Debate elecciones vascas
Posiblemente haya sido el mensaje más claro de toda la campaña electoral (después de la negativa a calificar a ETA como organización terrorista). El candidato de Bildu a la presidencia del Gobierno Vasco, Pello Otxandiano, pidió este martes en el debate electoral que todos los candidatos mantuvieron en la televisión pública vasca, un acuerdo de Gobierno a PNV y PSOE para «acordar políticas progresistas» pero también para alcanzar un acuerdo de «un nuevo modelo de país» que, al más puro estilo 'Plan Ibarretxe' «ir a defenderlo en Madrid con una sola voz». «Gobernanza cooperativa» llamó a esta propuesta.
«Se ha abierto una ventana a la oportunidad de que por primera vez un presidente del Gobierno español está dispuesto a hablar de territorialidad», afirmó Otxandiano sin ser replicado por el candidato socialista, Eneko Andueza.
Pero a bote pronto no pareció que lograra convencer a sus adversarios políticos. Para el candidato del PNV, Imanol Pradales, «mientras Bildu no apruebe la asignatura de ética, nadie va a querer pactar con ellos».
Menos convencido se mostró el candidato socialista. Incluso le respondió que «nosotros vamos a evitar que ustedes gobiernen en este país, que la sanidad, educación y Ertzaintza (policía autonómica vasca) caigan en sus manos».
Andueza se mostró tan convencido de sus palabras que incluso llegó a proponer al candidato del Partido Popular, Javier de Andrés que, si cumplía su palabra de no hacer lendakari al candidato de Bildu, el 'popular' dimitiera y que si no la cumplía, él mismo sería quien dejara su cargo. De Andrés no le entró al trapo y rechazó la apuesta.
En lo que sí coincidieron PNV y Bildu fue en que, en caso de resultar ganadores en las elecciones que tendrán lugar el domingo, el mismo día 22 de abril llamarían a todas las formaciones políticas para presentarles «un nuevo modelo de país», afirmaron los dos candidatos, cada uno en su turno de palabra.
Y es precisamente esa coincidencia la que puso en valor el candidato del Partido Popular, Javier de Andrés, para asegurar que todo el enfrentamiento entre PNV, Bildu y PSOE era «un paripé» porque «luego votan todo juntos», por lo que se ha erigido como la auténtica alternativa para aplicar políticas «que de verdad beneficien a los ciudadanos».
Las otras dos fuerzas de izquierdas, Sumar y Elkarrekin Podemos, poco menos que se dedicaron a suplicar que les tuvieran en cuenta al día siguiente de las elecciones. Ambas fuerzas políticas abogaron por «dar a la ciudadanía el derecho a decidir».
La representante de Vox, Amaia Martínez fue quizá la voz más discordante y más que entrar en el debate, se dedicó a desgranar su programa electoral basado principalmente en el control de la inmigración y la garantía de la seguridad ciudadana.
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