El anuncio del alcalde de Córdoba, José María Bellido, sobre la candidatura de la ciudad a los fondos europeos EDIL es una noticia que abre la puerta a una transformación necesaria y esperada para el Distrito Sur. La propuesta, bajo el nombre de Edilquivir, no es solo una apuesta por mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino también una visión estratégica que pone en el centro al río Guadalquivir como eje vertebrador de la ciudad.
La convocatoria de estos fondos, que suponen hasta 20 millones de euros en financiación –con una cobertura del 85% por parte de la Unión Europea y el 15% restante a cargo del Ayuntamiento–, exige que los proyectos presentados tengan un enfoque integral, incidiendo en áreas con menor renta y mayores desigualdades. En este sentido, Córdoba parte con una ventaja crucial: el trabajo previo realizado en la Agenda Córdoba, alineada con la Agenda Urbana Española y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto sitúa a la ciudad en una posición óptima para competir con garantías en el proceso de selección.
El Distrito Sur ha sido históricamente una zona con importantes retos en materia de empleo, urbanismo e integración social. Con Edilquivir, el Ayuntamiento plantea una estrategia que aborda estas problemáticas desde cuatro ámbitos fundamentales: económico, social, cultural y medioambiental. En términos prácticos, esto se traduce en proyectos de infraestructura y accesibilidad sostenible, la revitalización de espacios urbanos y naturales, la construcción de vivienda para jóvenes con recursos limitados y la creación de equipamientos comunitarios, como el anunciado para el malogrado estadio San Eulogio, víctima de demasiadas promesas incumplidas. Además, se incluyen iniciativas para fomentar el empleo y la digitalización, lo que supone una visión integral de la mejora del barrio.
El alcalde Bellido ha destacado que uno de los aspectos más positivos de esta iniciativa es la madurez de los proyectos. A diferencia de convocatorias anteriores, donde la improvisación y la escasa voluntad política jugaron en contra de la ejecución efectiva de los fondos, en esta ocasión se ha apostado por propuestas sólidas, con viabilidad garantizada hasta 2029 y uin periodo de justificación hasta 2031. La reducción del número de actuaciones también responde a la necesidad de simplificar la tramitación y aumentar la eficacia en su implementación.
Mención especial merece la apuesta por el río Guadalquivir como elemento integrador de la ciudad. Durante décadas, ha sido visto más como una frontera que como un punto de conexión. Con Edilquivir, el objetivo es revertir esta percepción y convertirlo en un motor de cohesión social, cultural y económica. La ciudad no puede permitirse seguir de espaldas a un recurso natural de tal envergadura.
Es destacable también la unidad política en torno a este proyecto. El apoyo mostrado, de momento, por los distintos grupos municipales es un ejemplo de que, cuando se trata de avanzar en el desarrollo de la ciudad, las diferencias ideológicas pueden y deben quedar en un segundo plano. La participación de colectivos ciudadanos en el proceso de elaboración del plan refuerza la legitimidad de la propuesta y garantiza que las necesidades reales de la población sean tenidas en cuenta.
Ahora, el reto es superar el proceso de concurrencia competitiva y obtener la financiación necesaria. No hay garantías de éxito, pero Córdoba presenta un proyecto bien fundamentado y con potencial transformador. La oportunidad está sobre la mesa. Edilquivir puede marcar un antes y un después en el Distrito Sur, contribuyendo a reducir desigualdades y a construir una Córdoba más cohesionada y sostenible