del Consolat de la Mar.

Es obvio que, de llegar con vida -política- a los futuros comicios, la actual líder del PP se la comería con patatas y eso es algo que una persona como Armengol, orgullo y sensibilidad, no estaría dispuesta a tolerar. En el mejor de los casos -de pervivir el sanchismo- la de Inca podría obtener, como premio a los servicios prestados, una embajada de relumbrón de esas en las que luces mucho, cobras más y trabajas poco. Algo en París o Viena, por ejemplo.

¿Y Rosario? Parece que, en efecto, se trata de la opción más fiable, por no decir la única, que tiene el PSIB. Esa chica -nos conocemos personalmente- carece de gancho electoral pero el cargo que ocupa es una buena plataforma para proyectar su imagen hacia Baleares donde el turismo, se diga lo que se diga, lo es todo. No olvidemos tampoco que fue consellera de Hacienda y Delegada del Gobierno. ¿Su peor handicap? El PSOE, su vicaría regional, conocida como PSIB y, sobre todo, el sanchismo.

En el socialismo balear conviven -es un decir- personajes muy mediocres, vividores de la política que se han mostrado incapaces de gestionar el post armengolismo. Iago Negueruela, quien fue temible inspector de Trabajo -buscaba trabajadores sin papeles incluso dentro de los armarios o debajo de las camas- no ha dado la talla como jefe de la oposición, siendo prematuramente relegado a la futura condición de candidato a Cort, un regalo inesperado para Jaime Martínez.

Pero volvamos a Armengol. La chica no es tonta y sabe que tiene por delante un calvario político-judicial. Por eso su objetivo primordial será el de pertrecharse en las altas instancia del Estado, no el de presentar batalla electoral a una Prohens que, al menos de momento, lleva el marchamo de triunfadora escrito en la frente. El destino de Francina está ya indisolublemente unido al de Pedro Sánchez. Ese es su estigma y, al mismo tiempo, podría ser su salvación.

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