La portada de la feria, vista desde la noria

La portada de la feria, vista desde la noriaSamira Ouf Calero

El calor pide paso en El Arenal

Suben las temperaturas en un recinto ferial a medio gas hasta bien entrada la tarde

Las temperaturas ya no son las mismas de estos días atrás y eso los cordobeses lo saben sin necesidad de consultar la Aemet ni las aplicaciones meteorológicas en el móvil. No se han criado galápagos en los patios de las casas o en nuestras terrazas hasta hace poco por capricho. El cordobés autóctono tiene, como los entrañables quelonios, un sexto sentido que le dicta cuándo salir y cuándo no. Y ayer ese sentido se activó sobre todo porque era el día de la chiquillada y no es cuestión de que a las criaturas les dé un jamacuco en la calle del infiernillo, que así se sentía sobre todo en la zona terriza próxima al estadio de El Arcángel, en la que los padres no saben si montarlos en el Ratón Vacilón o rodar la versión cordobesa de Navajo Joe.

Calle del Infierno

Calle del InfiernoSamira Ouf Calero

El calor de mayo ya llegó y por eso se quedaron ligeras de ropa unas muchachas durante la noche del lunes al martes en 'La Prensa', en un evento burlesque-ferial por el que fueron apercibidos los gerentes de la caseta desde el Ayuntamiento. Ha sido el escandalito de esta edición que se ha quedado en un tirón de orejas a la espera de una clausura temporal que seguramente no conduzca a nada.

Resulta que tenemos puntos violeta que garantizan la integridad y el respeto por la mujer que se queda, roza o entra en uno de esos puntos, a veces sin saberlo. La caseta apercibida es un punto violeta como viene siendo así mismo un establecimiento de picardía, de chicas monísimas y guapos oficiales de clembuterol desde hace muchos años. La feria siempre tuvo un punto sinvergüenza (no violeta) entre el muslo más al aire y los cuplés de Manolita Chen. La diversión no solo ha consistido tradicionalmente en bailar sevillanas y tomar medios de fino, sino que servía como válvula de escape un tanto canalla sobre todo para las clases más populares. Y para las pudientes, pero de otras formas y maneras. Adultos que se divertían como no podían hacerlo en otro momento del año, tampoco nos vayamos a asustar.

En 'La Prensa' varias chicas en tanga bailaron una versión imposible del Dos gardenias (para ti) junto a unos cabezudos marcianos en un ejercicio de bizarrismo que al tercer pase ya nadie atendía. Pero se grabó en un móvil, claro, se hizo viral y llegó a manos de los nuevos guardianes de la moral y del Ayuntamiento, no necesariamente en este orden. Se decretó el cierre temporal el martes por la tarde y se 'desdecretó' de manera cautelar ayer miércoles por aquello de las alegaciones, las bases reguladoras y el estado de derecho. Si han tenido oportunidad de ver el vídeo, la multa se le podría poner a las gogós, pero por lacias. No se puede bailar con más desgana.

Hay una feria golfa y una feria tradicional. Hay una feria para señoras jubiladas que solo se montan en el trenecito y pare usted de contar, y otra feria que no deja de bailar. Puede gustar una más que otra pero todas caben aquí a final de mayo, desde hace muchos años. Y que levante la mano o tire la primera piedra el folclórico que no ha acabado la noche en una discocaseta dándolo todo.

La Diputación

A la hora en que se inició la recepción oficial en la caseta de la Diputación, el suceso de las bailarinas cosificadas ya se había quedado tan viejo como un periódico de ayer. El acto organizado por la administración provincial tenía la particularidad de que era el primero convocado con el nuevo gobierno del Partido Popular y con - y aquí está el detalle de calidad- Salvador Fuentes en la presidencia. Porque Fuentes marca la diferencia en un acto de carácter distendido como este, aunque también lo hace presidiendo un pleno ordinario o vigilando cómo van las obras de las infraestructuras hidráulicas en el norte de la provincia.

Todos querían una foto con él y él siempre tuvo un momento (o varios) para quien le solicitaba. Todo lo que de relaciones públicas tiene la política está en Fuentes, lo cual desarma al adversario, despista a la oposición y marca un camino para los propios. Si la feria es el ámbito de las diferencias relajadas, el espacio para el reencuentro y el cajón donde se guardan las asperezas, Fuentes es el perfecto anfitrión para todo eso y más. Y la recepción de la Diputación sigue siendo una de las mejores, por amplitud, sentido corporativo y por tener a la provincia representada, la que será la verdadera protagonista en los días que quedan de feria.

Una recepción esta que marca de alguna manera el final en la agenda de eventos oficiales. A partir del miércoles por la tarde, El Arenal muta en otro tipo de celebración, en un distinto modo de fiesta. El botellón estudiantil es el otro punto de inflexión.

No sin mi bolsa

Al botellón habría que cambiarle el nombre. Nominarlo 'la bolsa blanca'. No hay adolescente sin bolsa blanca en el botellón o camino del mismo. En la bolsa blanca está el demonio pero también el rito de paso. A mediodía de ayer un Mini paraba en la plazoleta de la Media Luna conducido por un muchacho. Se acercaron dos chicas jóvenes, le saludaron por la ventanilla y sin acceder al vehículo, el conductor les dio dos bolsas blancas. El botellón del miércoles se estaba preparando y la edad no es un impedimento para adquirir alcohol. Siempre hay un conductor de Mini, mayor de edad, que lo compra para sus amiguis.

El Balcón del Guadalquivir, ayer sobre las 20:30 horas

El Balcón del Guadalquivir, ayer sobre las 20:30 horasJesús Caparrós

Impresiona la imagen de la muchachada/marabunta en el Balcón del Guadalquivir cada año. Son una tribu aparte del mundo que se desarrolla enfrente , desde la portada hacia la autovía. No todos consumen alcohol pero sí todos y todas se relacionan. Es una de las varias etapas de socialización que vivirán a lo largo de su vida. A los mayores el botellón les suena extraño o les escandaliza. A los padres les preocupa.

Este año, que está siendo raro en cuanto a afluencia de público, ha contado con menos muchachos pegados a sus bolsas blancas durante gran parte de la tarde hasta que llega la traca final nocturna, metidos como alfileres junto a las obras del tanque de tormentas. Ahí, encajonado, ha estado el botellón. Quitándole el sueño a más de una madre que hasta antes de ayer solo se preocupaba de que a su chiquillo no le faltara un par de viajes en el tren de la bruja.

La feria, eso siempre, es una metáfora de la vida.

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