Oriol Junqueras y Gabriel Rufián, en una imagen de archivo

Oriol Junqueras y Gabriel Rufián, en una imagen de archivoEduardo Parra / Europa Press

El laberinto catalán

Gabriel Rufián choca con Junqueras por proponer una 'Operación Reformista' independentista

Sánchez asiste desconcertado a la guerra entre sus socios de extrema izquierda

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, declaró esta semana que la cesión de competencias de extranjería a Cataluña generaría «redadas racistas» por parte de los Mossos. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, reaccionó equiparando a Belarra con el ex líder de Ciudadanos, Albert Rivera, el peor insulto que puede salir de la boca de un separatista catalán.

Por su parte, Pablo Iglesias, verdadero factótum podemita, salió a defender a Belarra recordándole a Junqueras que cuando estuvo en la cárcel él fue el único que fue a visitarle. La guerra entre ERC y Podemos cogió a todo el mundo con el pie cambiado, dado que ERC ha mantenido tradicionalmente una relación mucho más fluida con Podemos que con Sumar.

Mientras, en Madrid, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ajeno a la gresca entre su líder y el de los comunistas morados propuso la creación de una candidatura conjunta de todas las fuerzas separatistas junto a Podemos, de cara a las próximas elecciones generales.

Lo de Rufián es casi de fantasía: según él y su partido, España debe desaparecer, pero para mantenerse en el poder es preciso crear una candidatura nacional abandonando la estrategia local y particularista de todos los micropartidos que dan apoyo a Sánchez.

No es una idea nueva

La idea de Rufián no es nueva. En 1986, Jordi Pujol y Miquel Roca crearon el Partido Reformista Democrático, con el objetivo de poder lanzar un candidato a la presidencia del Gobierno que pudiera competir de tú a tú con Felipe González y Manuel Fraga.

Ahora, 40 más años más tarde, la Operación Reformista renace, pero desde la extrema izquierda independentista y no desde el centro derecha, como sucedió en 1986. En aquella ocasión el invento se saldó con un sonoro fracaso, pero frenó la progresión de Manuel Fraga; ahora podría ser la tumba electoral de Pedro Sánchez ante la dispersión de siglas.

Pedro Sánchez y Félix Bolaños

Pedro Sánchez y Félix BolañosEuropa Press

Más allá de la contradicción ideológica de la propuesta, desde Ferraz y La Moncloa han asistido entre perplejos y preocupados a la propuesta de Rufián. Las preguntas que se plantean ante la propuesta son muchas. ¿Habrá una crisis en ERC y Rufián acabará abandonando las filas republicanas para liderar otro proyecto que divida aún más a la izquierda? ¿Es compatible lograr una nueva investidura en la que voten conjuntamente Junts y una candidatura de extrema izquierda formada por todos los independentismos?

En el PSOE son conscientes que una lista de este estilo enfrentada a la de Sumar tendría como resultado que, en muchas provincias, ni la candidatura de Rufián junto a Bildu, BNG, etc… ni la de los de Yolanda Díaz lograría representación alguna. En ese contexto electoral es imposible para el PSOE reeditar la mayoría de la investidura de 2023.

ERC y Junts

Además, en el entorno del presidente del gobierno preocupa como mantener el equilibrio entre ERC y Junts. Los de Carles Puigdemont cada vez actúan más como un verso libre, tal como se ha visto esta semana en la votación del decreto energético o en su toma de posición en la reducción de la jornada laboral. Más allá de la política de equilibrios, lo que más inquieta a Sánchez y su nutrida red de asesores es la crisis que puede generar la división entre sus socios y la confrontación directa entre Podemos y Sumar.

En Ferraz ven con temor la aparición de una plataforma electoral nacional que una a todos los partidos independentistas de extrema izquierda y a Podemos, dado que consideran que dicha plataforma sería percibida por parte de los votantes como una nueva opción electoral de izquierdas al nivel del propio PSOE y de Sumar, y sería letal para los intereses electorales de la izquierda.

Rufián es la figura más mediática de ERC, y si la sangre con Junqueras llega al río, su substitución por otro cartel electoral no es fácil para los republicanos. Más si se tiene en cuenta que Miriam Nogueras, la portavoz de Junts, ha ganado peso y reconocimiento mediático en los dos años que llevamos de legislatura.

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